el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto está decidido a poner en práctica una amplia serie de reformas que van de la educación a la salud y la privatización de varios sectores de la economía
Esto me lleva a hacer dos reflexiones. En primer lugar, muestra que quien gobierna realmente nuestro país no es el titular del Ejecutivo, sino, en realidad, los organismos financieros internacionales que, como el FMI, determinan la orientación de la política económica en nuestro país.
En segundo lugar habría que señalar tanto a la gerente del FMI como a Enrique Peña Nieto que las privatizaciones en México solamente han beneficiado a un puñado de empresarios. De acuerdo con un reporte de la Secretaría de Hacienda, de las mil 155 empresas públicas que existían en México hasta 1982 se privatizaron 957. De la venta de estas empresas ingresaron 33 mil millones de dólares. Posteriormente, por la quiebra de algunas como líneas aéreas, carreteras, bancos e ingenios azucareros, la nación tuvo que aportar 109 mil millones de dólares; es decir, tres veces más de lo que ingresó por la venta de dichas empresas.
Por esta razón existe un rechazo de los mexicanos a todo tipo de privatizaciones, y es inexistente ese supuesto apoyo al programa de reformas del Ejecutivo.
David Miranda Pérez
la jornada correo ilustrado
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