martes, 11 de septiembre de 2012

Reforma laboral = vasallaje


Precarización laboral a fondo / EPN: ¿quién cierra por fuera?
México SA-Carlos Fernández-Vega la jornada
Antes de que el actual inquilino de Los Pinos anunciara, ya con la mudanza en la puerta, su iniciativa preferente” en materia laboral, otras 497 (de chile, de dulce y de manteca) fueron presentadas en la Cámara de Diputados por los distintos partidos políticos en ella representados, y hasta ahora todas ellas gozan de vacaciones permanentes en la siempre práctica congeladora parlamentaria. La constante de tales “iniciativas” es que las 498 favorecen al empresariado, le cargan la factura sólo a uno de los factores de la producción, atentan contra la Constitución y de dientes para afuera prometen lo que nunca México alcanzará (“más empleos, mejores salarios y mayor protección para los trabajadores) bajo el criterio “reformista” que las rige.
A lo largo de los años, ninguna de las citadas “iniciativas” ha trascendido los muros de San Lázaro, y la calderonista (si alguna neurona circula en esas instalaciones) no tendría por qué obtener otro resultado, por muy “preferente” que sea. No es mediante el vasallaje como se resolverá uno de los problemas económico-sociales más lacerantes del país, ni es esa la ruta para reconstruir el mercado laboral, abatir la pobreza y/o impulsar la reactivación de la maltrecha economía mexicana. A los inquilinos de San Lázaro les restan 19 días para aprobar o desechar el regalito calderonista del adiós, y si la mayoría legislativa mantiene algún interés en el futuro de México y quienes lo habitan, entonces deberá remitir tal obsequio a donde corresponde, es decir, al bote de la basura.

Mientras los legisladores deciden si le dan la puntilla al México real o si optan por darle rumbo al país y comenzar a construir su futuro, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tec de Monterrey, campus estado de México, advierte (Empleo precario, pobreza e inflación, un círculo vicioso) que a corto plazo existen desafíos que México debe resolver a la de ya, “y el primero se refiere a la precarización del mercado laboral: la creación de empleos formales bien remunerados y con prestaciones sociales suficientes, algo imprescindible para garantizar la estabilidad social”, y para lograrlo lo que de plano debe desecharse es la “reforma laboral” calderonista.

Los legisladores, apunta el CIEN, “no deben caer en la tentación de nuevamente recargar en los trabajadores el peso de buscar generar un mayor crecimiento económico y productividad, es decir, no es con bajos salarios como se debe fomentar la inversión; esa receta ya está probada y los resultados negativos están a la vista. Flexibilizar el mercado laboral mediante contrataciones por hora, a prueba y sin garantizar el cumplimiento del marco legal podría exacerbar los problemas ya citados. Es de esperarse que en la propuesta se haya presentado una estimación del impacto que se tendría sobre el empleo formal, el informal, los sueldos y las prestaciones, todo ello por regiones y sectores económicos. De no ser así se corre el riesgo de aumentar el círculo vicioso de empleo precario, inflación y pobreza que existe en México”.

El centro de estudios subraya que es evidente que los alimentos representan uno de los aspectos que presionan el incremento en precios, y éste, lejos de ser un problema coyuntural, constituye algo que ha estado presente en el entorno económico desde 2007; de hecho, fue uno de los argumentos centrales del calderonato para justificar el aumento de la pobreza que se registra desde 2006. “La inflación de 4.6 por ciento reportada para agosto no solamente se encuentra fuera del objetivo del Banco de México, sino que en la parte de alimentos los incrementos en productos como huevo, carne de pollo y granos, por citar algunos ejemplos, ha superado los dos dígitos. Abatir el aumento de precios en los alimentos será una de las primeras acciones a implementar, y es algo que no se alcanzará mediante mayores importaciones”.

La solución de fondo se encuentra en el aumento de la capacidad interna de producción agrícola, la tecnificación y la generación de una infraestructura de riego. De igual manera, el impulso al financiamiento y la creación de agroindustrias son un elemento central a tomar en cuenta para comenzar a revertir el descuido en el que se tiene sumido al campo mexicano, así como la creciente dependencia alimentaria externa. “No por nada las economías desarrolladas destinan una gran cantidad de subsidios al sector agrícola, conocen la relevancia social y económica de hacerlo. Estados Unidos, la Unión Europea y Japón basan parte de su manejo político interno en las relaciones que tienen con sus productores agrícolas, pero desde una perspectiva que les permite abrirles mercado en el exterior. En México parte de los programas destinados al campo no tienen una orientación a resultados productivos, solamente políticos”.

De la mano con lo anterior, abatir la pobreza alimentaria es un aspecto esencial. No puede obviarse que los problemas antes citados tienen una profunda interrelación con esto último; la falta de empleo formal bien pagado y el incremento en el precio de los alimentos dañan la capacidad de compra, y con ello el bienestar de la población más pobre (el grupo de mexicanos que destina más de 55 por ciento de su gasto a alimentos y bebidas). Atajar la pobreza alimentaria se traduce en garantizar que la población tendrá elementos mínimos para existir y no solamente subsistir. Debemos recordar que, de acuerdo con la nueva metodología para medir la pobreza, hay más de 28 millones de pobres en México que no tienen lo suficiente para alimentarse bien.

A partir de la solución de estos desequilibrios, anota el CIEN, “se puede pensar en que el país estará preparado para alcanzar objetivos superiores. Mantener intocado el estado de cosas es garantizar la inestabilidad de la nación. Flexibilizar el mercado laboral, mediante contrataciones por hora, a prueba y sin garantizar el cumplimiento del marco legal podría exacerbar los problemas ya citados”. Entonces, los legisladores decidirán si su intención es comenzar a levantar el tiradero que deja Calderón y amigos que lo acompañan, o si avientan más materia al chiquero.

Las rebanadas del pastel

Dice Enrique Peña Nieto que no más se instale en Los Pinos presentará una iniciativa “para crear una comisión anticorrupción que pueda ejercer acción penal” en contra de los funcionarios de mano larga. Bien por el discurso del copetón, pero surgen dos dudas: ¿quién cerrará la cárcel por fuera?, y ¿dónde se construirá el mega reclusorio que los albergue?, porque se necesita uno de proporciones gigantescas para medianamente dar cupo a los integrantes de la cleptocracia nacional.

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