jueves, 20 de marzo de 2014

El inTIOcable. PEMEX

En la maraña del caso Oceanografía emerge un común denominador: Francisco Gil Díaz. Tres de sus sobrinos y uno de sus hijos completan un círculo familiar en el que se teje una red de influencia política y de negocios.
 


“En este escándalo el único a quien no han tocado es a Paco Gil y en cada paso de Oceanografía él ha estado presente”, dice molesto un exfuncionario de Pemex durante el panismo, quien pidió hablar bajo anonimato. 
La sombra de Paco Gil Díaz se cierne lentamente sobre el caso Oceanografía. 
En cada publicación donde se le ha mencionado durante la última semana, las referencias son parciales. 

Coinciden en que el exsecretario de Hacienda de Vicente Fox, tiene vínculos innegables con Oceanografía, la compañía de Amado Yáñez, y que estos están incluidos en las investigaciones sobre el caso que ahora lleva la Procuraduría General de la República.
El nexo más evidente de Francisco Gil con Oceanografía es su sobrino Martín Díaz Álvarez, propietario del 20 por ciento de la empresa junto a Javier Rodríguez Borgio.
Otro funcionario del gobierno de Fox confiesa a Reporte Indigo que durante su función recibió presiones de Francisco Gil a favor de Rodríguez Borgio para la reapertura de gasolineras, cerradas por acusaciones de vender una cantidad de carburante menor a la cobrada. 
La línea de conexión es el dinero. Según una versión contada a Reporte Indigo por un alto funcionario del gobierno de Enrique Peña Nieto, las relaciones entre Gil y Díaz Álvarez fueron la base para mover dinero entre el fondo de capital Navix y Caja Libertad.
Este nexo indicaría que parte de las ganancias que se movían entre las empresas de Díaz, los Borgio y Yáñez, fueron también al fondo que financia a Oro Negro, una de las principales competidoras de la compañía ahora embargada por el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE).
El círculo familiar se estrecha con Juan José Suárez Coppel, exdirector de Pemex y sobrino político de Gil Díaz, quien dirigió la paraestatal durante los años en que Oceanografía consiguió sus contratos más jugosos. 
En apariencia enemigas, Oro Negro y Oceanografía tenían muchos familiares en común, excepto por un personaje: Luis Ramírez Corzo, principal acusador de Oceanografía durante el calderonismo y hoy uno de los hombres más cercanos al director de Pemex, Emilio Lozoya.
Sobrinos y más sobrinos
La investigación de la PGR conecta a Caja Libertad con CI Banco, empresa en la que Martín Díaz, sobrino de Francisco Gil Díaz, es socio, así como de Oceanografía 
La relación familiar entre Francisco Gil y Martín Díaz se publicó desde enero, cuando Oceanografía fue inhabilitada por Pemex debido a que no cubrió el monto total de fianza en varios de sus contratos con la paraestatal.
Pero los vínculos de protección de Gil hacia Oceanografía iniciaron antes de que su sobrino fuera accionista de la empresa y se deben, según el testimonio de dos exfuncionarios del foxismo, a que también abogó por la empresa de gasolineras propiedad de Javier Rodríguez Borgio.
El primer nexo entre Díaz y el escándalo actual de la contratista de Pemex parece ser Banamex, ahora acusadora de la compañía y parte de la carrera del exsecretario de Hacienda. 
Gil Díaz participó en la compra de Banamex por el conglomerado estadounidense Citi Group en 2001, antes de incorporarse al gabinete de Fox. 
Ese mismo año, según documentos publicados por el diario 24 Horas, Gil Díaz salvó de la quiebra a la empresa de Amado Yáñez. 
No solamente ordenó cancelar el embargo sobre los bienes de la compañía, que ya estaba siendo tramitado por el Servicio de Administración Tributaria, sino que también le condonó el adeudo que la compañía tenía con Hacienda. 
En 2005 Martín Díaz entró como socio de Oceanografía. 
Las acciones que obtuvo en la empresa significaron entonces un 5 por ciento y fueron el pago por hacer una reestructuración financiera, según él mismo declaró al inicio del escándalo.
Actualmente Energy Group México tiene el 15 por ciento de las acciones de la empresa embargada, y este porcentaje corresponde a Martín Díaz Álvarez y Javier Rodríguez Borgio.
La Inmobiliaria Amagdez tiene otro 5 por ciento de la empresa. 
Según una revisión del registro público realizada por la revista Proceso, esta empresa también es de Díaz Álvarez, quien con ello alcanzaría el 20 por ciento de las acciones de Oceanografía.
La investigación en PGR conecta a Caja Libertad con CI Banco, empresa de la que Martín Díaz es socio. 
Los registros corporativos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) indican que Martín Díaz ingresó a su consejo de administración en enero de 2005, cuando a Francisco Gil le quedaban aún dos años como secretario de Hacienda. 
En 2004 el fondo de capital Advent, que había dirigido Martín Díaz compró una participación accionaria en CI.
Advent es el mismo fondo que posee Fumisa y actualmente está en conflicto con el AICM. 
De acuerdo con un informe financiero de CI Banco, las acusaciones que esa compañía por fraude en Estados Unidos se arreglaron al hacer un acuerdo en 2006 con el  banco acusador, Wachovia. 
Consistió en bursatilizar la deuda por 20 millones de dólares a través de un fideicomiso.
Dos años más tarde las gestiones de Díaz, referidas ahora en la investigación de PGR, permitieron que la casa de cambio se convirtiera en banco, con el aval de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
El banco con privilegios
El CI banco disfruta de privilegios al interior del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, como ser la única casa de cambio ubicada en la zona estéril de llegadas internacionales, tener acceso directo a las pistas y ser la única que da servicio en las salas más alejadas de la terminal 1.

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