Por: Redacción / Sinembargo - agosto 17 de 2012 sin embargo
Vinculado a varios chantajes (desde Zhenli Ye Gon hasta Joaquín Vargas Guajardo) y bien conocido por ser el “vocero” de Felipe Calderón Hinojosa en los temas peliagudos del sexenio, Javier Lozano Alarcón se ha convertido en uno de los personajes más oscuros del actual gobierno federal panista.
Lozano Alarcón es el más duro en este gobierno de duros. El 1 de diciembre de 2006 asumió como Secretario del Trabajo y Previsión Social del actual sexenio y se fue metiendo hasta la cocina en Los Pinos, aun cuando ni siquiera pertenecía al PAN; apenas el 30 de junio de 2007 se convirtió oficialmente en miembro del Partido Acción Nacional.
En julio de 2007 fue protagonista del escándalo con el empresario Zhenli Ye Gon, un narcotraficante de origen chino quien acusó a Lozano Alarcón de haberlo amenazado con la famosa frase “coopelas o cuello”.
Ye Gon, quien se encontraba prófugo de la justicia en Nueva York por acusaciones de narcotráfico y lavado de dinero, lo acusó de haberlo extorsionado para guardar los 205 millones de dólares que se encontraron en su domicilio; ese dinero, dijo, era para la campaña presidencial de Calderón Hinojosa en 2006, cosa que, por supuesto, Lozano negó.
Como titular del Trabajo también fue el responsable de los conflictos con el sindicato minero, de la requisa de Luz y Fuerza del Centro (LFC), lo que generó el conflicto social con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), y de la quiebra de Mexicana de Aviación, entre otros temas polémicos y que aún generan un enorme malestar social. También, en junio de 2007, se enfrascó en una guerra de declaraciones y cartas con el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón, a quien le exigió aplicar la ley a los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que mantenían un plantón en el Zócalo capitalino. Ya como aspirante al Senado –escaño que alcanzó el pasado 1 de julio–, el 26 de junio pasado el poblano fue el encargado de fijar la posición del PAN frente a las declaraciones del ex presidente Vicente Fox Quesada, quien abiertamente pidió el voto de los mexicanos para el priista Enrique Peña Nieto. En un comunicado, Lozano Alarcón no escatimó calificativos para Fox: lo llamó “miope”, por hablar de déficit de empleos sin considerar la crisis internacional; “irresponsable”, por pedir que se legalicen las drogas sin considerar el envenenamiento en almas y cuerpos que provocaría; “injusto”, al decir que con Felipe Calderón regresó la pobreza; “torpe”, al considerar que la alternancia implica que después de dos gobiernos el partido en el poder se haga a un lado, e “ingrato”, por no defender la permanencia del PAN.
Otros de sus adjetivos fueron: “cínico”, “cobarde”, “miserable”, “convenenciero” y “porro” de Peña Nieto. Ahora, el virulento Lozano ha sido acusado por el dueño y presidente de MVS, Joaquín Vargas, de amenazarlo en febrero de 2011 con “olvidarse” y mandar “a la chingada” el proyecto de la banda 2.5 Gigahertz, si recontrataba a la periodista Carmen Aristegui, quien días antes había lanzado una pregunta sobre el supuesto alcoholismo de Calderón. Al respecto, el propio Marcelo Ebrard advirtió ayer que de ser cierto que Lozano –con la aprobación de Calderón– condicionó la aprobación de un proyecto de MVS sobre la banda de 2.5 Ghz a que la empresa no recontratara a Aristegui, “la libertad de expresión en el país está en riesgo”. A su vez, el senador electo del PAN y actual diputado federal, Javier Corral Jurado, advirtió: “No me cabe la menor duda de que el presidente Felipe Calderón no sólo no está enterado de algunas cosas y momentos de esta historia, sino que ha sido mal informado por algunos de sus más cercanos colaboradores, e incluso creo que utilizado por ellos”.
Y añadió: “De otra manera no me explicaría, la forma tan contundente y definitiva como han salido a desmentir al propietario de MVS. Un supuesto en el que el Presidente supiera todo lo que sus colaboradores hicieron, o peor aún, que él realmente lo hubiera ordenado, simplemente y sencillamente sería suicida”.
Sin embargo, tras revisar algo de la actuación de Lozano en el gobierno de Calderón se duda que el Presidente del país no esté enterado de tantas atribuciones tomadas y tantos escándalos derivados de sus manotazos a los enemigos del calderonismo. El duro del sexenio no ha actuado por iniciativa propia, está claro. Y esto es lo que sabemos, ¿qué más habrá que aún no conocemos?
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