ARTURO ALFARO GALÁN
la jornada de oriente 12 septiembre2011
A dos años de la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC), 70 por ciento de la economía de Nuevo Necaxa en el municipio de Juan Galindo –ubicado en la Sierra Norte– se paralizó; decenas de jóvenes abandonaron sus estudios por la falta de solvencia económica y persiste un descontento ciudadano hacia las autoridades estatales y locales.
El subsecretario general de la división Necaxa del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), Domingo Aguilar Vázquez, informó que 40 por ciento de los ex trabajadores de LFC aún continúan en la resistencia, quienes pretenden recuperar su fuente de trabajo en los próximos meses.
En tanto, señaló, la comunidad de Nuevo Necaxa ha sufrido una migración de las actividades económicas por más de 900 ex trabajadores de LFC, quienes decidieron instalarse en regiones como Xicotepec de Juárez, Huauchinango, Tlaxcala, Veracruz, Pachuca y la ciudad de Puebla, para autoemplearse como comerciantes ambulantes, vendedores de electrodomésticos y hasta prestadores de diferentes oficios.
Asimismo, el líder sindical denunció que los ex trabajadores de LFC sufren de una discriminación en las empresas de la iniciativa privada y pública, pues los existen vacantes disponibles en todo el país para los afiliados al SME. “Lo que pretende el gobierno federal es ahorcarnos y dejarnos morir, pero sabe muy bien que no vamos a dar marcha atrás en todos nuestros planes, porque el decreto presidencial fue una burla para las 44 mil familias que se quedaron sin un empleo”.
Domingo Aguilar precisó que los electricistas que han rechazado las ofertas de la Federación han subsistido con aportaciones quincenales de los trabajadores jubilados, quienes entregan cada 14 días 3 por ciento de sus ingresos.
Los recursos obtenidos –que llegan a sumar unos 170 mil pesos– son utilizados en la mayoría de los casos en un Fondo de Subsidio, en el comedor comunitario del sindicato y en gastos de operación y transportación de los obreros en resistencia.
En entrevista, el dirigente del SME previó que en los próximos meses los ex trabajadores de LFC tendrán “un severo problema”, ya que como parte de las acciones para la desaparición de la paraestatal, el gobierno federal dejará de ofrecer el servicio médico a los trabajadores, lo cual afectará a los pobladores.
Puntualizó que en los últimos meses los cuadros médicos de depresión, diabetes, problemas cardiovasculares y nerviosos han aumentado su prevalencia entre los trabajadores activos y jubilados de LFC.
“Existen algunos casos en que los compañeros recaen tanto en salud que no se pueden ni levantar, están muy deprimidos, y al menos cuatro trabajadores jubilados han fallecido en los últimos meses y otros más se mantienen en sus casas sin la posibilidad de hacer algo por el movimiento”, acotó en una entrevista.
El principal problema en la extinción de la compañía Luz y Fuerza del Centro, consideró Domingo Aguilar, es la falta de disposición al diálogo del gobierno federal con los electricistas, así como la nula participación de las autoridades estatales y locales para mejorar las condiciones de vida de los más de 2 mil ex trabajadores que quedaron desempleados hace dos años.
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