Notimex/ emeequis
24 octubre 2014
Ciudad del Vaticano, 24 de octubre.- Líderes de movimientos populares de diversos países, como los Sin Tierra de Brasil, se reunirán aquí por primera vez, en un encuentro convocado por el Vaticano para la próxima semana.
Más de 150 líderes de diversas agrupaciones participarán en el “Encuentro Mundial de Movimientos Populares”, que se llevará a cabo en Roma del 27 al 29 de octubre próximo y que incluirá dos horas de diálogo pregunta-respuesta con el Papa Francisco.
La reunión fue organizada de manera conjunta por la Pontificia Academia para las Ciencias Sociales, el Pontificio Consejo Justicia y Paz con el apoyo de Juan Grabois, responsable de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular.
“Nuestro encuentro expresa la necesidad de promover la organización de los pobres para construir desde abajo la alternativa humana a esta globalización excluyente que nos arrebata hasta los derechos sagrados al techo, el trabajo, la tierra, el ambiente y la paz”, dijo Grabois.
Ante la posibilidad de un acuerdo que pueda conducir a la reincorporación al trabajo de los casi 15 mil electricistas que no aceptaron la liquidación cuando fueron ilegalmente despedidos y resistieron heroicamente durante un lustro, se imponen algunas observaciones. La primera y fundamental es que, cualesquiera puedan ser las intenciones de un gobierno tan o más infame aún que el de del PAN o sus antecesores neoliberales priístas, la movilización, los sacrificios y la resistencia política no sólo preservaron la dignidad de los trabajadores y su sindicato sino que también podrían obtener resultados como la supresión de los procesos penales, la reconquista del trabajo, el reconocimiento de la antigüedad en el trabajo para las jubilaciones, indemnizaciones y la reconquista de los servicios del IMSS.
El gobierno priísta de la oligarquía quiere sembrar ilusiones entre los electricistas para ganar tiempo, desmovilizar al SME y arrastrar el problema hasta la prescripción del proceso a principios del año próximo. Al mismo tiempo, ante la acumulación de movilizaciones protestatarias, busca soluciones políticamente menos costosas para él en los frentes estudiantil (sobre todo el IPN) u obrero (SME). Pero en ambos casos lo que lo obliga a esa táctica defensiva es la tenacidad, la persistencia, la voluntad de lucha de los sectores más avanzados de la población y del movimiento obrero. Por eso las movilizaciones no deben cejar ni hay que desarmar los ánimos dando por seguras concesiones que el gobierno se ve obligado a prometer, pero con intenciones de no cumplir o de anularlas en cuanto tenga una relación de fuerzas más favorable.