Sin tomar parecer de los afectados
La ruta de privatización y aniquilamiento de las pensiones de millones de mexicanos ya alcanzó a los trabajadores burocráticos luego de que legisladores de los consabidos partidos PRI, Verde, PAN, Encuentro Social y Nueva Alianza, aprobaron la desincorporación del Pensionissste para transformar este fondo nacional de pensiones en una empresa pública-privada que podrá manejar a su entera libertad los 120 mil millones de pesos de las 39 mil cuentas que actualmente opera, con la discrecionalidad exclusiva de la Secretaría de Hacienda.
Como viene ocurriendo desde hace años con las Afores, la reforma aprobada en el Congreso sin tomar parecer a los directamente afectados, deslinda al Estado de su responsabilidad para con la seguridad social de los trabajadores a su servicio, los llamados burócratas, y de ribete, permite que los banqueros tengan a su disposición los millonarios recursos de sus pensiones con una participación de arranque, de hasta el 45 por ciento de la supuesta paraestatal.
Por donde se le vea, la burocracia nacional sale perdiendo porque su “patrón” ya no tendrá que responder por otorgarles su derecho a una pensión digna y consentirá que la llamada tasa de remplazo, que es el porcentaje del último salario con que se retiran los trabajadores sindicalizados al servicio del Estado, se vea seriamente disminuida sobre todo si tomamos en cuenta que hoy en día el Pensionissste les garantizaba una tasa del 60 por ciento. Con las modificaciones, esta se reducirá a la que actualmente manejan las Afores que es apenas de un 28 por ciento.
De acuerdo a lo aprobado por los legisladores esta afore paraestatal puede ser privatizada por decreto; es decir, que es susceptible de ser desincorporada o liquidada en el momento que así lo decida el Ejecutivo con lo que se viene abajo la premisa sostenida por los defensores de su inexistente autonomía.
Es más que evidente que lo que se pretende es que el gobierno federal ya no se haga responsable por el ahorro de los jubilados actuales y futuros, lavándose las manos en caso de que sus fondos se vean afectados por una administración inadecuada.
Quienes vanamente insisten en señalar que el Pensionissste no se privatizará, olvidan que la pretensión oculta es que reproduzca el modelo de las actuales Afores para que los ahorros de los burócratas sean manejados de manera irresponsable y a beneficio particular de los banqueros.
Y esto en el fondo lo saben los parlamentarios que aprobaron este atentado a las pensiones de millones de servidores públicos pues a regañadientes aceptaron que el Estado se haga cargo de las “minusvalías” (pérdidas de las sociedades de inversión), de tal manera que estás disminuciones del capital de los trabajadores serán cubiertas con cargo a una reserva especial y en caso de que esto resulte insuficiente, se cargará al capital social de la nueva entidad, pero de ninguna manera, como en caso de las Afores, impondrá riesgo compartido alguno a los banqueros que como siempre se llevarán las ganancias y dejarán a los trabadores las pérdidas.
Ya algunos sindicatos como el STUNAM han anunciado que promoverán amparos con el fin de evitar que los fondos de millones de trabajadores entren al juego del mercado financiero. Y deberán hacerlo a la brevedad porque del lado del sindicalismo corporativo del PRI, como la FSTSE, su líder Joel Ayala únicamente se ha circunscrito a señalar que los ahorros de la burocracia se invertirán en importantes proyectos productivos y en áreas seguras, por lo que no hay de qué preocuparse. Razonamiento que no comparten quienes ahora ven peligrar los ahorros para su vejez por la inminente privatización del Pensionissste.
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