Emir Olivares Alonso
Periódico La Jornada
Lunes 4 de noviembre de 2013, p. 41
El estrés se ha convertido en un problema de salud a escala mundial, pues genera una reacción emocional que puede ocasionar enfermedades, como infartos, diabetes, hipertensión arterial, ansiedad, depresión o daños cardiovasculares, alteraciones del sistema inmunológico, pérdida de apetito y del interés por la sexualidad, cansancio, entre otras. La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que para el año 2020, será la segunda causa de padecimientos en todo el orbe.
México es una de las naciones más afectadas por este mal. Datos del Instituto Mexicano del Seguro Social asientan que 75 por ciento de los trabajadores mexicanos sufre algún nivel o tipo de estrés, además que 12 por ciento de las consultas siquiátricas en el país están relacionadas con esta problemática. Otros reportes señalan que sólo tres de cada 10 mexicanos está libre de estrés y 25 por ciento de los infartos se originan por un padecimiento ligado a éste.El estrés es el conjunto de reacciones fisiológicas y sicológicas que preparan al organismo para actuar ante un estado de desequilibrio. Se trata de una respuesta natural y de vital importancia para la supervivencia de los individuos.
Sin embargo, el ritmo de vida actual potencia que el estrés se manifieste de manera excesiva. Para Mariana Gutiérrez Mariscal, investigadora del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, una de las maneras de regularlo es conocer cómo se origina y cuáles son sus consecuencias.
Durante una situación estresante se ven involucrados todos los órganos, principalmente el cerebro, el sistema nervioso y la función muscular, explicó. A nivel cerebral –detalló la académica– se suceden reacciones bioquímicas.
El cerebro envía señales que activan la secreción de hormonas como la adrenalina, ocasionando que el ritmo cardiaco se acelere y la presión sanguínea suba, la sangre se desvía del intestino a los músculos para huir del peligro y crecen los niveles de insulina para permitir que el cuerpo produzca más energía.
Estas reacciones son benéficas en condiciones de alarman; sin embargo, cuando el estrés es excesivo resultan perjudiciales.
Durante una situación estresante se ven involucrados todos los órganos, principalmente el cerebro, el sistema nervioso y la función muscular, explicó. A nivel cerebral –detalló la académica– se suceden reacciones bioquímicas.
El cerebro envía señales que activan la secreción de hormonas como la adrenalina, ocasionando que el ritmo cardiaco se acelere y la presión sanguínea suba, la sangre se desvía del intestino a los músculos para huir del peligro y crecen los niveles de insulina para permitir que el cuerpo produzca más energía.
Estas reacciones son benéficas en condiciones de alarman; sin embargo, cuando el estrés es excesivo resultan perjudiciales.
No hay comentarios :
Publicar un comentario