La figura planteada por mexicanos aumentaría el valor de las empresas estadunidenses, indican.
David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 19 de agosto de 2013, p. 10
Nueva York, 18 agosto.
Aunque la reforma energética presentada por el gobierno de Enrique Peña Nieto fue recibida por el sector inversionista estadunidense como un
gran primer paso, muchos dejaron en claro que desean aún más para aceptar la invitación mexicana a participar en el sector petrolero.
En las primeras reacciones ante la presentación de la propuesta, inversionistas, sus asesores y empresas manifestaron que tienen una demanda explícita al establecer, casi como condición, algo más que sólo contratos para
compartir utilidadesy riesgo, como se formula en el proyecto de reforma. La preferencia de las empresas petroleras son contratos para
compartir produccióno reservas y no utilidades, ya que eso es lo que se registra como bienes para las compañías.
endulzando, como lo calificó Business Week, su invitación a empresas trasnacionales. Para superar este problema, el gobierno mexicano negocia con la Comisión de Valores (Securities and Exchange Commission, o SEC, por sus siglas en inglés) para que permita que las empresas registren sus contratos para
compartir utilidadescomo algo que cuenta como reservas.
El plan es que se permita a empresas registrar el interés económico de los contratos de riesgo compartido bajo reglas de la SEC que permiten convertir ese valor en volumen, mientras el Estado se mantiene como pleno propietario, explicó el subsecretario de energía Enrique Ochoa en entrevista con Business Week.
Emilio Lozoya declaró, en entrevista con Financial Times (FT), que espera que la reforma incremente la inversión petrolera por 10 mil millones anuales de aquí al año 2025, con inversión proveniente de empresas extranjeras y una parte por Pemex.
Es muy excitante. En términos de estructura, la paraestatal será como cualquier empresa petrolera internacional con operaciones modernizadas y alta eficiencia.
Pero FT subraya que el tema de la participación en los beneficios versusparticipación en producción es más difícil de manejar, ya que el gobierno mexicano ha declarado a sus ciudadanos que los contratos de utilidades implican que no se entregará a intereses privados ningún barril de petróleo en México.
Sin embargo, el gobierno ha intentado asegurar a empresas como ExxonMobil y Royal Dutch Shell que se podrá resolver en parte este problema. Lozoya afirmó al FTque
las empresas no podrán contabilizar reservas. Sin embargo, los acuerdos para compartir utilidades globalmente permiten a las compañías reportarlos en sus declaraciones financieras como bienes con expectativas de flujos de efectivo.
Aunque todo esto parece un asunto semántico, para las empresas es prioritario, ya que si pueden registrar sus contratos con México en sus declaraciones financieras como algo igual que tener esas reservas como bienes propios; eso es algo que incrementa el valor de sus compañías en los mercados bursátiles.
Pero para eso, al parecer, la SEC tiene que autorizar esta maniobra de magia de contabilidad. FT informa que Lozoya declinó comentar cuando fue cuestionado si México ha abordado este punto con la SEC.
Otras fuentes citadas por FT y Business Week indican que el gobierno mexicano ha estado en pláticas con la SEC durante los últimos meses para asegurar que los inversionistas extranjeros puedan registrar su parte de las utilidades en estos contratos con México como si fueran reservas en su poder.
Pero eso no será suficiente, ya que las empresas extranjeras estarán muy enfocadas en los detalles finos de los contratos, fijando no sólo las fórmulas para compartir utilidades, sino también los términos y garantías.
Las petroleras, después de (experiencias negativas) en países como Venezuela, estarán cautelosas de cualquier cosa que se perciba como algo borroso legal o políticamente, y no ofrecerán inversión hasta estar confiadas en que los contratos estén muy bien armados, reporta The Economist.
Jorge Piñón, ex presidente de Amoco Oil América Latina, expresó que
estoy extremadamente cauteloso sobre esto, en referencia a los términos específicos de los contratos. Las empresas extranjeras, comentó en entrevista con New York Times, desean estar seguras de que los contratos para compartir utilidades serán lucrativos antes de invertir en México.
A la vez muchos indicaron que no podrían evaluar a fondo las implicaciones de esta propuesta hasta que se elaboren las llamadas
leyes secundarias, donde estarán los detalles claves sobre la implementación de la reforma.
Para saber si esto será exitoso (la reforma), tenemos que esperar la legislación secundaria, la cual ofrecerá claridad sobre qué tipos de contratos se ofrecerán. Hasta entonces, básicamente se trata de esperar y ver, dijo Daniel Kerner, jefe para América Latina de la casa de inversiones Eurasia Group, al Financial Times.
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