El Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), en nombre del gobierno federal, impugnó el amparo definitivo que otorgó un tribunal en favor de los trabajadores de la extinta Luz y Fuerza del Centro (LFC), en el cual se reconoce que su despido no fue justificado, ni "causa de fuerza de mayor", que se mantienen sus relaciones laborales y que tienen derecho al patrón sustituto y que éste sea la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El segundo tribunal colegiado en materia de trabajo, notificó ayer que el SAE interpuso un recurso de revisión en contra de la sentencia emitida en este juicio de amparo, por lo que ahora, el asunto se remite a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que lo considere.
Dicho tribunal fue el que emitió el pasado 13 de septiembre, la resolución en favor de los electricistas, en la cual establece que dichos trabajadores tienen derecho a la recontratación por parte de la CFE –porque esta paraestatal fue la beneficiaria de los bienes de LFC–, pero sobre todo porque subsiste su relación laboral.
Fue precisamente el SAE el que interpuso inicialmente la demanda para dar por terminadas las relaciones laborales de estos trabajadores y negar la sustitución patronal. La Junta Especial número 5 de la Federal de Conciliación y Arbitraje le dio la razón, pero los electricistas impugnaron y luego de sucesivos recursos, ganaron en definitiva el caso y obtuvieron un amparo en su favor.
Incluso el tribunal mandató a la junta para que emitiera un laudo reconociendo la persistencia de las relaciones laborales, que no hubo caso de fuerza mayor para sus despedidos y que tienen que ser recontratados por la CFE.
Ahora el SAE interpone otro recurso y estará en manos de la SCJN resolver el conflicto; sin embargo, en un amparo anterior reconoció que subsisten los derechos laborales de los trabajadores de la extinta LFC.
Los abogados del Sindicato Mexicano de Electricistas, explican que conforme a la sentencia del tribunal, estos trabajadores deben ser recontratados por la CFE y tienen derecho a los salarios caidos de tres años y –los que hayan cumplido con los años de servicio correspondiente– a la jubilación.
Con información de Jesús Aranda
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