Diplomáticos estadounidenses expresaron su preocupación de que el favorito en las elecciones presidenciales de México, Enrique Peña Nieto, pagara una cobertura televisiva favorable en 2009, cuando era gobernador del Estado de México, según cables del Departamento de Estado publicados por WikiLeaks y dados a conocer este día por The Guardian.
Por: Redacción / Sinembargo - junio 11 de 2012
“Las denuncias de que la cobertura por televisión nacional a favor de Peña Nieto, ha sido el detonante de una ola de manifestaciones estudiantiles en el período previo a las elecciones del 1 de julio”, agrega el influyente diario británico. Los reclamos, agrega, se apoyan en documentos vistos por The Guardian, que implican también a otros políticos en la compra de cobertura de noticias y entretenimiento.
“Un cable, escrito poco después de que funcionarios de la embajada de Estados Unidos fueron llevados a una gira por el Estado de México cuando era gobernador Peña Nieto, dice:
Es un hecho ampliamente aceptado, por ejemplo, que el monopolio de la televisión Televisa respalda al gobernador y le proporciona una extraordinaria cantidad de tiempo de emisión y otros tipos de cobertura”.
Una mirada al estado de México, al estilo del Pueblo de Potemkin”.
“Pueblo de Potemkin” es una expresión utilizada para describir cuando alguien hace pasar por maravilloso algo que en realidad es un desastre:
The Guardian dice que otro cable al inicio de ese mismo año hizo hincapié en la importancia que el entonces gobernador Peña Nieto le daba a asegurar convincentes victorias electorales del Partido Revolucionario Institucional en su estado en las elecciones intermedias del Congreso de ese mismo verano de 2009.
Peña Nieto, dice el cable citado por el diario británico, “ha puesto en marcha importantes proyectos de obras públicas en las zonas seleccionadas por los votos, y los analistas y los dirigentes priistas por igual han expresado en repetidas ocasiones [a funcionarios políticos de Estados Unidos] su creencia de que él está pagando a los medios de comunicación por dar noticias favorables sobre él en su cobertura, así como, supuestamente, financiar a encuestadores para influir en los resultados de la encuesta”.
Los cables filtrados desde la Embajada de Estados Unidos en México contienen frecuentes menciones sobre el poder que Televisa, y la otra cadena principal de televisión en México, TV Azteca, ejercen sobre la elite política del país. Las dos redes controlan alrededor de 90% de los canales gratuitos y son percibidas ampliamente como “hacedoras de reyes políticos”, añade en su nota de este lunes Jo Tuckman.
“Esto es particularmente claro en los cables que se ocupan de una nueva ley de comunicación que privilegiaba los intereses ya establecidos y fue aprobada por la legislatura en el centro de la campaña electoral de 2006”, agrega.
Uno de los calbes, con fecha de febrero de 2006, destaca cómo el proyecto de ley fue aprobado por la Cámara de Diputados en tan sólo siete minutos, sin debate, y antes de que hubiera sido votada en la Cámara Alta.
“Con la temporada de campaña en plena marcha, parece que nadie quiere molestar a Televisa o Azteca (quienes tienen también mucho más que ganar) por temor a perder las principales ranuras de publicidad a buen precio”, plantea el cable citado por The Guardian.
El cable destaca conjeturas como que es “dudoso que cualquier senador quiera arriesgar su carrera política en el futuro por balancear la embarcación en un momento en que todos los partidos están decidiendo su futuro político”. Asimismo, el diplomático no identificado, quien escribió el cable, supone que no había casi ninguna posibilidad de que el entonces presidente, Vicente Fox, vetaría la ley “y el riesgo de alienar a Televisa”, agrega Tuckman.
Algunos legisladores adoptaron otra postura después de que el proyecto de ley fue aprobado y montaron un desafío legal que llegó finalmente en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde las partes más polémicas fueron declaradas inconstitucionales, comenta.
La nota de The Guardian destaca que en lo que parecía ser una forma de venganza de la elite política en las redes, la recién elegida asamblea legislativa aprobó una reforma electoral en 2007 que prohibió la propaganda política pagada durante los periodos electorales y restringida fuera de ellos.
Esto, sin embargo, no cumplía con su objetivo de liberar a la política de la presión de los medios de comunicación, de acuerdo con un cable de Wikileaks fechado en junio de 2009, plantea Tuckman.
“En cualquier caso, los partidos y candidatos están bordeando las restricciones”, dice el cable. “Los periodistas y sus jefes han tenido más o menos libertad para dedicarse a la larga tradición electoral mexicana de vender impresión favorable y la cobertura de difusión a los candidatos y partidos”, concluye la cita de The Guardian a los cables de Wikileaks.
No hay comentarios :
Publicar un comentario