Es indudable que el sector eléctrico de México cuenta con elementos que conforman un rico patrimonio cultural, tecnológico e industrial, susceptible de estudiar, catalogar y valorar. En este contexto se encuentra el Complejo Hidroeléctrico de Necaxa, un legado especial y entrañable, que a la fecha no ha sido suficientemente reconocido y es por esto que debemos ponderar aquellos elementos que significaron un gran avance en el conocimiento y dominio de las tecnologías de la época; pero también reconocer los valores culturales vinculados al Complejo Hidroeléctrico de Necaxa, como el deporte del futbol, su origen y evolución, así como las aportaciones de los trabajadores a la cultura política y la democracia.
Antonio Guadarrama Saucedo
El futbol en méxico
En nuestro país, los juegos de pelota tienen una gran historia; desde épocas prehispánicas se desarrolla un juego muy parecido a lo que actualmente conocemos como futbol. La historia popular sostiene que los mineros ingleses trajeron el futbol al país, que en sus horas de descanso lo practicaban al aire libre y que tras fundar el primer club este deporte se difundió a todo el territorio mexicano.
Existen evidencias que el viejo deporte inglés se arraigó en tierras nacionales durante la última década del siglo XIX. En 1898, en la ciudad de Orizaba, Veracruz, se funda el Orizaba Athletic Club, a cargo de Duncan Macomish, un hilandero escocés radicado en esa ciudad.
En 1901, en Real del Monte, los ingleses integran el Pachuca Athletic Club. Posteriormente se formarían otros equipos (todos con jugadores ingleses) y se disputarían los primeros torneos. La Liga de Football Association Amateur fue fundada en junio de 1902, organizando un campeonato nacional mexicano.
En 1900 empezó a dar servicio la primera línea del tranvía eléctrico, entre los barrios de Chapultepec y Tacubaya. Aunque los de tracción animal seguirían prestando servicios otros treinta años. En 1905 entró en operación la planta hidroeléctrica de Necaxa. En la coordinación y regulación de estas compañías: la Mexican Ligth and Power Co. (Compañía de Luz y Fuerza) y la Compañía de Tranvías participaron activamente miles de trabajadores mexicanos, que se constituyeron en una parte medular de la modernización de la infraestructura urbana de México.
En 1909, Frederik StarK Pearson logró la fusión de sus dos empresas: Compañía de Luz y Fuerza y Tranvías. La dimensión humana fue de gran importancia para asimilar los cambios tecnológicos. Paulatinamente se incorporan a estas empresas cientos de trabajadores; algunos de ellos provenientes de Necaxa, Puebla y de la capital del país.
En1915, se funda un equipo de futbol con trabajadores de la Compañía de Luz. En 1922, el ingeniero inglés William H. Frasser, apasionado jugador de futbol, estaba convencido que este deporte beneficiaba a los obreros que trabajaban en la empresa, por lo que patrocinaba a los dos equipos Tranvías y Luz y Fuerza, que jugaban en los campos de La Condesa.
También en 1915, surge la iniciativa para formar el equipo de futbol dentro de las compañías, ésta partió de un grupo de aficionados que trabajaban en el Departamento de Talleres de la Compañía de Tranvías de México, que acudieron al llamado que les hicieron los señores Bernardino Moreno e Isaac Rivera. El primer equipo llevó el nombre de 705, por ser este número el correspondiente al carro de pasajeros de mayor capacidad que tenía entonces la Compañía de Tranvías.
Poco después se formó otro equipo, debido al esfuerzo de Vicente Escárcega, también de Talleres, al que pusieron el nombre de Segunda de Tranvías; a fines de 1916 desapareció el 705 y con elementos de este equipo y algunos nuevos se formó la Primera de Tranvías*.
La Liga Mexicana cambio su nombre por el de Federación Mexicana de Foot Ball; los dos equipos participaron en el torneo de 1922-1923, ocupando posiciones modestas: el Luz y Fuerza quinto lugar y el Tranvías el séptimo.
Próximo a celebrarse los campeonatos de 1924 y 1925, y considerando que con la unión de los dos podrían tener un mejor desempeño, Graciano Díaz Fernández inicio las gestiones con los representantes de ambos equipos: Bernardino Moreno del Tranvías y Roberto Jardón de Luz y Fuerza, que se dieron a la tarea de buscar un nombre, debido a que el reglamento no permitía que los equipos llevaran el nombre de alguna empresa privada; por lo tanto, se propusieron algunos nombres: Mex Tram, Unión Deportiva, Eléctricos y Club Nacional, además el de Toronto y de Necaxa. Después de algunas discusiones se aceptó el de Necaxa. Se envió una comunicación a la Liga Mexicana de Futbol, nombrando como delegado a Bernardino Moreno y de suplente a Roberto Jardón.
Así nace el Necaxa, con uniforme rojo y blanco, participando por primera vez en el campeonato 1924 y 1925.
Cobró tanta popularidad que fue necesario construir su propio campo, uno de los mejores estadios de la época con el pasto mejor tratado, ubicado en la Calzada de los Cuartos y Río de la Piedad, a un lado del desaparecido Parque de Béisbol del Seguro Social (ahora Plaza Delta).
La inauguración se llevó a cabo el 14 de septiembre de 1930 y fue el primero en albergar una eliminatoria mundialista en 1933.
Los colores rojo y blanco del Necaxa fueron portados con gallardía por excelentes jugadores: Raúl “Pipiolo” Estrada, Lorenzo “Abuelo” Camarena, Antonio Azpiri, Guillermo “Perro” Ortega, Ignacio “Calavera” Ávila, Marcial “Ranchero” Ortiz, Vicente “Chamaco” García, Tomas “Poeta” Lozano, Hilario “Moco” López, Julio “Chino” Lores y Luis “Pichojos” Pérez, Ignacio Trelles, Fernando Marcos, entre otros.
Otro sobrenombre del Necaxa fue el de los “Once Hermanos”.
*Revista Electra, núm. 66, órgano del personal de las compañías Mexicana de Luz y Fuerza del Centro y Tranvías de México, año V, junio de 1931.
El autor es presidente del Comité para la Defensa del Patrimonio Cultural, Tecnológico e Industrial del Sector Eléctrico de Necaxa, Asociación Civil.
Fuente: Revista Siempre!
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