Fernando Camacho Servín
Periódico La Jornada
Lunes 5 de noviembre de 2012, p. 31
El supuesto cambio en la metodología de cobro de las tarifas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), anunciado hace unos días por el presidente Felipe Calderón, no representa ninguna transformación real en beneficio de los sectores más empobrecidos, sino únicamente la oficialización del sistema ya existente, el cual fomenta el
castigoa los usuarios que más consumen electricidad en vez de promover un consumo racional de la misma, señalaron académicos universitarios.
Leticia Campos, investigadora de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, afirmó que el proceso de definición de las tarifas domésticas sigue inconcluso, a pesar de los avances ocurridos durante la nacionalización de la industria eléctrica del país.
paga más el que gasta más.
Sin embargo, ante la falta de una cultura de consumo eficiente, lo que ha hecho este sistema es
castigara muchos usuarios que por diversas razones se ven forzados a utilizar más electricidad, pasando rápidamente del grupo que consume de uno a 75 kilovatios/mes, al que rebasa dicho límite, lo cual provoca también un aumento en sus tarifas.
Por otro lado, aunque la medida dictada por Calderón sí disminuye el precio del kilovatio/hora adicional al nivel ya mencionado de uno a 75 (de 1.25 pesos a 90 centavos), ello provocaría que unos 16 millones de usuarios pobres dejen de pagar de 3 a 5 mil millones de pesos al año, lo cual debilitará la capacidad de operación de la CFE.
Si Felipe Calderón realmente quiere ser solidario con los más pobres, en vez de seguir castigando a los usuarios debería poner límites a la privatización de los servicios públicos, que no privatice de forma desmedida, porque los bienes comunes son muy importantes para la gente de pocos recursos, subrayó.
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