lunes, 26 de noviembre de 2012

Calderón, ausente en el Congreso de la Unión

El diálogo con el Legislativo en el sexenio que concluye fue nulo, afirman analistas, por lo que el Presidente tuvo que enfrentar 12 controversias constitucionales, la congeladora y el rechazo legislativo a múltiples propuestas.

Lunes 26 de noviembre de 2012
Elena Michel el universal

La relación del presidente Felipe Calderón Hinojosa con el Congreso de la Unión estuvo marcada por la falta de acercamiento, la ausencia de “cabildeo” de la agenda legislativa que buscaba impulsar el primer mandatario, 12 controversias constitucionales, la congeladora, los reclamos públicos del Ejecutivo a los legisladores y el rechazo a propuestas para distintos cargos.
Felipe Calderón Hinojosa, por ejemplo, no pisó la tribuna de San Lázaro desde su toma de protesta, y su regreso a este salón de plenos únicamente será para pasarle la banda presidencial a Enrique Peña Nieto, el 1 de diciembre.

El primer mandatario fue “rehén” del PRI durante seis años, consideró el ex consejero del IFE Luis Carlos Ugalde.


“Es claro que quien fue el fiel de la balanza en estos seis años fue el PRI en el Congreso, los primeros tres años por razones de que era el único partido que le podía dar gobernabilidad a la relación del Ejecutivo con el Legislativo, y en los otros tres años por razón de que el PRI estaba en una estrategia de regreso a la presidencia, y cada decisión que tomaba estaba medida en función de qué tanto le convenía o no aprobar una reforma, que le diera o no popularidad o ventaja para su candidato presidencial”, explicó.

Desde 2006 hasta el 29 de agosto de 2012, cuando concluyó la 61 Legislatura, el Ejecutivo envió al Congreso alrededor de 126 iniciativas, de las cuales se aprobaron 98; una de las más importantes.

En la congeladora permanecen 28, entre las que destacan la reforma a la Ley de Seguridad Nacional, con la que se buscaba regular el despliegue del Ejército en las calles; la creación del Mando Único Policial, los cambios al fuero militar y el nuevo Código de Procedimientos Penales, entre otros.

Diputados y senadores interpusieron nueve controversias constitucionales contra Calderón Hinojosa, y él pidió la intervención de la Corte en tres ocasiones, pero desistió en dos, y hoy el máximo tribunal sólo analiza si Calderón envió o no fuera del tiempo que marca la Constitución las observaciones a la ley de víctimas aprobada por unanimidad en el Congreso.

El coordinador general para la transición del equipo del presidente electo Enrique Peña Nieto hizo un diagnóstico de la relación de Calderón con el Congreso durante una reunión privada con senadores, en agosto pasado, de la cual EL UNIVERSAL obtuvo un audio.

“Yo me acuerdo en la Cámara de Diputados que el presidente Calderón mandaba la iniciativa y como si el periódico te pegara en la cabeza: ‘ya llegó la iniciativa’. ¿Quién la llevó?, ¿con quién la platicó? No se hacía política, muy poquita, sobre todo al final de la administración, no se hacía nada, tiene que haber un esfuerzo de convencimiento, de lograr las mayorías”, expresó Videgaray a los senadores de la 62 Legislatura.
OPERACIÓN POLÍTICA
Como candidato, Felipe Calderón prometió ser un presidente cercano a los legisladores, y aseguró que procuraría desayunar diariamente con algún diputado o senador, para sacar adelante las reformas pendientes.

En plena campaña, el 7 de febrero de 2006, en reunión nacional del Consejo de Bancomer, Calderón fue interrogado sobre su capacidad para conseguir acuerdos, en caso de ganar la presidencia y no obtener la mayoría en el Congreso de la Unión, como sucedió a la postre.

El entonces candidato dijo que haría lo que le gusta hacer: política “a nivel de cancha” con cada uno de los legisladores que necesite convencer y aseguró que “el viejo modelo de que la política se hace en las cúpulas, con los líderes y con los gobernadores ya se agotó”.

El académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Ulises Corona Ramírez, cuya línea de investigación es el funcionamiento del Congreso de la Unión, explicó que el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa falló en la operación política para poder llegar a acuerdos.

“Fallaron los operadores políticos para llegar a acuerdos. Felipe Calderón, al igual que Vicente Fox, no tenían estos negociadores que bajaran su decisión a nivel del Congreso, y que esa decisión le permitiera resultados”, comentó.

Para Corona Ramírez, también profesor en la Universidad del Valle de México, el presidente Calderón se “ensimismó” e intentó gobernar solamente con “sus amigos”, sin tomar en cuenta a los partidos de oposición.

