La Redacción
19 de julio de 2014
19 de julio de 2014
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- El niño José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo,quien resultó lesionado en la cabeza durante el enfrentamiento entre pobladores de San Bernardino Chalchihuapan y policías estatales el pasado 9 de julio, falleció esta tarde debido a un paro cardiaco.
Apenas este viernes el menor de 13 años había sido declarado con muerte cerebral por el director del Hospital General del Sur, José Antonio Martínez García, quien informó que el niño se mantenía vivo en el nosocomio donde estaba internado porque estaba conectado a aparatos.José Luis permanecía hospitalizado desde el miércoles 9, cuando elementos de la Policía Estatal Metropolitana desalojaron de manera violenta a habitantes de Chalchihuapan que mantenían bloqueada la autopista Puebla-Atlixco para exigir que el servicio del Registro Civil se reintegrara a las Juntas Auxiliares.
Esta mañana el neurólogo Luis Felipe Loría Rosado realizó una valoración médica al menor a petición de los familiares, con el fin de contar con una versión adicional a la del personal que lo atendía en el hospital público.
Loría ratificó que el niño ya no presentaba signos de actividad cerebral y sugirió a la familia que permitiera desconectarlo de los aparatos, según el portal e-consulta.
No obstante, lo anterior no fue necesario pues el menor finalmente murió de un paro cardiaco aun cuando su madre optó por que continuara asistido en el nosocomio, además de que había un amparo “por derecho a la vida” para que los médicos no lo desconectaran.
En un comunicado, el gobierno de Puebla confirmó la muerte de José Luis y ofreció su disposición de brindar el apoyo que sea requerido por sus familiares.
El gobierno del estado ratificó su compromiso de continuar con las investigaciones judiciales hasta sus últimas consecuencias y “alcanzar la justicia que demandamos los poblanos”.
Familiares de José Luis habían informado que desde el mismo día en que resultó herido, el menor de 13 años fue intervenido quirúrgicamente y que desde entonces no había cobrado la conciencia.
El domingo anterior, el niño fue de nueva cuenta sometido a una operación, pero igual no reaccionó y se manejó la versión de que su situación había empeorado, ya que su cerebro se inflamó súbitamente.
La madre del niño, Elia Tamayo, acusó a los policías de ser los responsables de la herida que sufrió su hijo en la cabeza. Elia y su hijo no participaron en la manifestación que fue dispersada por los granaderos. Ese día, ambos regresaban de la escuela, ya que la mujer decidió ir por el niño antes del horario de salida al darse cuenta de la movilización policiaca.
Después, Tamayo acudió ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos y al Congreso de la Unión, y volvió a acusar a los policías y al gobierno de Moreno Valle de ser responsables de que su hijo se debatiera entre la vida y la muerte.
También denunció que funcionarios del gobierno del estado la habían hostigado para que firmara una declaración en la que deslindaba a los policías de la agresión sufrida por su hijo y que en cambio acusara a pobladores de Chalchihuapan.
Los habitantes de esa comunidad han señalado que, el día del operativo, desde un helicóptero les disparaban con cartuchos de gas lacrimógeno y balas de goma, lo que originó la mayoría de los heridos graves, entre los que se encuentra un hombre que perdió el habla porque una bala de goma le perforó la mandíbula, otro que perdió un ojo y uno más que perdió una mano.
Sin embargo, el gobierno de Moreno Valle ha insistido en que el niño fue lesionado por los propios manifestantes y como prueba mostró fotografías en las que aparecen lugareños lanzando cohetones de los que se usan en las ferias.
Este mañana el titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla, Facundo Rosas, afirmó en rueda de prensa que sus policías no utilizaron balas de goma en el enfrentamiento.
Apenas este viernes el menor de 13 años había sido declarado con muerte cerebral por el director del Hospital General del Sur, José Antonio Martínez García, quien informó que el niño se mantenía vivo en el nosocomio donde estaba internado porque estaba conectado a aparatos.José Luis permanecía hospitalizado desde el miércoles 9, cuando elementos de la Policía Estatal Metropolitana desalojaron de manera violenta a habitantes de Chalchihuapan que mantenían bloqueada la autopista Puebla-Atlixco para exigir que el servicio del Registro Civil se reintegrara a las Juntas Auxiliares.
Esta mañana el neurólogo Luis Felipe Loría Rosado realizó una valoración médica al menor a petición de los familiares, con el fin de contar con una versión adicional a la del personal que lo atendía en el hospital público.
Loría ratificó que el niño ya no presentaba signos de actividad cerebral y sugirió a la familia que permitiera desconectarlo de los aparatos, según el portal e-consulta.
No obstante, lo anterior no fue necesario pues el menor finalmente murió de un paro cardiaco aun cuando su madre optó por que continuara asistido en el nosocomio, además de que había un amparo “por derecho a la vida” para que los médicos no lo desconectaran.
En un comunicado, el gobierno de Puebla confirmó la muerte de José Luis y ofreció su disposición de brindar el apoyo que sea requerido por sus familiares.
El gobierno del estado ratificó su compromiso de continuar con las investigaciones judiciales hasta sus últimas consecuencias y “alcanzar la justicia que demandamos los poblanos”.
Familiares de José Luis habían informado que desde el mismo día en que resultó herido, el menor de 13 años fue intervenido quirúrgicamente y que desde entonces no había cobrado la conciencia.
El domingo anterior, el niño fue de nueva cuenta sometido a una operación, pero igual no reaccionó y se manejó la versión de que su situación había empeorado, ya que su cerebro se inflamó súbitamente.
La madre del niño, Elia Tamayo, acusó a los policías de ser los responsables de la herida que sufrió su hijo en la cabeza. Elia y su hijo no participaron en la manifestación que fue dispersada por los granaderos. Ese día, ambos regresaban de la escuela, ya que la mujer decidió ir por el niño antes del horario de salida al darse cuenta de la movilización policiaca.
Después, Tamayo acudió ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos y al Congreso de la Unión, y volvió a acusar a los policías y al gobierno de Moreno Valle de ser responsables de que su hijo se debatiera entre la vida y la muerte.
También denunció que funcionarios del gobierno del estado la habían hostigado para que firmara una declaración en la que deslindaba a los policías de la agresión sufrida por su hijo y que en cambio acusara a pobladores de Chalchihuapan.
Los habitantes de esa comunidad han señalado que, el día del operativo, desde un helicóptero les disparaban con cartuchos de gas lacrimógeno y balas de goma, lo que originó la mayoría de los heridos graves, entre los que se encuentra un hombre que perdió el habla porque una bala de goma le perforó la mandíbula, otro que perdió un ojo y uno más que perdió una mano.
Sin embargo, el gobierno de Moreno Valle ha insistido en que el niño fue lesionado por los propios manifestantes y como prueba mostró fotografías en las que aparecen lugareños lanzando cohetones de los que se usan en las ferias.
Este mañana el titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla, Facundo Rosas, afirmó en rueda de prensa que sus policías no utilizaron balas de goma en el enfrentamiento.
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