Francisco Rodríguez - Opinión revista emet
Ahora que la minuta de reformas a la Ley Federal del Trabajo llegó a la Cámara Alta, la pregunta es si el coordinador de la bancada priísta, Emilio Gamboa Patrón, debería excusarse de la discusión y presumible aprobación de la misma. Es parte interesada. Uno de sus vástagos se ha desempeñado en la empresa calificada como emblemática del outsourcing, Álvarez Puga y Asociados, que también es parasigmática de la defraudación fiscal.
Basta con asomarse a las publicaciones de los medios de comunicación en la primera mitad del 2010 para recordar, o hasta para percatarse de que contadores públicos “muy abusados” navegaron ventajosamente en las tranquilas y para ellos nada ocultas lagunas de la legislación fiscal y que, merced a la contratación dejuniors de personajes de nuestra lamentable clase política consiguieron contratos multimillonarios en los sectores público y empresarial.
Apellidos bien impresos en tarjetas de presentación como el del propio Gamboa, sí, pero también Zedillo, Creel, De la Madrid, De los Santos, entre otros, consiguieron transacciones harto ventajosas no sólo para el despacho de los hermanos Álvarez Puga --en el que también participaba el priísta chiapaneco José Antonio Aguilar Bodegas, cual director--, para quienes contrataban sus servicios, que así eludían el pago de impuestos, lo mismo que de cuotas al IMSS, Infonavit, etc., y por supuesto también para los juniors “comisionistas”.
Fue célebre, hace un par de años también, el señalamiento del abogado Gabriel Reyes Orona de que el hijo de Santiago Creel Miranda, entonces senador de la República, percibía hasta 2 y medio millones de pesos mensuales por su participación en este tipo de negocios un tanto cuanto fraudulentos al fisco, esto es, al resto de nosotros los contribuyentes. Ante ello el padre panista guardó silencio.
Por eso la pregunta es si ahora que se discute la genéricamente llamada reforma laboral en el Senado ¿debe excusarse Emilio Gamboa Patrón?
¿Usted qué cree?
¿DESACUERDO FCH-EPN?
Trasciende la primera arruga entre Felipe Calderón y Enrique Peña en la llamada transición de terciopelo. De acuerdo a fuentes bien informadas, la cancelación del taaaaan pero taaaaan esperado mensaje que se anunció se haría el lunes en Los Pinos, donde se habían reunido durante cuatro horas el que se va y el que todavía no llega, y que finalmente fue cancelado, obedeció a que el panista le había colocado “una trampita” al mexiquense: una conferencia conjunta tras su encuentro que muchos interpretamos cual secuestro. Que Peña no aceptó y por tal fue que “los chicos de la fuente” se quedaron con un palmo de narices.
¿Qué habrían hablado durante cuatro horas FCH y EPN? Pues de acuerdo a mi tocayo Francisco Sánchez, quien cada vez menos frecuentemente nos rocía con susBalas Perdidas, un resumen de lo informado por Calderón a Peña es:
“ - Te dejo una deuda por casi 5 billones de pesos
“ - Te dejo una tasa de desempleo que ronda en los 2,5 millones
“ - Te dejo las dos mayores empresas en quiebra: PEMEX Y CFE, pero con un chingo de contratos favorables a nuestros socios, principalmente españoles
“ - Te dejo una cartera de Hacienda sin recaudación de impuestos y con condonaciones a nuestros grandes cuates, perdón empresas, como Tele-envicia, Tevisión(N)Azteca; Coca Cola, Bimbo, Cemex, etc., etc.
“- Eso sí te dejo un guardadito de 150 mil millones de dólares en BANJICO
“ - Pero también te dejo la burocracia más robusta y cara de la historia
“ - Finalmente te dejo un país sin huevos… baratos
“Y qué conste en actas que hoy solo tratamos el tema económico.”
Chiste, sí, que tiene una gran dosis de realidad, ¿o no?
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