Enrique Méndez
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de julio de 2015, p. 36
Las presiones financieras de los institutos de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) y Mexicano del Seguro Social (IMSS) no los conducen a la quiebra, pero sí a una situación que justificará la elaboración de una iniciativa para que sus servicios sean prestados por empresas privadas, afirmó el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados.
La intención es llevarlos a condiciones de mayores transferencias de recursos. En este momento son insustituibles, pero en el mediano plazo la intención es que los nuevos trabajadores opten por trasladar sus aportaciones a las aseguradoras, intermediarias con los hospitales privados, dijo el coordinador de la bancada, Miguel Alonso Raya.Sostuvo en entrevista que a ambas instituciones
les resulta más baratoque los derechohabientes contraten servicios de salud privados que mantener hospitales y clínicas.
Hacerlo ahora tendría un alto costo social, pero se pretende un proceso de transición, con el que la seguridad que otorga el Estado se quede sólo con los pacientes más viejos y con enfermedades crónico degenerativas, aseguró.
Además, los adeudos de los gobiernos de los estados y las universidades públicas
tienen en jaqueal Issste. Por ejemplo, el gobierno de Guerrero acumuló en 2014 retrasos en sus obligaciones por 7 mil 500 millones de pesos, principalmente en los siguientes rubros: al Issste 10.2 millones; al SAR, mil 246.8; cesantía y vejez, 3 mil 134.9, y seguros a terceros institucionales, 274.6 millones.
Oaxaca y Michoacán tienen deudas similares. Esto se debe a que los gobiernos destinan los recursos al pago de prestaciones a sus empleados, incluidos los maestros, pero eluden sus obligaciones con el Issste, que debe informar cuál es el adeudo de todas las entidades por aportaciones no cubiertas, expuso.
Alonso Raya indicó que por ello reducir las transferencias federales a la institución no afecta sólo a la eficiencia administrativa y financiera.
Los faltantes, por ley, los pone el gobierno, pero llegará un momento en que ya no existan recursos para ello, que la Secretaría de Hacienda diga que no o que aporte sólo una fracción.
Las instituciones y el gobierno federal deben
atreverse a presentar una propuesta, asumir su responsabilidad, antes de que continúe el deterioro de hospitales que fueron emblemáticos, como el Adolfo López Mateos del Issste y la unidad médica Naucalpan del IMSS. Los ahorros del Seguro Social van en detrimento de la infraestructura, medicamentos, mantenimiento, pagos a médicos y enfermeras. Si siguen así, las dos instituciones no tienen remedio.
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