jueves, 25 de abril de 2013

Carta a maestros guerrerenses

Desde la escuela del amor impuesta en el gobierno de Manuel Ávila Camacho, hasta la pro empresarial reforma educativa aplicada gradualmente en los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, los grupos hegemónicos de esta nación se han dedicado sistemáticamente a destruir todo vestigio de educación popular que pudiera de cierta forma obstaculizar sus inmensos deseos de acumulación de riqueza.
La violencia institucionalizada que durante más de 70 años han llevado a cabo los gobiernos priístas y panistas descansó, sobre todo, en el control corporativo del SNTE. Personajes siniestros como Gaudencio Peraza, Jesús Robles Martínez, Manuel Sánchez Vite, Carlos Jonguitud Barrios y en las últimas décadas la tristemente célebre Elba Esther Gordilo, violentaron los más elementales derechos de los trabajadores de la educación; les coartaron sus intentos de convivencia democrática y obstaculizaron (recurriendo incluso a los asesinatos) cualquier iniciativa que pusiera en duda su control gangsteril sobre el gremio magisterial.
Esta violencia institucionalizada ha sido aplicada en todos los aspectos de la vida cotidiana del profesor. Ahora que se está atacando el derecho al trabajo los personeros del poder se desgarran las vestiduras por los daños a las sedes de los partidos políticos, que son los principales culpables de la violencia contra el pueblo. Maestros de Guerrero: resistan, no están solos. Miles y cientos de miles de profesores caminamos junto a ustedes en pos de la democracia.
Enrique Ávila Carrillo
correo ilustrado

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