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Opinión MIRADOR Heraldo de Puebla
*"Guaruras" del engreído Javier Lozano Alarcón
En una rueda de prensa, a principios de la actual campaña política, cuando todavía Javier Lozano Alarcón traía la esperanza de ser bien recibido por los poblanos como candidato del PAN a la Senaduría de la República, salió a relucir el tema de sus "guaruras".
Desde un principio, cuando llegaba al hotel donde ofrecía la entrevista a medios de comunicación poblanos, se le veía con cinco escoltas que no podían ocultar su imagen de traje negro y un escudo en la solapa del saco.
Desde que descendía de su camioneta con placas del Distrito Federal, porque él vive allá, en zona residencial, no en Puebla, ya estaban los escoltas alrededor de él y caminaban cuidando su espalda, mientras otros se adelantaban para revisar el lugar y apostarse en lugares estratégicos.
En una de esas, un colega le preguntó: ¿oiga y para que tantos guardaespaldas, teme por su vida?
Lozano Alarcón soltó una carcajada y respondió, no tengo de quien cuidarme.
Esta escolta -aseguró- me la pusieron.
Son elementos de la Procuraduría General de la República.
Yo no los pedí.
Pero me dijeron, ahí te mando a unos elementos para tu seguridad.
Así, desde el inicio de la campaña, llega a Puebla y se va con sus "guaruras".
No se le olvida, ya que no es secretario de Trabajo y Previsión Social en el Gobierno del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, que ahora es un candidato del Partido Acción Nacional al Senado de la República.
A la gente le fastidia ver a los políticos rodeados de "guaruras".
Dan una pésima imagen.
En una palabra: intocables.
Entonces para qué meterse a candidatos.
Bueno en el caso de Lozano Alarcón, es la excepción.
No ha podido penetrar en los sectores poblanos.
Por voto derecho está perdido.
Sin embargo, como está el pacto gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, Enrique Peña Nieto, candidato del PRI a la Presidencia y la líder del SNTE, Elba Esther Gordillo, de acuerdo a lo que vino a denunciar el abanderado de las izquierdas Andrés Manuel López Obrador, va a llegar al Senado.
En una rueda de prensa, a principios de la actual campaña política, cuando todavía Javier Lozano Alarcón traía la esperanza de ser bien recibido por los poblanos como candidato del PAN a la Senaduría de la República, salió a relucir el tema de sus "guaruras".
Desde un principio, cuando llegaba al hotel donde ofrecía la entrevista a medios de comunicación poblanos, se le veía con cinco escoltas que no podían ocultar su imagen de traje negro y un escudo en la solapa del saco.
Desde que descendía de su camioneta con placas del Distrito Federal, porque él vive allá, en zona residencial, no en Puebla, ya estaban los escoltas alrededor de él y caminaban cuidando su espalda, mientras otros se adelantaban para revisar el lugar y apostarse en lugares estratégicos.
En una de esas, un colega le preguntó: ¿oiga y para que tantos guardaespaldas, teme por su vida?
Lozano Alarcón soltó una carcajada y respondió, no tengo de quien cuidarme.
Esta escolta -aseguró- me la pusieron.
Son elementos de la Procuraduría General de la República.
Yo no los pedí.
Pero me dijeron, ahí te mando a unos elementos para tu seguridad.
Así, desde el inicio de la campaña, llega a Puebla y se va con sus "guaruras".
No se le olvida, ya que no es secretario de Trabajo y Previsión Social en el Gobierno del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, que ahora es un candidato del Partido Acción Nacional al Senado de la República.
A la gente le fastidia ver a los políticos rodeados de "guaruras".
Dan una pésima imagen.
En una palabra: intocables.
Entonces para qué meterse a candidatos.
Bueno en el caso de Lozano Alarcón, es la excepción.
No ha podido penetrar en los sectores poblanos.
Por voto derecho está perdido.
Sin embargo, como está el pacto gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, Enrique Peña Nieto, candidato del PRI a la Presidencia y la líder del SNTE, Elba Esther Gordillo, de acuerdo a lo que vino a denunciar el abanderado de las izquierdas Andrés Manuel López Obrador, va a llegar al Senado.
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