31 marzo 2012 | Revista NUEVA ERA
En Perú es obligatorio ir a votar, y si no lo haces te niegan una serie de trámites. Pero, en México se inhibe el sufragio con las famosas encuestas, que señalan que fulano va arriba. Casi te dicen “ya para qué votas, si ya ganó”, reflexiona Martín Esparza, líder del Sindicato Mexicano de Electricistas (sme), empresa que el presidente panista Felipe Calderón extinguió por decreto en 2009.
Nadie quiere votar, señala, por una persona que ha sido siete veces diputado federal. Andan como chapulines: de un cargo a otro.
―¿Qué generó el desencanto electoral? ¿En qué fallaron los partidos?
―Los partidos se convirtieron en una clase política que no tiene ningún compromiso con el país, sino personal, de grupos, con los propios empresarios y las trasnacionales. El resultado de 70 años de priísmo más 12 años de panismo es que, hoy, México está sumido en una terrible desigualdad social y económica. Buena parte de los jóvenes no tiene una perspectiva de vida. Eso, y la enajenación que provocan los medios de comunicación, han logrado que las personas ya no crean en los partidos ni en los candidatos. Los que están al frente de los cargos de representación popular están legitimándose gracias a una minoría.
―¿México pasó del sindicalismo a la partidocracia?
―En el artículo 123 se establecen las garantías del trabajador. Que, por ejemplo, pueda organizarse en un sindicato como parte estratégica para el equilibrio de los factores de la producción. Lo anterior se logró gracias al proceso posrevolucionario. El general Lázaro Cárdenas dio auge a los sindicatos y esto perduró hasta 1960. El problema vino después, resultado de una política económica neoliberal. Los países capitalistas inician los procesos de privatizaciones. México no fue la excepción. Y observamos que esa partidocracia empezó una campaña permanente para hacer a un lado las posiciones que tenían los trabajadores. Sí, lo que existe hoy es partidocracia. Las leyes no prevén las candidaturas ciudadanas, no se ha aprobado la reforma política. Por eso, también, la gran mayoría de la sociedad no cree en los partidos.
“En el sme no existe el voto corporativo. En los cincuenta, el sindicato estaba afiliado al pri, pero luego de una reforma de estatutos, eso terminó. Además, la relación de los sindicatos con el gobierno en turno se ha deteriorado. El gobierno agrede a los sindicatos cuyos dirigentes no puede cooptar”.
―¿Ve posibilidades de nuevas anomalías en este proceso electoral?
―Sí, claro. Los medios de comunicación están manipulando las encuestas. Además, se colocó en la Fepade, encargada de atender las denuncias por delitos electorales, a una gente cercana a Felipe Calderón. ¿Qué denuncia va a prosperar?
―El sme va con el prd.
―Con Andrés Manuel López Obrador. Realizamos una alianza política para que se impulse parte de la plataforma de la organización política del pueblo de los trabajadores, que tiene que ver con el respeto a los derechos de los mismos y el rechazo a la reforma laboral que plantean el pri y el pan. Queremos reactivar el campo mexicano para tener soberanía alimentaria. Por supuesto, restaurar Luz y Fuerza del Centro y reponer a los trabajadores del sme en nuestras actividades.
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