martes, 12 de febrero de 2013

"Asalta" la realidad a Iria Gómez

martes, 12 de febrero de 2013
Jorge Mendoza
El Universal

Iria Gómez Concheiro, directora y madre de familia, se tardó siete años en filmar su ópera prima Asalto al cine, en la que quiso exponer la problemática de una juventud con pocas posibilidades de desarrollo, que no encuentra espacios para crecer en una gran ciudad.
El guión fue escrito en colaboración con Juan Pablo Gómez hace más de seis años y en el mismo, los personajes centrales son el Negus, el Chale, el Sapo y la Chata, cuatro jóvenes que invierten su tiempo en fumar marihuana, ver cine y pintar graffitis en las calles de la colonia Guerrero en la Ciudad de México.
La falta de oportunidades en los jóvenes es lo más desolador. “A través de la película vemos que lo único que ellos tienen es su amistad, mezclada con compañerismo, su solidaridad; es un entendimiento que sólo ellos pueden tener porque en sus casas se topan con la falta de atención de sus madres“, señala la directora.
En la cinta nunca vemos a la figura paterna, pero esto fue hecho muy a propósito por Iria Gómez Concheiro. “Uno se da cuenta que en realidad hay más familias donde está una madre sola al cuidado de los hijos, ya sea porque el padre murió, se fue o no existe, eso es de lo más común”, declara Iria retratando la realidad.
Dentro de la trama se nombra a un padre —que nunca se ve—, pero que está involucrado en la lucha del Sindicato Mexicano de Electricistas. “Muchos me advirtieron que no pusiera nada referente a las marchas y a la lucha del SME, pero a mí se me hizo importante destacarlo porque fue una atrocidad lo que les hicieron, ojalá esta película se vea en 10 años y las cosas ya hayan cambiado para entonces”, expresa Gómez Concheiro.
Existen actores que tienen mayor experiencia, pero que en esta cinta se encuentran haciendo roles menores. Por ejemplo Juan Manuel Bernal, quien es el gerente del cine Diana; Gustavo Sánchez Parra es un policía cuida puertas, Danny Perea es la chica boletera. ”Eso también fue una propuesta mía de destacar a los actores que no eran conocidos, y los que ya son famosos, por así decirlo, verlos en roles comunes. Ellos se mostraron complacidos en estar menos destacados y eso habla mucho de su calidad como actores y que como personas no se creen las grandes estrellas”, expresa la novel cineasta.
Las locaciones aportaron su propia luz. “Siempre quise filmar en el centro histórico de la ciudad de México. Ahí por la iluminación que hay en las noches se me dieron varias tonalidades muy distintas que llenaron de color la filmación”, recuerda Gómez y añade: “Me tardé siete años en conseguir los patrocinios porque muchos productores tuvieron miedo a filmar en la colonia Guerrero, pero todo se logró con la colaboración de vecinos y autoridades”, puntualizó.

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