domingo, 23 de marzo de 2014

Desde hace diez años, Oceanografía ya era un símbolo de corrupción

Entrevista a Ana Lilia Pérez/Periodista de investigación
22 marzo 2014 
Nora Rodríguez Aceves  
El hecho de que hoy se difunda el caso del fraude de la empresa Oceanografía no tiene nada que ver con los tiempos políticos que está viviendo el PAN, porque hay que recordar que este caso se coloca en la agenda pública, no porque haya una buena disposición del gobierno federal para desmantelar una empresa corrupta, sino porque hubo un consorcio privado importante a nivel mundial que es Citigroup y Banamex que están diciendo: esta empresa nos defraudó y haremos que rinda cuentas o procederá la demanda que además comienza ya en Estados Unidos.

Nada nuevo

Aquí “no es que hubiese habido disposición a la transparencia sino que les obligó el mismo caso hacer público este fraude, y de ahí viene el que se difunda primero en la prensa internacional y después en la prensa mexicana, y entonces ahora sí se hable de lo que era un secreto a voces en relación a esta empresa. Con este solo caso, si en realidad se fincaran responsabilidades sobre este asunto veríamos a más de un exsecretario de Estado en la cárcel, es un caso muy escandaloso en muchos sentidos porque para mí este solo caso representa el emblema de la corrupción en dos administración del gobierno mexicano independientemente del partido que sea”.
Ahora al cabo de estos años “se ha ido comprobando judicialmente, incluso, todos los casos que están difundidos en ese libro. Hace no mucho se presentaron denuncias penales en contra de César Nava por los actos que también se habían documentado en esa publicación, no es un asunto de partidos, no es un tema de partidos, es un asunto de corrupción y la corrupción no conoce color de partidos”, afirma Ana Lilia Pérez, periodista de investigación y autora del libro Camisas azules, manos negras. El saqueo de Pemex desde Los Pinos.

Desde un lugar frío y lejano del continente americano, Ana Lilia Pérez recuerda en entrevista, vía Skype, con Siempre! que el caso de la naviera Oceanografía no es nuevo, que es un caso que investigó por 10 años y “puedo constatar que esta empresa durante la administración de Vicente Fox era una contratista de Pemex muy menor, era una empresa que tenía uno que otro contrato para mantenimiento a plataformas o suministros a plataformas mediante algunas embarcaciones, las cuales eran pequeñas y viejas porque yo pude revisar los años de su construcción y sobretodo la mayoría de ellas no eran propiedad de Oceanografía sino la empresa las arrendaba a terceros para a su vez contratarlas con Pemex, esto es, el patrimonio de la compañía era menor”.

“Comencé a investigar esta empresa naviera por la reunión a la que me convoca, en 2004, quien era el director de Pemex Exploración y Producción, Luis Ramírez Corzo, la subsidiaria más importante de Pemex. En esa reunión privada, él habla de la injerencia de la Presidencia de la República en Pemex a favor de la empresa Oceanografía, él me da ese nombre y dice que es una contratista de Pemex, es mexicana, sus accionistas son mexicanos, pero tiene socios estadounidenses, yo no había escuchado hasta esos momentos hablar de esa empresa, aunque ya tenía tiempo haciendo investigaciones en Pemex, ya había viajado en diversas ocasiones a las regiones petroleras, incluida Cuidad del Carmen, que es donde tenía su sede esta compañía y jamás antes había escuchado de ella”.

Por eso, “me traslade después a la sede de la empresa en Ciudad del Carmen y en Veracruz, recorrí todas las instalaciones que tiene la compañía y fui indagando cómo operaba y desde esos momentos, desde hace 10 años, yo ya publicaba los fraudes, las irregularidades de la naviera, que 10 años después está reconociendo el gobierno mexicano, que 10 años después las autoridades están diciendo está empresa defrauda al IMSS y al Infonavit, aunado a todas sus irregularidades fiscales, pero esto yo lo fui documentando durante 10 años, pero paulatino a esto fui documentando el crecimiento exponencial que tenía Oceanografía inédito en la historia de Pemex, inédito para cualquier otra contratista”.

“Que ahora se investigue el caso Oceanografía para mí como investigadora y como experta en el tema petrolero o en el manejo del ámbito energético en México, me parece muy significativo, porque dentro de las miles de contratistas de Pemex yo definía a la empresa Oceanografía como un símbolo de la corrupción, primero por el tráfico de influencias que se hacía no sólo desde la casa presidencial sino de muchos funcionarios de muy alto nivel durante dos sexenio a favor de esa misma compañía”.

Ruta del tráfico de influencias

Segura de lo que habla y con pruebas que documentan toda su investigación de más de 10 años, Ana Lilia Pérez apunta que “en las indagatorias que hice fui siguiendo la ruta del tráfico de influencias a través de los contratos que iba teniendo esta empresa naviera y me encontré que en el caso Oceanografía confluían los más altos funcionarios del gobierno federal de dos sexenios, los funcionarios más visibles, los funcionarios más importantes que tuvieron los gobiernos de Vicente Fox y de Felipe Calderón en distintos ámbitos, encontrabas ahí legisladores que operaban para la empresa encontrabas secretarios de Estado que operaban para las empresas, encontrabas gente de todo tipo operando para esa misma compañía”.

