Señalan como responsables a CFE y a quienes introducen cables
3 enero 2013 | Rafael Montes | El Universal
El piso de las calles del Centro Histórico ubicadas a espaldas de la Catedral Metropolitana y de Palacio Nacional se encuentra lleno de baches, hoyos y zanjas. El paso del tiempo, la falta de mantenimiento al asfalto y las obras subterráneas que realizan la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y empresas que introducen cables de fibra óptica han deteriorado el piso de esa zona, que es parte del polígono catalogado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidad para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
En calles como Donceles, Justo Sierra, Perú, Chile, Guatemala, Colombia, Brasil, Argentina y Venezuela, así como Palma, Correo Mayor, Jesús María y Circunvalación, el piso está destruido.
Además de los hoyos que se han formado por la acumulación de agua y el paso de automóviles, hay coladeras sumidas.
Destruyen el piso
Empresas de telefonía celular dejaron zanjas abiertas en varias de las calles mencionadas y también en vialidades con piso empedrado, como Jesús María, hay huecos por piezas faltantes.
Además de los daños a los automóviles que circulan por dichas vialidades, los más perjudicados son peatones, ciclistas y conductores de bicitaxis que llegan a caer en los múltiples hoyos de la zona.
También los diableros que trabajan en esas calles sufren al cargar con bultos pesados, pues si caen en un agujero corren el riesgo de voltearse y dañar la mercancía.
“Ambulantaje estorba”
Alejandra Moreno Toscano, titular de la Autoridad del Centro Histórico, reconoció que la zona norte del Centro no ha tenido la misma atención que otras áreas; argumentó que ante la falta de ordenamiento del comercio ambulante ha sido difícil intervenir el espacio.
En entrevista, informó que para este año ya existen proyectos de recuperación del Callejón del 57 (para conectar Donceles con Garibaldi), de la calle Corregidora (del Zócalo a La Merced) y República de Argentina (para que vuelva a desembocar en la plancha del Zócalo).
Esos planes se encuentran a cargo de la Autoridad del Espacio Público, afirmó Moreno.
A partir de esos trabajos, agregó, se podrá empezar a revitalizar las zonas norte y oriente del casco viejo de la Ciudad de México.
Sobre los daños ocasionados por las empresas que hacen trabajos subterráneos dijo que ya hay un seguimiento por parte de la Agencia de Gestión Urbana (AGU) y buscan resarcir las afectaciones.
Fernando Aboitiz, titular de la agencia, ha anunciado la presentación de una iniciativa para obligar a quienes pretendan abrir el pavimento para meter cableado a notificarlo a las autoridades.
Centro Histórico, “olvidado”
Javier Villalobos, director territorial del Centro Histórico de la delegación Cuauhtémoc, reconoció que el norte y oriente de éste se encuentran en el olvido.
Calculó que los recursos que el gobierno local, vía el Fideicomiso del Centro Histórico, sólo benefician 30% de la superficie del primer cuadro, a la cual corresponden calles como Madero, 16 de Septiembre y 5 de Mayo.
“Aunque suene duro, pero nuestro Centro Histórico, en la zona no turística, ocupa el primer lugar del olvido”, afirmó y reconoció que los trabajos de repavimentación corresponden al gobierno delegacional, pero por falta de recursos no se ha podido intervenir.
“No es que no queramos (intervenir); los recursos son escasos”, dijo.
“Nadie hace caso”
Iván Hernández es bicitaxista y platicó que una vez compañeros suyos y un grupo de microbuseros tomaron la iniciativa tapar los hoyos que están en la esquina de Perú y Argentina, pero la policía les advirtió que eso estaba prohibido, pues se trata de una zona patrimonial y para intervenirla se requieren permisos de las autoridades.
“Es una zona que no atienden, le dices a las autoridades y te responden que al rato lo hacen. Los hoyos llevan más de 10 años”, aseguró.
“A nosotros nos afecta, porque como nuestros carritos no traen amortiguadores ni ningún resortito que amortigüe el golpe, al momento de que pasamos un hoyo lo resiente el pasaje. Me han dicho que con más cuidado, pero a veces no podemos evadirlo. Tenemos que estar cambiando llantas a cada rato”, comentó Roberto López, otro bicitaxista.
Isaac Pérez es diablero de la zona y aseguró que desde República de Colombia hasta el norte y oriente del Centro “está feísimo y nos afecta porque a veces en un descuido te llegas a voltear y lastimas a alguna persona, pero qué se le puede hacer, nadie hace nada”.
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