jueves, 29 de diciembre de 2011

Del Plantón a la Ocupación: Los sindicatos y los migrantes


Los plantones o los campamentos no están solos. Son tácticas utilizadas por los sindicatos, los estudiantes, los campesinos, las organizaciones indígenas y otros movimientos sociales. 
Cada plantón es una pieza visible de un movimiento u organización de una base social mucho más grande.28 diciembre 2011 | David Bacon | e-consulta
En el caso del SME, el plantón permitió que otros sindicatos se organizaran para resistir el asalto del gobierno a los derechos laborales, y movilizó a los consumidores de energía eléctrica para protestar por el aumento en las facturas y los cortes en el servicio eléctrico. El plantón contribuyó a centrar la atención en estas demandas e integrar activamente a los aliados del sindicato.
Durante más de dos años , los trabajadores despedidos del sindicato independiente de izquierda de los electricistas, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), han vivido en una sucesión de plantones. Esos plantones han contado con cocinas, salas de reuniones y centros de comunicaciones, además de las tiendas donde la gente dormía y comía.

En diversos momentos, el campamento del SME fue uno de varios campamentos en la enorme plaza. Hace un año, los trabajadores fueron acompañados por mujeres indígenas triquis y mixtecos de Oaxaca que protestaron por la violencia del anterior gobernador de su estado en contra de los maestros en huelga y las organizaciones rurales. El movimiento social en Oaxaca, al cual representaban las mujeres en la Ciudad de México, se fortaleció lo suficiente como para derribar finalmente de la gubernatura al Partido Revolucionario Insititucional, (PRI) que había gobernado durante casi 80 años.

En el plantón del Zócalo, personas de diferentes organizaciones se mezclaron. El día de los indignados, en septiembre, reunió a personas de movimientos muy diversos. Algunos consideran que las elecciones son un instrumento de cambio, pero muchos activistas indígenas y miembros del SME no. Incluso entre aquellos que creen en las elecciones, existen profundos desacuerdos sobre como participar en el proceso electoral.

Pero la gente en el Zócalo tienen dos cosas en común. Probablemente, los diferentes plantones no pueden dar respuesta a todas las preguntas políticas, pero cada uno representa un movimiento social que existe fuera de la plaza. El plantón en sí mismo tiene un valor, sobre todo porque obliga a la opinión pública a prestar atención en la crisis que ha llevado a cada grupo a acampar.

Los trabajadores del SME utilizaron sus plantones para dramatizar la represión del gobierno federal. Cuando el presidente Felipe Calderón, disolvió la compañía eléctrica paraestatal que proveé de energía eléctrica al centro de México y despidió a sus 44, 000 empleados, intentó destruir su sindicato y avanzar con la privatización del sistema de generación de energía eléctrica - en beneficio del 1% de los mexicanos y los inversionistas extranjeros. Hace un año, varios miembros del SME llevaron a cabo una huelga de hambre en el plantón, lo cual provocó durante semanas la atención en los titulares de las primeras planas de los periódicos. La huelga de hambre se prolongó tanto, que los médicos advirtieron a los huelguistas que estaban arriesgando la vida. En el momento más álgido de la protesta el sindicato enfrentó a la policía en las centrales eléctricas tratando de ejercer su derecho legal a la huelga.

El plantón y el movimiento se mantenían íntimamente conectados. Eran pocos los trabajdores en huelga de hambre, pero representaban a un movimiento de miles de trabajadores. Al final, el SME negoció el retiro de su plantón a cambio del reconocimiento del gobierno a su derecho a existir. El plantón permitió que otros sindicatos se organizaran para resistir el asalto del gobierno a los derechos laborales, y movilizó a los consumidores de energía eléctrica para protestar por el aumento en las facturas y los cortes en el servicio eléctrico. El plantón contribuyó a centrar la atención en estas demandas e integrar activamente a los aliados del sindicato.

Es evidente que alguien en Seattle conoce esta tradición de plantones en el Zócalo, tal vez incluso como participante. Quien dibujó la bandera de Seattle, incluyó también junto a la palabra "plantón", la anarquista letra "A" rodeada con un círculo. Este símbolo fue un recordatorio de otro aspecto de la fertilización transfronteriza. Muchos anarquistas o anarcosindicalistas - los miembros del Sindicato de Trabajadores Industriales del Mundo- lucharon en la Revolución Mexicana. Debido a esa agitación revolucionaria, aún hoy, casi un siglo después, los mexicanos aspiran a ciertos derechos, incluido el derecho a instalar una carpa en el Zócalo. Hace mucho tiempo, los trabajadores de E.U. cruzaron la frontera para luchar junto a los mexicanos en esa insurrección por un gobierno que reconociera ese derecho. El plantón, por lo tanto, es un patrimonio común, con una historia que lo hace legítimo tanto en Wall Street como en la Ciudad de México.

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