Lozano en la OIT
La Confederación Internacional del Trabajo (OIT), celebrará en Ginebra, Suiza, su 100.ª Reunión, del primero al 17 de junio próximo, evento donde el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), estará presente con sus delegados para denunciar, puntualmente, la política antilaboral de Felipe Calderón y de su testaferro, Javier Lozano Alarcón.
A tan trascendente foro asistirán las principales organizaciones sindicales del mundo que serán informadas ampliamente de cómo en nuestro país se pisotean los derechos de los trabajadores pese a que México tiene firmados convenios internacionales que velan, por ejemplo, por la autonomía sindical.
Una de las tarea de la OIT es promover la creación de empleos, buscar la solución de los conflictos mediante el diálogo y fomentar la equidad y la justicia en las relaciones laborales, o sea, todo lo contrario a lo que aplica en los hechos el gobierno de Felipe Calderón.
Por eso, las decisiones y acuerdos que se toman en su seno tienen una resonancia internacional y los golpes a la clase trabajadora de México deben ser expuestos para que el mundo entero sepa a exactitud de la lucha que organizaciones independientes como el SME, mantienen contra las arbitrarias decisiones de un gobierno totalitario que cancela derechos fundamentales consagrados en la Constitución, como el derecho al trabajo y la libertad sindical.
Ya en otras ocasiones hemos denunciado la actitud hipócrita de Javier Lozano, que sin recato ni vergüenza alguna, ha tratado de engañar a la opinión pública mundial en foros internacionales, señalando que en México se da una importante generación de empleos, creándose las condiciones para que los trabajadores gocen de prestaciones y buenos sueldos.
Nada más alejado de la realidad. México no es el mundo color de rosa que Calderón y su gabinete intentan venderle a la comunidad internacional; nuestro país es una nación golpeada, inmersa en la violencia y el miedo, sin la creación de empleos seguros y bien remunerados que garanticen una estabilidad económica a millones de familias.
Vamos a Ginebra a hablar fuerte, ha pedirle a los trabajadores de todo el mundo, como lo hemos pedido al pueblo de México, su apoyo, su solidaridad, que le exijan desde sus sedes, desde sus países, al gobierno de Calderón, el cabal cumplimiento de los acuerdos internacionales a los que es adherente nuestro país.
Estamos seguros que obtendremos resultados favorables a nuestra causa, aunque esto moleste y estorbe a los sueños guajiros de Javier Lozano por ser presidente. Aunque Felipe Calderón se dé por aludido cuando sea comparado como un dictador que sacó de sus centros de trabajos a 44 mil electricistas utilizando las fuerzas federales cual si se tratara de peligrosos delincuentes y no de mexicanos que se ganaban honradamente el pan de sus familias.
Por eso será importante nuestra presencia en la reunión cien de la OIT, también para exponer los retrocesos a las conquistas de la clase trabajadora que buscan concretarse en la mal llamada Reforma Laboral, que pretendía ser aprobada sin el consenso de los trabajadores de todo el país.
Que se sepa en todo el planeta de la irresponsabilidad de un gobierno que sigue permitiendo la muerte de trabajadores en las minas por la inseguridad con que operan bajo la complacencia y corrupción de dependencias como la Secretaría del Trabajo, con Javier Lozano a la cabeza.
Vamos a acudir los electricistas con la frente en alto, llevando las demandas no resueltas no sólo a los trabajadores sino al pueblo de México. Y hablaremos fuerte por aquellos a quienes éste gobierno represor los ha dejado hasta sin voz y recordaremos a los mineros de Pasta de Conchos cuyas familias todavía reclaman justicia. Vamos a decirle al mundo que en México, la ley laboral ha muerto y los trabajadores estamos inermes ante un gobierno que nos ve como sus enemigos.
Por eso, pediremos al mundo entero, su solidaridad.
A tan trascendente foro asistirán las principales organizaciones sindicales del mundo que serán informadas ampliamente de cómo en nuestro país se pisotean los derechos de los trabajadores pese a que México tiene firmados convenios internacionales que velan, por ejemplo, por la autonomía sindical.
Una de las tarea de la OIT es promover la creación de empleos, buscar la solución de los conflictos mediante el diálogo y fomentar la equidad y la justicia en las relaciones laborales, o sea, todo lo contrario a lo que aplica en los hechos el gobierno de Felipe Calderón.
Por eso, las decisiones y acuerdos que se toman en su seno tienen una resonancia internacional y los golpes a la clase trabajadora de México deben ser expuestos para que el mundo entero sepa a exactitud de la lucha que organizaciones independientes como el SME, mantienen contra las arbitrarias decisiones de un gobierno totalitario que cancela derechos fundamentales consagrados en la Constitución, como el derecho al trabajo y la libertad sindical.
Ya en otras ocasiones hemos denunciado la actitud hipócrita de Javier Lozano, que sin recato ni vergüenza alguna, ha tratado de engañar a la opinión pública mundial en foros internacionales, señalando que en México se da una importante generación de empleos, creándose las condiciones para que los trabajadores gocen de prestaciones y buenos sueldos.
Nada más alejado de la realidad. México no es el mundo color de rosa que Calderón y su gabinete intentan venderle a la comunidad internacional; nuestro país es una nación golpeada, inmersa en la violencia y el miedo, sin la creación de empleos seguros y bien remunerados que garanticen una estabilidad económica a millones de familias.
Vamos a Ginebra a hablar fuerte, ha pedirle a los trabajadores de todo el mundo, como lo hemos pedido al pueblo de México, su apoyo, su solidaridad, que le exijan desde sus sedes, desde sus países, al gobierno de Calderón, el cabal cumplimiento de los acuerdos internacionales a los que es adherente nuestro país.
Estamos seguros que obtendremos resultados favorables a nuestra causa, aunque esto moleste y estorbe a los sueños guajiros de Javier Lozano por ser presidente. Aunque Felipe Calderón se dé por aludido cuando sea comparado como un dictador que sacó de sus centros de trabajos a 44 mil electricistas utilizando las fuerzas federales cual si se tratara de peligrosos delincuentes y no de mexicanos que se ganaban honradamente el pan de sus familias.
Por eso será importante nuestra presencia en la reunión cien de la OIT, también para exponer los retrocesos a las conquistas de la clase trabajadora que buscan concretarse en la mal llamada Reforma Laboral, que pretendía ser aprobada sin el consenso de los trabajadores de todo el país.
Que se sepa en todo el planeta de la irresponsabilidad de un gobierno que sigue permitiendo la muerte de trabajadores en las minas por la inseguridad con que operan bajo la complacencia y corrupción de dependencias como la Secretaría del Trabajo, con Javier Lozano a la cabeza.
Vamos a acudir los electricistas con la frente en alto, llevando las demandas no resueltas no sólo a los trabajadores sino al pueblo de México. Y hablaremos fuerte por aquellos a quienes éste gobierno represor los ha dejado hasta sin voz y recordaremos a los mineros de Pasta de Conchos cuyas familias todavía reclaman justicia. Vamos a decirle al mundo que en México, la ley laboral ha muerto y los trabajadores estamos inermes ante un gobierno que nos ve como sus enemigos.
Por eso, pediremos al mundo entero, su solidaridad.
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