Con la nueva previsión la generación de empleos formales será de entre 560 mil y 660 mil
Si el movimiento peso-dólar desestabiliza la inflación se ajustaría la política monetaria
Roberto González Amador
Roberto González Amador
Periódico La Jornada
Jueves 13 de agosto de 2015, p. 20
En el panorama no sólo hay una expectativa de menor crecimiento. Carstens afirmó ayer que el banco central recurrirá a subir su tasa de interés de referencia en cuanto considere que la devaluación del peso frente al dólar –que ha sido de 22.7 por ciento en el último año– afecta las expectativas de inflación, situadas ahora en torno a 3 por ciento, dentro de la meta oficial. Hasta ahora, aseguró, no ha habido un
traspasode la depreciación de la moneda nacional a los precios en la economía. El actual nivel del tipo de cambio, en torno a 16.40 pesos por dólar,
no llegó para quedarse, aseguró.La reducción en la expectativa de crecimiento para este año es la cuarta que realiza el banco central de manera consecutiva. Ha hecho revisiones desde agosto del año pasado, cuando pronosticaba un aumento del PIB de 2015 en una franja de 3.2 a 4.2 por ciento; de ese punto bajó, el 19 de noviembre, a entre 3 y 4 por ciento; en febrero anterior ubicó su previsión entre 2.5 y 3.5 para, en mayo, ajustar nuevamente a entre 2 y 3 por ciento. Desde la parte más alta de la franja, la nueva previsión implica un recorte de medio punto porcentual.
La nueva previsión del BdeM implica que la economía crecería este año a un ritmo apenas mayor al de 2014, cuando el PIB repuntó 2.1 por ciento. Así, en la primera mitad de la administración el desempeño económico no tendría diferencia significativa respecto de las tres décadas previas. La Secretaría de Hacienda espera un crecimiento en 2015 de entre 2.2 y 3.2 por ciento.
Sólo la mitad de empleos
Con la nueva previsión de crecimiento, la generación de empleos formales este año será de entre 560 mil y 660 mil plazas, de acuerdo con Carstens. Ese número es la mitad de la demanda de nuevos puestos en el mercado de trabajo generada por la dinámica de crecimiento anual de la población económicamente activa, y menor en 20 mil puestos a la previsión anterior.
En una conferencia de prensa este miércoles, el gobernador Carstens anticipó que el Banco de México recurrirá a un incremento en su tasa de interés de referencia, actualmente en 3 por ciento anual, si la depreciación del peso comienza a afectar las expectativas de inflación.
Como resultado del esfuerzo del Banco de México, dijo Carstens, este año se ha logrado el objetivo de convergencia de la inflación a 3 por ciento anual y, de hecho, el nivel actual de precios, de 2.74 por ciento, se encuentra en un mínimo histórico.
La convergencia de la inflación al objetivo de 3 por ciento se ha logrado en un contexto en el cual ha habido una depreciación de 23 por ciento del peso frente al dólar en el último año, expuso. Esa pérdida de valor de cambio del peso, aseguró,
El movimiento del peso frente al dólar,
Un incremento en las tasas de interés aumenta el rendimiento de las inversiones en pesos, por lo que puede tender a disminuir el atractivo de mantener inversiones en moneda extranjera. Pero, al mismo tiempo, encarece el costo del financiamiento para empresas y personas, lo que eventualmente disminuye el crecimiento.
En el último año el peso se ha depreciado 23 por ciento frente al dólar; sin embargo, en comparación con una canasta de monedas de países con los que realiza su comercio exterior, la devaluación es de 13 por ciento en el mismo periodo, dijo el gobernador del banco central. En ese lapso, el real brasileño se ha devaluado 70 por ciento; el peso colombiano 60 por ciento y el rand de Sudáfrica 50 por ciento, de acuerdo con datos mostrados hoy por Carstens.
Como resultado del esfuerzo del Banco de México, dijo Carstens, este año se ha logrado el objetivo de convergencia de la inflación a 3 por ciento anual y, de hecho, el nivel actual de precios, de 2.74 por ciento, se encuentra en un mínimo histórico.
La convergencia de la inflación al objetivo de 3 por ciento se ha logrado en un contexto en el cual ha habido una depreciación de 23 por ciento del peso frente al dólar en el último año, expuso. Esa pérdida de valor de cambio del peso, aseguró,
ha tenido un efecto muy limitado en la inflación.
El movimiento del peso frente al dólar,
si bien no ha tenido efecto en la inflación, es un tema que el Banco de México tiene que vigilar con mucha prudencia y, en caso de que se perciba que esto pudiera desestabilizar las expectativas de inflación, o que pudiera generar futuras presiones, podría recomendar un ajuste en la política monetaria, muy en particular en la dirección de aumentar las tasas de interés, afirmó Carstens.
Un incremento en las tasas de interés aumenta el rendimiento de las inversiones en pesos, por lo que puede tender a disminuir el atractivo de mantener inversiones en moneda extranjera. Pero, al mismo tiempo, encarece el costo del financiamiento para empresas y personas, lo que eventualmente disminuye el crecimiento.
En el último año el peso se ha depreciado 23 por ciento frente al dólar; sin embargo, en comparación con una canasta de monedas de países con los que realiza su comercio exterior, la devaluación es de 13 por ciento en el mismo periodo, dijo el gobernador del banco central. En ese lapso, el real brasileño se ha devaluado 70 por ciento; el peso colombiano 60 por ciento y el rand de Sudáfrica 50 por ciento, de acuerdo con datos mostrados hoy por Carstens.
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