sábado, 20 de julio de 2013

Raúl Plascencia, adulador de la CFE

Perdió la brújula hace mucho, mucho tiempo
Martín Esparza Flores 
Revista Siempre 


Por sus disparatadas acciones y su enfermizo afán de reelegirse en el cargo el próximo año, el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva, ha perdido toda noción de la labor de un ombudsman que tendría que defender a millones de ciudadanos ante el abuso de las instituciones públicas. Si usted es uno de tantos usuarios afectados por los recibos locos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), sus ilegales cortes y su mal servicio prestado; si usted ha sido amenazado y hasta obligado a firmar convenios leoninos de pago, en módicas mensualidades, sin otra alternativa que comer o pagar la luz, se preguntará: ¿qué hace el ombudsman del país con los altos funcionarios de la CFE, alabando su desastroso funcionamiento, cual si se tratara de un experto en la materia?
¿Por qué no exige al titular de la paraestatal, Francisco Rojas, y su representante legal, César Augusto Santiago, parar la ola de abusos y atropellos que se cometen a diario en contra de miles de usuarios, entre estos, gente indefensa de la tercera edad? ¿Qué no debe ser ésa su función?

En contra de toda lógica y sentido de la ética, Plascencia Villanueva asistió el pasado día 9, a las instalaciones del Centro Nacional de Energía (CENACE), para recibir por parte de los directivos de la Comisión Federal un informe sobre su funcionamiento. Emocionado, el hombre que este año ejercerá un presupuesto de mil 300 millones de pesos en la CNDH no tuvo reparo en transformarse en panegirista de la entidad y decir que “la energía eléctrica es un servicio público que brinda la CFE, con un alto nivel de eficiencia”. 


¿A qué se refiere cuando habla del alto nivel de eficiencia? ¿Sobre qué parámetros sustenta su temeraria opinión?

Habrá que refrescarle la memoria sobre algunos de los criminales atropellos cometidos por la CFE en el país. Citamos un caso: el 20 de enero del 2012, el Hospital Manuel Campos, de Campeche, se vio inmerso en una alerta máxima que pudo desencadenar una verdadera tragedia, pues sin tomar en cuenta que se trataba de un nosocomio donde estaban en riesgo vidas humanas, la gerencia regional de la paraestatal ordenó cortarle el suministro eléctrico.

La inesperada contingencia obligó a las autoridades a trasladar de urgencia a 19 pacientes al Hospital General de Especialidades de esa ciudad. A consecuencia de la maniobra, y por lo delicado de su salud, se reportó la muerte de un recién nacido, lo que motivó un público y airado reclamo tanto del gobernador, Fernando Ortega Bernés, como de la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos en aquella entidad, Ana Patricia Lara, quien sancionó el criminal corte de luz restregándoles en la cara a los irresponsable funcionarios de CFE que la salud es uno de los principales derechos humanos de las personas.

A ver si acaso, uno de estos días, encuentra la brújula que como ombudsman, perdió hace mucho, pero mucho tiempo…

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