Por : Martín Hernández Alcántara
2012-10-04
La primera muestra de la organización que han logrado los pueblos de la Sierra Norte de Puebla para impedir que prosperen los proyectos de termoeléctricas y minas a cielo abierto sucedió el día de ayer en Huitzilan de Serdán, cuando casi 200 vecinos de tres comunidades se opusieron a que un par de ingenieros de una presa llevarán a cabo trabajos de medición.
El regidor de Parques y Jardines de la presidencia municipal de Huitzilan de Serdán, Antonio Vázquez Hernández, expresó en una entrevista vía telefónica que al filo de las 15 horas un par de hombres que se presentaron como empleados “de la empresa que quiere hacer la presa, la termoeléctrica” –pero que no proporcionaron el nombre de la compañía– se presentaron en la zona de San Antonio.
De inmediato arribaron al sitio donde se pretende edificar la termoléctrica San Antonio, más de 180 personas, oriundas de las comunidades de San Miguel El Progreso, Tzomtecomatán y Xochichitlán, quienes les expresaron a los fuereños que no permitirían de ninguna manera la construcción del embalse generador de energía.
El argumento principal de los pobladores fue que la hidroeléctrica forma parte de un proyecto mayor que incluye la explotación de yacimientos de oro y plata en la región, a través de minas de cielo abierto –como se pretende en Tetela de Ocampo–, lo cual no sólo agotará los mantos freáticos de la zona, sino que también devastará el medioambiente, provocará severos daños a la salud de la gente y acabará con la economía local.
La gente, abundó, Vázquez Hernández, ratificó su oposición rotunda al proyecto de la termoeléctrica de San Antonio y le advirtió a los dos empleados de la empresa que no permitirán que inicien obras.
El pasado viernes, el titular de de la Secretaría de Competitividad, Trabajo y Desarrollo Económico del gobierno del estado (Secotrade), Pablo Rodríguez Regordosa, prácticamente salió huyendo de una reunión celebrada en el auditorio municipal de Tetela de Ocampo cuando más de 2 mil personas le expresaron su negativa rotunda a la instalación de la minera Frisco en esa región.
El funcionario quiso convencer a los tetelences de los “beneficios económicos” que la empresa llevaría a esa zona de la Sierra Norte de Puebla, arguyendo que en la explotación de los yacimientos de oro y plata a cielo abierto se invertirán más de 30 millones de dólares.
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