“De la lista de los miembros del gabinete, la institución que supuestamente tendría que tener esta capacidad de interlocución, con la sociedad y el Congreso, la Secretaría de Gobernación, nada más no funcionó. No es casual que ahora se quiera una Secretaría de Gobernación fortalecida para que tenga esa capacidad de interlocución, y no es casual, esperemos, que se vaya a hacer cargo de esa secretaría un operador político”, dijo.

Corona Ramírez consideró que los secretarios de Gobernación de este sexenio, así como el subsecretario de Enlace Legislativo, Rubén Fernández Aceves, parecían no conocer el funcionamiento interno del PRD —las corrientes o tribus que lo conforman— y los rostros del viejo PRI y el poder que los gobernadores del tricolor adquirieron frente a la ausencia del presidente hegemónico.

“Hay que conocer las tripas, el monstruo interno del PRI y PRD; hay que conocerlos históricamente y conocer la visión sociológica e incluso antropológica del PRD, para entender sus múltiples fracciones. Hay que conocer al monstruo dinosáurico del PRI y sus múltiples facetas y caretas, el que, por ejemplo, ante la ausencia del papá presidente, los gobernadores jugaban un muy importante papel, y los secretarios y subsecretarios ni siquiera le tomaban la llamada a los gobernadores”, comentó.

Del 1 de septiembre de 2006 a agosto de 2012, el Senado interpuso ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación seis controversias constitucionales en contra de decisiones del Ejecutivo.
RÍSPIDA RELACIÓN
La relación ríspida el titular del Ejecutivo con el Senado culminó con la controversia constitucional por la falta de publicación del decreto de la Ley de Víctimas, que aprobó la Cámara Alta por unanimidad, y el Ejecutivo rebasó los tiempos para hacer observaciones al proyecto. Otro desencuentro de esta naturaleza, y que también acabó en la Corte, fue el nombramiento de Mony de Swaan como titular de la Cofetel.

Igualmente, los diputados promovieron una controversia contra el decreto presidencial de extinción de la compañía Luz y Fuerza del Centro, uno de los capítulos más ásperos en 2010 entre Calderón y San Lázaro, y que no prosperó.

El ex portavoz de la bancada del PRI en el Senado en la 61 Legislatura, Carlos Jiménez Macías, precisó que solamente hubo un momento de acercamiento real, que fue cuando el PRI decidió asumir una posición institucional y permitir la toma de protesta del presidente Felipe Calderón Hinojosa.

Y admitió que a lo largo del sexenio lo que caracterizó esta relación fue la “falta de cortesía parlamentaria” y la ausencia de operadores políticos que posicionaran la agenda de Calderón en el Congreso.

“En muchos momentos, incluso, en las decisiones que tomó para enviar reformas al Congreso no tuvo la precaución ni se tomó la molestia de tener acercamientos que pudieran cuando menos favorecer un poco el tránsito de esas propuestas”, recordó.

“El presidente tomó una estrategia desde el extranjero de mandar mensajes hacia México, en los que casi siempre estaba de por medio el Congreso como responsable, como un Congreso que no asumió su rol en el proceso de la transformación del país, como un Congreso que se opuso a esos cambios y obstaculizó el desempeño del gobierno. El PRI nunca fue una oposición intransigente, nunca le negó apoyo”, dijo el ex senador priísta.

Recordó que los momentos de mayor desencuentro entre Calderón Hinojosa y el Senado se dieron durante el rechazo a nombramientos o ratificación en cargos diplomáticos. Sobre este último, el ex senador del PT y hoy coordinador de Movimiento Ciudadano en Diputados, Ricardo Monreal, aseguró que Calderón convirtió las embajadas y oficinas consulares en “oficinas partidistas y de promoción política o en refugio de los amigos y cuates del primer mandatario”.

El ex diputado federal del PT durante la 61 Legislatura, Jaime Cárdenas, denunció que Calderón siempre minimizó los votos de esta bancada y jamás hubo un acercamiento ni siquiera del secretario o algún subsecretario de Gobernación.

“No había relación entre la Cámara de Diputados y el Presidente, había encuentros entre los miembros del PAN con Felipe Calderón, pero el resto de las fuerzas políticas, por lo menos de una manera pública y abierta, un dato es que Calderón Hinojosa nunca fue a presentar su Informe de labores”, detalló.

La extinción de la empresa paraestatal Luz y Fuerza del Centro, recordó Cárdenas, causó un desencuentro muy fuerte con Calderón; incluso, los diputados priístas consideraron en ese momento que Calderón debió consultar con el Congreso este decreto.

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