jueves, 18 de julio de 2013

Acervo histórico de Luz y Fuerza en el Archivo General de la Nación

La memoria de la luz aparece en el AGN
17 julio 2013 
Abida Ventura 
El Universal
Entre los documentos y archivos gráficos inéditos que el Archivo General de la Nación sacó a la luz en febrero pasado en la posición Un Siglo sin Madero, que conmemoraba los 100 años de la Decena Trágica, destacaba una serie de fotografías que mostraban los daños en postes, cableado eléctrico y en edificios de la Ciudad de México, después de los 10 días de fuego cruzado que los habitantes de la capital presenciaron en febrero de 1913.
Esas imágenes inéditas, provenientes del Fondo Luz y Fuerza del Centro (LFC), fueron la primera pista que llevó a la consulta del vasto, y casi desconocido, archivo histórico de esta compañía extinta por decreto presidencial en octubre de 2009. 


Ese archivo, que llegó al edificio de Lecumberri en julio de 2010 por una transferencia del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público -dependencia encargada de la liquidación de la paraestatal-, comprende poco más de 800 cajas que desde su llegada a la Galería 8 del AGN han sido poco consultadas. 

Ese material resguardado en cajas negras de cartón , que portan el logotipo de la compañía extinta, aún no ha sido catalogado e identificado, por lo que su contenido es casi desconocido, incluso para el personal del AGN que lo custodia. 

"Todavía no se ha hecho un proceso para verificar, contar y decir son tantos documentos y de qué se tratan", comenta Inés Ortiz Caballero, jefa del Departamento de Centro de Información Gráfica del AGN, mientras revela a El Universal algunas imágenes de ese acervo. 

Las fotos, recibos, facturas, mapas, planos, inspecciones, solicitudes de servicios y documentos diversos resguardados en este archivo datan de finales del siglo XIX hasta 1988. Se trata de un universo documental y gráfico que contiene la memoria de la compañía eléctrica, desde antes de su fundación, como la empresa privada The Mexican Light and Power Company, Limited en 1903, hasta finales del siglo XX, cuando ya es una empresa estatal consolidada. Ese rico material también ofrece la posibilidad de conocer el desarrollo de la industria eléctrica en el centro del país por más de un siglo. 

Una parte sustancial e inédita del acervo se encuentra en las 251 cajas que contienen más de 10 mil fotografías impresas en soporte de papel, en acetatos, negativos de vidrio y placas de nitrato. Destaca entre otros, el álbum número 10, identificado como el de la "Decena Trágica" que, según la etiqueta de la portada, contiene 177 fotografías de 1910. Sin embargo, al hojear el álbum las escenas de los destrozos en las calles, postes y cableados que dejó el enfrentamiento armado en febrero de 1913 me mezclan con una serie de imágenes del desfile militar del 16 de septiembre de 1920 y con otras de instalaciones de la entonces The Mexican Light and Power Company, Limited. 

En total, sobre la Decena Trágica son cerca de 100 fotografías, la mayoría de ellas inéditas y de autor desconocido. 

"Son fotografías que se tuvieron que hacer con el propósito de reclamarle al gobierno de Victoriano Huerta el daño a la infraestructura, a los cable y postes caídos, a partir del enfrentamiento en esos días", comenta el historiador José Francisco Coello Ugalde, quien desde 2003 y hasta 2009 estuvo al frente del archivo histórico de LFC, que tenía como sede un "galerón", en un edificio de la compañía, ubicado en Tizoc 45, en la colonia Tlaxpana, de la delegación Miguel Hidalgo. 

Entre los 20 álbumes fotográficos que hasta ahora ha contado el personal del Archivo General de la Nación también hay uno con imágenes de 1909 a 1910; que muestra el proceso constructivo y funcionamiento de la planta de Necaxa, en la sierra de Huauchinango, Puebla. Algunas panorámicas muestran el paisaje donde se asentó esta presa hidroeléctrica, la primera del país, así como la instalación de su infraestructura. 

Es ese vasto acervo fotográfico aún sin identificar también hay, según Coello Ugalde, imágenes poco conocidas de cuando una cuadrilla de trabajadores de la compañía Luz y Fuerza del Centro descubrió el monolito de la Coyolxauhqui, en 1978, en el Centro Histórico. 

Los pendientes 

Adheridas a un soporte de cartoncillo y con algunas huellas de deterioro, las fotografías de este archivo histórico requieren de un proceso de estabilización inmediata para que se puedan conservar. 

