Los panistas dan pena ajena
Martín Esparza Flores
Un panismo sin base social y contra las cuerdas anunció el relanzamiento de su candidato al Estado de México, Luis Felipe Bravo Mena. Pero ni con toda la pirotécnica mediática, el acólito investido de político ha podido subir en las encuestas.
Los panistas no únicamente en tierras mexiquenses sino en todo el país, dan pena ajena.
Como a todos los partidos, el Estado de México representa para el PAN un motivo se sobrevivencia. El problema es que ya muy tarde se dieron cuenta los panistas del grave error de haber enviado a contender al ex secretario particular de Felipe Calderón, contra un candidato del PRI, con sobrada presencia política, sobre todo en los municipios del Valle de México donde se encuentra el grueso del electorado, como lo es el ex alcalde de Ecatepec, Eruviel Avila.
El discurso de Bravo Mena no cala ni calará entre los votantes porque no tiene tras de sí una política social efectiva; a once años de haber asumido el control del poder público, los panistas no han gobernado para las clases sociales menos favorecidas.
Sus mensajes, como los expresados por el aspirante presidencial Ernesto Cordero, de que con 6 mil pesos los mexicanos pueden vivir como habitantes del primero mundo y de que el actual salario mínimo tiene el más alto poder adquisitivo de la historia, suenan para millones de votantes, incluidos los del Estado de México, a franca burla.
Flaco favor le hace a “fray Felipe” el secretario de Hacienda, estando presente en sus actos de campaña, lo mismo que Javier Lozano, secretario del Trabajo responsable de haber cortado las alas a la empresa aeronáutica más antigua del país como lo es Mexicana de Aviación y de haber dejado sin empleo a 44 mil electricistas, muchos de los cuales viven precisamente en la vecina entidad.
Los hechos demuestran que los panistas están pagando sus culpas y tratan de asirse de cualquier circunstancia como tabla de salvación; Bravo Mena ha buscado decir que el Sindicato Mexicano de Electricistas es una de las causas de su debacle electoral. Nada más falso. El sindicato electricista no es todo el Estado de México, y ahí, en la memoria de sus habitantes, están vivos aún los escandalosos casos de corrupción y hasta gangsterismo que ex alcaldes panistas representaron en su momento.
Por citar dos casos: el frívolo y corrupto José Antonio Ríos Granados, ex alcalde de Tultitlán que se adjudicó el salario más alto que un presidente municipal haya tenido en el país y que con gastos de representación, ascendía a casi medio millón de pesos mensuales. ¿Acaso cree Luis Felipe Bravo Mena que la gente no recuerda las excentricidades de Ríos, tales como haber tomado dinero de las arcas municipales para hacer su película Orquídea sangrienta? Las finanzas de Tultitlán quedaron quebradas porque el panista sinvergüenza se compró además una avioneta.
Ni qué decir del electorado de Cuautitlán Izcalli que vio cómo se desataba la violencia en su municipio con la llegada de cárteles como el de los Zetas cuando desgobernó ese ayuntamiento otro “dilecto” panista: David Ulises Guzmán Palma, al que la PGR abrió una investigación precisamente por el delito de delincuencia organizada, al haber protegido durante su administración a los capos.
Son estas “las cartas de presentación” del PAN en el Estado de México, que aderezadas con un candidato con aires de acólito han armado el peor de los escenarios para Acción Nacional, que ni con ostentosos “relanzamientos” se ve por dónde pueda ganar las elecciones del próximo 3 de julio.
Los panistas dan pena ajena y se preparan a decirle adiós a Los Pinos, para bien del país.
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