Bien decía mi hermano que los mexicanos no somos feos, sino que casi siempre estamos haciendo algún coraje. ¿Que no habrá algún político que viva
en la honrosa medianíaque practicaba Benito Juárez?
Todos los días nos enteramos de los dispendios de nuestros políticos, de sus fortunas, de los montos de los aguinaldos que
se otorgan. ¿Dónde está el límite?
El argumento de que la ley les permite no declarar los valores o jugar con sus declaraciones no justifica el hecho de que el origen de muchas fortunas no sea claro.
Los políticos legislan ahora para protegerse de sus abusos, sus errores y contra el pueblo, al que se les olvida representan y al que se deben.
¿Necesitamos ese montón de diputados? ¿o los estados necesitan ese número de senadores? Escribo esto mientras espero resolver el dilema de cómo hacer para que con los mismos ingresos podamos ahora pagar el alza de precios y los impuestos creados para que el país progrese.
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