Cuando un gobierno toma tan a la ligera la aplicación del derecho y, de manera irresponsable, construye a través de montajes mediáticos su legitimidad ante una nación molesta y agraviada, las consecuencias son siempre lamentables. Como lo dicta la ley de la gravedad, las manzanas como las mentiras, siempre caen por su propio peso.
Tal es el caso de las violaciones perpetradas por las autoridades mexicanas a la francesa Florence Cassez, detenida en 2005 por sus vínculos con la banda de secuestradores conocida como Los Zodiaco, y que llevadas hasta el seno de la Corte han echado abajo, en sólo unos días, el tinglado de farsas y mentiras que con fines políticos montaron Felipe Calderón y su gabinete.
No es la inocencia de Cassez lo que tiene en un brete al gobierno panista, sino la forma en que se dio el procedimiento judicial de su detención. El 9 de diciembre del 2005 fue transmitida “en vivo” y a nivel nacional por Televisa, la detención de Los Zodiaco, mientras estaba con ellos la ciudadana francesa, hoy sentenciada a 60 años de prisión. Los problemas se iniciaron cuando, en febrero del 2006, las autoridades reconocieron que el entonces titular de la Agencia Federal de Investigación y hoy secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, hizo deliberadamente una “recreación” de los hechos.
No es la inocencia de Cassez lo que tiene en un brete al gobierno panista, sino la forma en que se dio el procedimiento judicial de su detención. El 9 de diciembre del 2005 fue transmitida “en vivo” y a nivel nacional por Televisa, la detención de Los Zodiaco, mientras estaba con ellos la ciudadana francesa, hoy sentenciada a 60 años de prisión. Los problemas se iniciaron cuando, en febrero del 2006, las autoridades reconocieron que el entonces titular de la Agencia Federal de Investigación y hoy secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, hizo deliberadamente una “recreación” de los hechos.
Desde ese momento empezó a hacer tic-tac la bomba de tiempo jurídica que ahora está por estallarle al gobierno de Calderón, quien ya como presidente, y a sabiendas de cómo se las gastaba García Luna en eso de los shows, decidió ascenderlo al cargo de secretario de Seguridad Pública Federal, y seguramente de manera extraoficial, como “asesor de montajes especiales”.
Así como Calderón avaló el “show mediático” del caso Cassez, también dio luz verde al montaje en contra de Luz y Fuerza del Centro, pasando por alto el respeto al Estado de derecho y a los derechos humanos de 44 mil trabajadores. Sobre el procedimiento irregular con que se apresó a la francesa, el ministro Arturo Zaldívar ha señalado que el montaje mediático “corrompió” todo el proceso.
No hacerlo, como ya lo indicaron los senadores, hará aparecer a nuestro país como una “república bananera” que se jacta de ser de primer mundo al otorgar 8 mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional, pero pisotea los derechos de los trabajadores y la autonomía de sus sindicatos.
Ya es hora de que “directores de escena” como García Luna sean llamados a cuentas, antes de que en las cortes internacionales se diga en referencia a México: “¡Pasen al circo…¡”
La realidad ha superado lo expuesto en el documental de Presunto culpable; la procuración y administración de justicia se aplican bajo los designios exclusivos de Felipe Calderón en una innegable tragicomedia nacional.
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