Por eso “es tan representativo este caso, me parece que es falso que se llame a la sorpresa de lo que ocurría con esa misma compañía o que se pretenda hacer que era algo nuevo que se está descubriendo, primero porque durante 10 años yo hice investigaciones que estaban probando lo que ahora oficialmente se reconoce de esa empresa”.

Las reuniones con el secretario Calderón

Licenciada en comunicación y periodismo por la UNAM y diplomada en periodismo financiero por el ITAM, Ana Lilia Pérez comenta que “cuando Felipe Calderón despachaba en Energía, de acuerdo con documentos que pude obtener y que publiqué en Camisas azules, manos negras fue a través de Juan Camilo Mouriño que los ejecutivos de la empresa Oceanografía tuvieron reuniones con Calderón en Energía para hablar de un contrato en particular que Pemex había declarado desierto, porque ninguna de las empresas cumplía técnicamente los requisitos para ese contrato, incluida Oceanografía que participó en esa licitación”.

“Después de esa reunión, Pemex adjudica ese mismo contrato a Oceanografía y esos documentos se pueden revisar están incluidos en el libro, algunos de ellos y los que no están incluidos tiene el número de oficio, los faxes que se mandaban desde el fax de Oceanografía para el fax de Juan Camilo Mouriño, asesor de Calderón como secretario de Energía”.

“El mismo contrato que Pemex le dio por adjudicación directa fue la garantía que la empresa tuvo para tener un crédito, en este caso con Bancomext, a Oceanografía se le aprobaron 30 millones de pesos y 25 millones de dólares, lo que significa que recibió casi 25% del monto en préstamos de la banca de desarrollo, pero lo más interesante aquí es que yo pude probar cómo con este contrato la empresa Oceanografía incurrió en un fraude en el mismo esquema del que ahora o el que tiempo después hizo en contra de Banamex y de Citigroup”.

“Oceanografía al igual que otros contratistas de Pemex han sido patrocinadores de políticos para campañas de diputaciones locales, federales y para la Presidencia de la República, por eso, no me extraña el ver imágenes de políticos en los aviones privados de la empresa, aunque digan que no sabían de quién era ese avión. Eso es poco creíble”.

“De ser una compañía que tenía que subcontratar barcos viejos, que tenía una vieja oficina en un viejo edificio de la ciudad de México, a ser una empresa que hoy está a nivel de las navieras más importantes del mundo y cuyo accionista se hizo de no solo barcos muy importantes propios sino de equipos de futbol y de muchas compañías que utilizaban para esquemas fraudulentos, específicamente a qué me refiero, a ese modelo de las empresas donde abren diversas filiales en las cuales hacen creer a los trabajadores que están contratando que son parte de esa empresa, las llamadas cooperativas, que son una simulación para la contratación, una simulación de carácter fiscal, una simulación donde se está defraudando a todas las instituciones del Estado como es la seguridad social como son los fondos para los trabajadores, esas prácticas de Oceanografía se documentaron durante más de 10 años”.

Hasta ahora, nadie me ha desmentido

Para Ana Lilia Pérez, “hay muchas Oceanografías todavía que pertenecen a empresarios corruptos vinculados o apoyados por funcionarios corruptos por políticos corruptos, y en aras de la transparencia se debe sanear toda esa podredumbre que hay dentro de los proveedores del gobierno federal para que funcionen los nuevos proyectos de los que ahora habla el gobierno federal”.

“Quisiera agregar que desde el año 2010 en que se publicó mi libro no ha habido ni un solo desmentido, ni una sola información que desmienta el libro; por el contrario ha habido indagatorias judiciales que comprueban lo publicado”.

En cuanto a la comisión especial para la investigación de los contratos asignados por Pemex a Oceanografía que constituyó el Senado de la República el pasado 11 de marzo, la periodista asegura que con este libro “he tenido vínculo con la comisión especial que indagaba el tráfico de influencias de los Bribiesca en Pemex, donde colaboré como periodista; ofrecí todas las pruebas documentales que estaban en mis manos; sin embargo, la comisión se cerró sin ninguna explicación”.

Mientras que “yo comencé a ser acosada y a recibir amenazas, ya que en febrero 2008 publique en la revista Contralínea esos contratos que Mouriño firmó como contratista de Pemex en un asunto que era evidente el tráfico de influencias, éste era entonces secretario de Gobernación; primero tuve la advertencia de funcionarios de Pemex de que iban a salir públicamente a decir que los documentos que yo estaba publicando eran falsos, querían que les revelara mi fuente de información, hubo muchas presiones; afortunadamente para mí, como periodista, el propio Mouriño salió a reconocer en televisión que esos contratos que yo había publicado eran reales”.

Por lo tanto, “se hizo una comisión especial con toda la parafernalia ahí, supongo que con los recursos públicos que se destinaron para eso, yo ofrecí los contratos que había publicado, se hizo una investigación, yo pude estar presente en algunas de las reuniones que hubo en la Cámara de Diputados donde fui amenazada dentro de la misma Cámara de Diputados por haber publicado esa información, y se cerró la comisión especial, y nuevamente fui amenazada”.

“Ahora viene una tercera comisión especial por Oceanografía, serían tres comisiones especiales para la misma serie de investigaciones periodísticas. No hace falta crear comisiones especiales cuando los hechos están ahí a la vista”.

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