Estas fotografías tendrían que estar estabilizadas, en un material especial, libre de ácido. Tendrían que desprenderse de este cartoncillo, en donde están pegadas con un adhesivo; habría que hacerles una guarda especial y mantener a temperatura y humedad adecuada para que no progrese más el daño", comenta Inés Ortiz Caballero, quien asegura que a pesar de las condiciones en que se encuentran, algunos materiales frágiles, como los negativos de vidrio, están en buen estado. 

Sin embargo, la intervención de este archivo todavía está pendiente, pues antes de estos cientos de cajas, el Archivo General de la Nación tiene en lista otros materiales por conservar. "No contamos con recursos ni con personal", comenta Inés Ortiz Caballero. 

Por ahora, añade la especialista, lo que se planea en un futuro próximo es un proceso de cotejo contra los inventarios proporcionados por el propio Servicio de Administración y Enajenación de Bienes, así como su catalogación. 

"Aquí está bien y se van a conservar, sólo se necesita un catálogo tanto para consulta, como para control del material", sostiene Inés Ortiz Caballero, mientras se paseaba por esas cajas que contienen la memoria de una empresa que durante más de un siglo llevó luz a miles de hogares ene l centro del país. 

SAE y CFE no dicen dónde está el resto del archivo

El archivo histórico actualmente en custodia del Archivo General de la Nación (AGN) es apenas una pequeña muestra del vasto acervo documental que resguardaba Luz y Fuerza del Centro, sostiene el historiador José Francisco Coello Ugalde, quien hasta octubre de 2009 estuvo a cargo del archivo histórico de la compañía.



La idea de integrar ese archivo, cuenta, era un proyecto casi nuevo. Inició en 2003, cuando la compañía cumplió 100 años. "La integración del archivo duró cinco años, no tuvimos tiempo para hacer grandes cosas", revela el historiador, quien dice que  a la par de la sistematización del archivo histórico también se planteó la creación de un museo y una biblioteca alterna a la que tenía la paraestatal.

Pero estos proyectos quedaron truncos con la extinción de la compañía en octubre de 2009, y hasta ahora, demanda, se desconoce el paradero de algunos de los materiales que se resguardaban en la sede del archivo histórico, como los de la biblioteca y el museo.

"LO que hay en el AGN es lo que hasta ahora se sabe que se pudo rescatar", comenta.

El acervo para el museo, dice, comprendía unas 300 piezas y objetos antiguos, como teodolitos, cascos, cámaras fotográficas, equipo de medición para tableros y lámparas antiguas. Además, en el archivo histórico comenzaba a conformarse una "biblioteca clandestina" que contaba ya casi con 900 títulos entre tesis, libros especializados y revistas editadas por la empresa.

Desde el cierre de la compañía el historiador, también integrante del Comité para la defensa del patrimonio cultural, tecnológico e industrial del sector eléctrico, A.C., ha buscado conocer el paradero de estos acervos, ya que tras el anuncio de extinción, las instalaciones donde estaba el archivo, en Tizoc 45, colonia Tlaxpana, fueron custodiados por la Policía Federal y el acceso es restringido.

Una parte del acervo de LFC que sí se pudo salvar desde antes del cierre fueron 163 rollos cinematográficos que también resguardaba la empresa. Ese material, la mayoría en soporte de 16 y 35 milímetros, está en custodia de la Filmoteca de la UNAM desde 2006 y comprende materiales de 1928 a 1990. "Es material que sirvió para cursos de capacitación de personal, pero también hay mucho material publicitario de los años 50 y 60", dice el historiador, quien en colaboración con la Filmoteca acaba de terminar la catalogación de este fondo cinematográfico.

A tres años de la extinción de la empresa el historiador cuestiona el destino que tuvieron las dos bibliotecas, el acervo del museo, así como los archivos que tenían los centros de trabajo que la compañía tenía en estados del centro del país.

Confía en que las dependencias involucradas en la custodia de los bienes muebles e inmuebles de LFC (Comisión Federal de Electricidad y el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes) hayan puesto atención en  estos  archivos que dan cuenta de la génesis y evolución de la compañía.

El Universal consultó al Servicio de Administración y Enajenación de Bienes sobre el paradero de la biblioteca y los otros archivos de la compañía pero al cierre de la edición no obtuvo respuesta.

Para la arqueóloga Elsa Hernández Pons, especialista en patrimonio industrial, ese archivo histórico y el acervo del museo debería estar muy bien resguardado, ya que se trata de un acervo que permitiría conocer el desarrollo de una industria que transformó la vida cotidiana de la población.

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