¿Desde cuándo no constituye una grave irregularidad que una empresa lleve doble contabilidad? Una, para uso interno de los administradores; otra, para impresionar favorablemente a los inversionistas. Es el caso de Pemex. Así lo reveló el director de finanzas, Ignacio Quesada, cuando trataba de explicar el agujero negro de 400 mil millones de pesos que la Auditoría Superior de la Federación descubrió en su contabilidad.
Enrique Galván Ochoa
Es una irregularidad tan grave que podría ser sancionada por la SEC de Estados Unidos –Securities and Exchange Commission–, a la que envía la cara bonita de la contabilidad a fin de que le permita levantar capital de los inversionistas. Y ese es el menor de los problemas.
El otro tiene que ver con el misterio de las cuentas por cobrar. El título, en cualquier contabilidad normal, se refiere a eso precisamente: clientes que deben dinero a Pemex Exploración y Producción, una de las divisiones de la paraestatal.
O funcionarios a quienes hizo préstamos y no los han pagado. Ahora resulta que no es así. En cuentas por cobrar se ocultan los famosos Pidiregas. ¿Qué son los Pidiregas? Un análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados de noviembre de 2007 dice que después de la crisis económica de diciembre de 1994, la disponibilidad de recursos financieros para la inversión productiva en México era prácticamente nula, dadas las grandes necesidades de inversión en materia energética fue necesario desarrollar nuevos esquemas de financiamiento que permitieran a Pemex y a la CFE contar con los flujos suficientes para tener la infraestructura necesaria para la generación de energía eléctrica y la extracción de petróleo.
Existen dos tipos de Pidiregas, añade el estudio:
1) Inversión directa: incluye aquellos proyectos en los que, por la naturaleza de los contratos, las entidades públicas asumen una obligación directa y firme de adquirir los activos productivos construidos por empresas privadas.
Y 2) Inversión condicionada: incluye proyectos en los que los activos son propiedad privada y en caso de alguna eventualidad contemplada en los contratos la entidad tiene la facultad de adquirir, o no, el bien. ¿No es un error clasificar los Pidiregas en cuentas por cobrar?
No satisface la explicación
Las explicaciones de Pemex no convencen a la presidenta de la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados, Esthela Damián Peralta. A raíz de todo esto, solicitó a la Auditoría Superior de la Federación un informe puntual en el que diga qué proyectos productivos son los que están generando las pérdidas con nombre y apellido, el monto de la pérdida de cada uno de ellos, con qué empresas están contratados, por qué están perdiendo o perdieron, así como el deslinde de responsabilidades. Sostuvo que la paraestatal ha reconocido el manejo de una doble contabilidad para presentar sus estados financieros en el país y a escala internacional, lo que independientemente del destino es una falta de claridad y transparencia.
En todo caso, lo más relevante de la información que hemos conocido por parte del resultado de la Auditoría y de los pronunciamientos de Pemex, es el reconocimiento de que existen pérdidas y que éstas son derivadas de los proyectos Pidiregas. No se hagan bolas: lo que hace falta es que Pemex presente una lista con los conceptos que integran la cuenta por cobrar.
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