Karina Avilés
Periódico La Jornada
Lunes 30 de septiembre de 2013, p. 14
Por primera vez, miles de padres de familia de las delegaciones Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta alzaron la voz en contra de la reforma educativa, por lo que han tomado alrededor de un centenar de escuelas en la capital del país.
Los tutores concluyeron la movilización con un llamado a tomar un mayor número de planteles al argumentar que las nuevas normas no sólo afectan a los profesores, sino a la sociedad en su conjunto.
Padres, niños y maestros marcharon juntos desde el centro de Tláhuac hasta el antiguo edificio delegacional de Xochimilco. Tardaron casi cinco horas, desde las 9.30 de la mañana hasta cerca de las 2 de la tarde.Los tutores concluyeron la movilización con un llamado a tomar un mayor número de planteles al argumentar que las nuevas normas no sólo afectan a los profesores, sino a la sociedad en su conjunto.
Primero pasaron por
el lugar alrededor de los tules, Tulyehualco; llegaron al bosque de San Luis Tlaxialtemalco y caminaron rumbo a San Gregorio –donde se unieron otros miles de inconformes– para llegar a su destino.Los padres dijeron que convocaron a esta movilización porque están enojados y preocupados. Expresaron que con las reglas establecidas en las modificaciones a los artículos 3 y 73 de la Constitución se institucionalizará que sean ellos quienes deban costear los gastos de la escuela pública.
Así comenzó este movimiento de padres de familia. Del lunes pasado a la fecha el saldo es el siguiente: casi
100 escuelas tomadas, otras más en
proceso de cierrey cerca de
5 mil alumnossin clases, resumió el maestro Joaquín, de la escuela Plan Sexenal, en Milpa Alta.
En un ambiente festivo, los paterfamilias hicieron pancartas, cartulinas contra las nuevas normas y gritaron consignas:
¡educación gratuita, lo que el pueblo necesita!, “¡educación primero, al hijo del obrero!,
¡el pueblo unido, jamás será vencido!, y
¡país petrolero y el pueblo sin dinero!
El líder del magisterio disidente en la ciudad de México, Francisco Bravo, expresó que los padres leen que hay un atentado contra la educación pública y que existe un peligro en relación a la gratuidad.
Sobre los descuentos a más de 32 mil trabajadores capitalinos por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP), insistió en que esto
Carolina Miranda, madre de un alumno que asiste a la primaria Epifanio Jiménez Ávila, pidió al gobierno dar la cara y asegurarles que ellos no tendrán que pagar la luz, el agua, el teléfono, el predial y los materiales escolares. La autoridad no lo hace porque sabe que se trata de una reforma disfrazada con
Vanesa Suárez tiene dos niños. El más grande, de ocho, asiste a la primaria Enrique C. Rebsamen, donde no hay labores desde hace una semana. Expresó que el gobierno de Enrique Peña Nieto no puede afirmar que la educación es gratuita, pese a que es un derecho constitucional, así como el carácter laico y obligatorio.
Sobre los descuentos a más de 32 mil trabajadores capitalinos por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP), insistió en que esto
es un alarde de autoritarismo, de intimidación porque en el Distrito Federal desde siempre nos han descontado, no hay paro que se nos condone, pero ahora cobra otra dimensión porque es en el marco de la protesta nacional.
Carolina Miranda, madre de un alumno que asiste a la primaria Epifanio Jiménez Ávila, pidió al gobierno dar la cara y asegurarles que ellos no tendrán que pagar la luz, el agua, el teléfono, el predial y los materiales escolares. La autoridad no lo hace porque sabe que se trata de una reforma disfrazada con
palabras bonitas, cuyo significado real es la privatización de la enseñanza.
Vanesa Suárez tiene dos niños. El más grande, de ocho, asiste a la primaria Enrique C. Rebsamen, donde no hay labores desde hace una semana. Expresó que el gobierno de Enrique Peña Nieto no puede afirmar que la educación es gratuita, pese a que es un derecho constitucional, así como el carácter laico y obligatorio.
La gratuidad no la vemos por ningún lado, enfatizó.
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