La jornada Patricia Muñoz Rìos | Periódico La Jornada | Viernes 26 de agosto de 2011, p. 44
El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) entregó ayer una carta a la Secretaría de Gobernación en la que plantea que la negociación que propuso la dependencia a este gremio, deberá ser un “diálogo abierto”, señaló el dirigente de esta organización, Martín Esparza y sostuvo que en esta ocasión no van a “aceptar promesas” del gobierno federal, como cuando levantaron la huelga de hambre, porque luego se les olvida: ahora “o nos regresan el empleo o no nos levantamos”.
Esparza ofreció una conferencia de prensa para denunciar que la madrugada de ayer jueves, cinco tanquetas rodearon de manera intimidante el plantón de los electricistas en la plancha capitalina, mientras que en días pasados, camionetas del Ejército y del Estado Mayor Presidencial han realizado rondines en los linderos del campamento, en una clara acción de hostigamiento y dejando de manifiesto la intención de desalojarlos por la fuerza.
Por esta razón, el SME solicitó medidas cautelares a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) a fin de evitar la represión violenta de su movimiento; además, inició una campaña internacional para denunciar esta nueva amenaza del gobierno federal que podría generar una tragedia; estableció un esquema de vigilancia de 24 horas del campamento y éste se reforzará con la presencia de representantes de otros gremios, que a partir de los próximos días se “subirán” a la plancha, entre ellos mineros y usuarios de energía eléctrica.
En la carta entregada a Gobernación se pone de manifiesto que para levantar el plantón del Zócalo son cuatro los puntos a negociar: el regreso de empleo, la libertad de los presos políticos, la devolución de sus cuotas sindicales y la entrega de la toma de nota para los 26 miembros del comité ejecutivo del SME.
Martín Esparza aseguró que esta vez no aceptará promesas del gobierno para levantar el plantón en el ZócaloFoto Guillermo Sologuren
En este sentido, el dirigente expuso que han hablado a la Dirección del Registro de Asociaciones, de la Secretaría del Trabajo, para preguntar cuando les van a entregar la toma de nota y les responden que este asunto “se verá en la mesa de negociaciones en la Secretaría de Gobernación”, lo que pone en evidencia cómo condiciona y hace un manejo discrecional de este documento, con el propósito de doblegar a la dirigencia.
Sin responder sobre la eventual fecha para reanudar negociaciones, dijo que independientemente que se concreten las mismas, ellos van a continuar con sus movilizaciones y proyectos; el próximo fin de semana se llevará a cabo la instalación de la nueva organización política nacional, cuyo lanzamiento se hará el domingo, a las 12 horas, en el Zócalo.
El lunes 29 los jubilados realizarán un mitin en las oficinas centrales del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), mientras el primero de septiembre se llevará a cabo una jornada de lucha, que incluye la instalación, en el Zócalo, de mesas de análisis sobre los cinco años de fracasos del actual gobierno. En la protesta participan la Unión Nacional de Trabajadores y el Frente Sindical Mexicano; habrá también una marcha del palacio legislativo de San Lázaro a la Plaza de la Constitución.
Por último, advirtió que si los levantan de forma violenta del Zócalo, “(el presidente) Calderón tendrá que pagar el costo político de la represión”.
Esparza ofreció una conferencia de prensa para denunciar que la madrugada de ayer jueves, cinco tanquetas rodearon de manera intimidante el plantón de los electricistas en la plancha capitalina, mientras que en días pasados, camionetas del Ejército y del Estado Mayor Presidencial han realizado rondines en los linderos del campamento, en una clara acción de hostigamiento y dejando de manifiesto la intención de desalojarlos por la fuerza.
Por esta razón, el SME solicitó medidas cautelares a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) a fin de evitar la represión violenta de su movimiento; además, inició una campaña internacional para denunciar esta nueva amenaza del gobierno federal que podría generar una tragedia; estableció un esquema de vigilancia de 24 horas del campamento y éste se reforzará con la presencia de representantes de otros gremios, que a partir de los próximos días se “subirán” a la plancha, entre ellos mineros y usuarios de energía eléctrica.
En la carta entregada a Gobernación se pone de manifiesto que para levantar el plantón del Zócalo son cuatro los puntos a negociar: el regreso de empleo, la libertad de los presos políticos, la devolución de sus cuotas sindicales y la entrega de la toma de nota para los 26 miembros del comité ejecutivo del SME.
Martín Esparza aseguró que esta vez no aceptará promesas del gobierno para levantar el plantón en el ZócaloFoto Guillermo Sologuren
En este sentido, el dirigente expuso que han hablado a la Dirección del Registro de Asociaciones, de la Secretaría del Trabajo, para preguntar cuando les van a entregar la toma de nota y les responden que este asunto “se verá en la mesa de negociaciones en la Secretaría de Gobernación”, lo que pone en evidencia cómo condiciona y hace un manejo discrecional de este documento, con el propósito de doblegar a la dirigencia.
Sin responder sobre la eventual fecha para reanudar negociaciones, dijo que independientemente que se concreten las mismas, ellos van a continuar con sus movilizaciones y proyectos; el próximo fin de semana se llevará a cabo la instalación de la nueva organización política nacional, cuyo lanzamiento se hará el domingo, a las 12 horas, en el Zócalo.
El lunes 29 los jubilados realizarán un mitin en las oficinas centrales del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), mientras el primero de septiembre se llevará a cabo una jornada de lucha, que incluye la instalación, en el Zócalo, de mesas de análisis sobre los cinco años de fracasos del actual gobierno. En la protesta participan la Unión Nacional de Trabajadores y el Frente Sindical Mexicano; habrá también una marcha del palacio legislativo de San Lázaro a la Plaza de la Constitución.
Por último, advirtió que si los levantan de forma violenta del Zócalo, “(el presidente) Calderón tendrá que pagar el costo político de la represión”.
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