Bartlett agregó que las reservas del país están agotadas por ese pacto establecido entre las administraciones panistas y el gobierno de Estados Unidos, y que por eso ahora los estadounidenses quieren asegurar la explotación de otros yacimientos.
Agregó que al hablar sobre las leyes que Lázaro Cárdenas hizo para supuestamente permitir la inversión extranjera en Pemex, el presidente miente, ya que omite que esa normatividad fue promulgada en 1939, precisamente para que los obreros mexicanos pudieran sacar adelante la industria con flujos de capital, pero que en 1940 se promulgó la norma definitiva, que sigue vigente, en la cual se dice que la explotación de los recursos petroleros es facultad exclusiva del Estado Mexicano.
Sin embargo, el titular del Poder Ejecutivo federal retomó el tema apenas pudo y fue tejiendo o imponiendo el Pacto por México para someter a las tres principales fuerzas políticas a su voluntad, los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) con el fin de llevar a cabo reformas perniciosas y regresivas y perniciosas para el pueblo de México, como las enmiendas a la Ley Federal del Trabajo, apuntó Bartlett Díaz.
Luego, Peña Nieto declaró a The Wall Street Journal que las propias trasnacionales han exigido que se les otorguen concesiones y ya no sólo contratos, porque únicamente así obtienen los créditos de la banca internacional para financiar los proyectos de exploración y explotación de petróleo en aguas someras y profundas.
Agregó que hay documentos del Senado estadunidense en los que se indica la urgencia de recuperar esa producción, ya que tienen ociosas las refinerías del Golfo de México. De ahí que el plan es que las corporaciones extranjeras vengan a explorar en busca de reservas, para luego llevarse el petróleo que encuentren.
“Nadie argumenta que van a vender Pemex; lo que denunciamos es que van a privatizar la explotación del petróleo, la renta petrolera. Van a concesionar partes del territorio a las empresas extranjeras y a pagarles con el petróleo que está en el subsuelo”, aseveró.
Y agregó que Emilio Lozoya Austin, director general de Petróleos Mexicanos, ha declarado que empresas trasnacionales no sólo explotarían las reservas de crudo mexicano, sino que también venderían gasolina.
Bartlett Díaz recordó que en la reunión del G–8 Peña Nieto también habló abiertamente sobre la privatización de Pemex.
Consideró que por el Pacto por México la reforma propuesta por Peña Nieto “ni siquiera será analizada ni discutida; se aprobará como todas esas iniciativas que se han presentado hasta ahora, a las 3 o 5 de la mañana, en votaciones a oscuras, sin un análisis, sin la menor discusión”.
Indicó que por esa razón es importante atender la movilización a la que está convocando el líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, el próximo 18 de agosto. “El pueblo de México tiene que manifestar su oposición a este despojo, a este atraco que le quieren hacer, porque no se puede esperar nada de los partidos políticos, que se apoyan perniciosamente en las televisoras y casi todos los medios de comunicación alineados para hacer creer que Lázaro Cárdenas estaría con la privatización: ¡vaya disparate!, ¡vaya mentira!, ¡están falseando la historia para quitarle sus recursos al pueblo de México!”.
Las declaraciones afuera
Bartlett recomendó revisar las declaraciones que el 18 de junio del año pasado funcionarios cercanos a Peña Nieto hicieron al Wall Street Journal y al Financial Times.
La nota del rotativo neoyorquino consignó que “fuentes de alto nivel del gobierno de Peña Nieto explican al diario que el proyecto de reforma busca permitir que las compañías privadas compartan los riesgos de desarrollar reservas petroleras cada vez más complejas, como los depósitos en aguas profundas.
“La apertura se daría en la exploración y producción en aguas profundas, donde se cree que se encuentra más de la mitad de las reservas proyectadas de hidrocarburos de México, y también en el petróleo y el gas que se encuentran en las formaciones rocosas de lutitas.
“El petróleo de aguas superficiales y perforaciones terrestres quedaría en dominio exclusivo de la firma estatal.
El diario aseguró entonces que el plan consideraba otorgar contratos de 25 años para áreas designadas y permitir a las empresas privadas apartar las reservas petroleras, lo que les daría un más fácil acceso a los mercados financieros globales.
El gobierno está considerando, añadió la publicación, la creación de una agencia nacional de petróleo, una especie de fondo soberano que administraría los ingresos petroleros del país. En el caso del petróleo y el gas producido por privados esta agencia pagaría los costos de producción y las ganancias serían compartidas entre el Estado y las compañías privadas; The Wall Street Journal detallaba que la proporción de las ganancias que se quedaría el gobierno no ha sido definida, pero que rondará el 70 por ciento.
Las ganancias compartidas del petróleo producido por privados podrían no pagarse a estas compañías con petróleo, sino en el efectivo equivalente a dicho petróleo a precios de mercado.
Peña Nieto dijo al diario británico que la necesidad de liberalizar Pemex estaba ya acordada bajo el Pacto por México, y que una propuesta más detallada vendrá en los próximos dos o tres meses.
“Hay diferentes opiniones en lo que la reforma debe ser, pero estoy confiado… en que será transformacional”, indicó al Financial Times. Peña Nieto agregó que la reforma incluirá “los cambios constitucionales necesarios para dar los inversionistas privados certidumbre”.
“La democracia se trata de respetar a la mayoría, no se trata de unanimidad”, comentó Peña Nieto sobre posibles rechazos a su propuesta. “Aunque el pacto no incluye a todo mundo, incluye a los más importantes partidos, y siempre habrá voces disidentes, como ocurre en cualquier país que es democrático y libre”, agregó el presidente entonces.
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