Adelanta que en septiembre presentará al Congreso su iniciativa de reforma a la ley hacendaria.
José Antonio Román
Periódico La Jornada
Martes 23 de julio de 2013, p. 9
La informalidad del empleo es
enemigade los trabajadores, pero también una
salida falsapara la sociedad, aseguró el presidente Enrique Peña Nieto, al poner en marcha el Programa para la Formalización del Empleo 2013.
Dijo que éste es un avance significativo, pero dada la magnitud del problema en el país, reconoció que es apenas un primer paso.
La única manera de resolver problemas estructurales es también con reformas estructurales, dijo el mandatario, quien adelantó que en septiembre será presentado al Congreso la iniciativa de reforma a la ley hacendaria, que tendrá como objetivo central la formalización de la economía.
En el acto, realizado en el Patio de Honor de Palacio Nacional, el presidente Peña Nieto puso en cifras la gravedad y magnitud del problema. Explicó que con una nueva metodología, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que no son tres de cada 10 empleos los que se encuentran en esta situación irregular –como se pensaba hasta ahora–, sino son seis de cada 10. Es decir, 28 millones de trabajadores con empleo informal.
El insuficiente crecimiento económico y el incremento demográfico de las pasadas tres décadas han hecho que hoy 59 por ciento de la población ocupada labore en condición de informalidad.
No obstante la magnitud del problema, el programa puesto en marcha se ha trazado el objetivo de regularizar –con el apoyo de todos los gobiernos estatales, incluyendo al del Distrito Federal–, a unos 200 mil trabajadores que hoy están en la informalidad.
El presidente Peña Nieto aseguró que la informalidad
es, en sí misma, enemiga del trabajadory su familia, pues limita sus oportunidades de crecimiento profesional e impide que tenga un mejor salario.
Para la sociedad es una salida falsa. Es cierto, libera presiones de empleo en el muy corto plazo, pero genera enormes pasivos sociales colectivos, dijo.
Pidió dejar atrás el círculo vicioso de informalidad, insuficiente productividad y bajo crecimiento económico, e impulsar uno nuevo, basado en formalidad, productividad y crecimiento económico elevado. Se dijo convencido de que México tiene hoy nuevas condiciones estratégicas para lograrlo.
Entre éstas, el Presidente citó el que por primera vez el país conozca la verdadera magnitud del problema. Se tiene una nueva legislación laboral que hace más eficiente y competitivo el mercado de trabajo, que facilitará la incorporación de jóvenes al empleo formal, y existe un Comité Nacional de Productividad que involucra a gobiernos, trabajadores, empresarios y académicos, que tiene la tarea de proponer políticas y estrategias que eviten la informalidad.
Además, agregó, ya se analiza la reforma financiera, que de ser aprobada permitirá que haya más crédito y sea más barato para las pequeñas y medianas empresas formales y, finalmente, México se ha reposicionado como uno de los 10 destinos más atractivos para la inversión extranjera directa, lo cual generará mayores empleos formales.
Los beneficios de la formalidad superan por mucho las ventajas ilusorias de la informalidad, insistió el mandatario, quien dijo que la reforma hacendaria anunciada tendrá como objetivo complementario crear las bases para constituir el sistema de seguridad social universal, que permitirá que todos los mexicanos cuenten con servicios de salud, seguro de desempleo temporal y una pensión básica para el retiro.
En el acto intervino también el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida; el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, José Antonio González Anaya; el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, Juan Pablo Castañón, y el secretario general de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos, Isaías González Cuevas.
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