La UNT planteó desde el pasado martes acciones para enfrentar “el último golpe que quiere asestar este gobierno panista contra los trabajadores”, al calificar la iniciativa calderonista como “nefasta”
revista emet
Todo parece indicar que la iniciativa de reforma laboral que Felipe Calderón presentó al Congreso de la Unión estuvo negociada con el equipo político de Enrique Peña Nieto, por lo que no será nada raro que en la mayoría de sus postulados sean aprobados por ambas cámaras con cambios apenas de forma, que no de fondo, y que sin duda alguna deteriorarán aún más la situación que resienten los trabajadores en el país, con un gobierno de derecha, como el actual, y con uno de gran simpatía hacia ese sector como el que habrá de arribar a partir del próximo 1 de diciembre. Ayer mismo, el inquilino de Los Pinos pidió a los diputados del PAN realizar un trabajo intenso para sacar adelante la iniciativa de reforma laboral. Calderón también inició ayer la transición con una reunión con Enrique Peña Nieto en la que lo volvió a felicitar por su triunfo en las urnas el 1 de julio y le garantizó que dicha transición será eficaz, ordenada y transparente. Y una vez más, el michoacano llamó a los mexicanos a apoyar al mexiquense, no sin antes resaltar las “coincidencias” entre ambos y la necesidad de impulsar y consolidar las reformas estructurales que deja pendientes.
Pero regresando al tema de la reforma laboral, los términos en que está redactada, las modificaciones constitucionales en materia laboral, que parecen una copia al carbón de la llamada “Ley Lozano”, ya prendió las luces de alerta entre las organizaciones sindicales independientes que han logrado sobrevivir al neoliberalismo salvaje que ha prevalecido en el país en los últimos 30 años. La Unión Nacional de Trabajadores (UNT) anunció que realizarán movilizaciones para oponerse a estas reformas que incluirán desde marchas hasta un plantón afuera de la Cámara de Diputados. Exigen a los legisladores del PRI y PAN, que fácilmente pueden hacer la mayoría necesaria para aprobarlas, replantear otras iniciativas de reforma laboral presentadas desde la oposición y frenar la iniciativa del actual inquilino de Los Pinos. Denuncian que con esta iniciativa “Calderón le está haciendo el trabajo sucio a Enrique Peña Nieto a cambio de impunidad”.
La UNT planteó desde el pasado martes acciones para enfrentar “el último golpe que quiere asestar este gobierno panista contra los trabajadores”, al calificar la iniciativa calderonista como “nefasta”, ya que sólo busca fortalecer a los dueños del dinero en el país y minimizar los derechos laborales. Señala que es un engaño que esta iniciativa vaya a traer empleo, lo que va a profundizar, sostienen, es la desigualdad en el país y acentuar el espantoso desequilibrio económico que hay entre la clase obrera y la patronal, además de que se vulnerará el derecho laboral.
La preocupación de las organizaciones sindicales independientes no es gratuita puesto que, de acuerdo con los especialistas en la materia, la reforma tal y como está redactada flexibiliza las formas de contratación, al incluir nuevas modalidades, periodos de prueba, contratos de capacitación inicial y para trabajo de temporada; formaliza y regula prácticas que hoy están generalizadas, como el outsourcing; hace cambios importantes en el marco regulatorio de los conflictos laborales, estableciendo, por ejemplo, la figura del arbitraje o bien limitando a un máximo de doce meses el pago de salarios caídos para, argumenta, combatir la práctica de prolongar artificialmente los juicios laborales; privilegia a la productividad de los trabajadores como el principal criterio para acceder a plazas vacantes definitivas o provisionales de más de 30 días; impulsa la multihabilidad de los trabajadores, a efecto de que se involucren en otras actividades de su entorno laboral; reconoce el teletrabajo, es decir, aquel que se realiza a distancia como una de las formas de trabajo a domicilio. Una vertiente muy sobresaliente tiene que ver con los sindicatos, pues establece por ley la votación directa y secreta de las dirigencias y les impone la obligación de informar a sus agremiados respecto al patrimonio y situación financiera de los sindicatos.
Así, el falaz argumento de que la reforma laboral beneficiará a las masas de trabajadores no es más que una más de las mentiras que hace repetir la administración calderonista a través de los medios de comunicación. No ostante, ni el gobierno saliente ni el entrante se han atrevido a defender abiertamente esta iniciativa de reforma laboral, el trabajo ha sido totalmente subterráneo. Sólo los organismos cúpulas empresariales, como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), lo han hecho y están presionando a los legisladores para que la aprueben, señalando que “llegó la hora de romper con más de 40 años de parálisis y estancamiento en materia de legislación laboral”, a fin de “iniciar una nueva etapa de crecimiento económico”. También apremian a los legisladores a dejar de lado “mezquindades y cobardías” y “votar en conciencia”, lo que sea que eso signifique.
La UNT planteó desde el pasado martes acciones para enfrentar “el último golpe que quiere asestar este gobierno panista contra los trabajadores”, al calificar la iniciativa calderonista como “nefasta”, ya que sólo busca fortalecer a los dueños del dinero en el país y minimizar los derechos laborales. Señala que es un engaño que esta iniciativa vaya a traer empleo, lo que va a profundizar, sostienen, es la desigualdad en el país y acentuar el espantoso desequilibrio económico que hay entre la clase obrera y la patronal, además de que se vulnerará el derecho laboral.
La preocupación de las organizaciones sindicales independientes no es gratuita puesto que, de acuerdo con los especialistas en la materia, la reforma tal y como está redactada flexibiliza las formas de contratación, al incluir nuevas modalidades, periodos de prueba, contratos de capacitación inicial y para trabajo de temporada; formaliza y regula prácticas que hoy están generalizadas, como el outsourcing; hace cambios importantes en el marco regulatorio de los conflictos laborales, estableciendo, por ejemplo, la figura del arbitraje o bien limitando a un máximo de doce meses el pago de salarios caídos para, argumenta, combatir la práctica de prolongar artificialmente los juicios laborales; privilegia a la productividad de los trabajadores como el principal criterio para acceder a plazas vacantes definitivas o provisionales de más de 30 días; impulsa la multihabilidad de los trabajadores, a efecto de que se involucren en otras actividades de su entorno laboral; reconoce el teletrabajo, es decir, aquel que se realiza a distancia como una de las formas de trabajo a domicilio. Una vertiente muy sobresaliente tiene que ver con los sindicatos, pues establece por ley la votación directa y secreta de las dirigencias y les impone la obligación de informar a sus agremiados respecto al patrimonio y situación financiera de los sindicatos.
Así, el falaz argumento de que la reforma laboral beneficiará a las masas de trabajadores no es más que una más de las mentiras que hace repetir la administración calderonista a través de los medios de comunicación. No ostante, ni el gobierno saliente ni el entrante se han atrevido a defender abiertamente esta iniciativa de reforma laboral, el trabajo ha sido totalmente subterráneo. Sólo los organismos cúpulas empresariales, como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), lo han hecho y están presionando a los legisladores para que la aprueben, señalando que “llegó la hora de romper con más de 40 años de parálisis y estancamiento en materia de legislación laboral”, a fin de “iniciar una nueva etapa de crecimiento económico”. También apremian a los legisladores a dejar de lado “mezquindades y cobardías” y “votar en conciencia”, lo que sea que eso signifique.
Lilia Arellano - Revista EMET
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