domingo, 4 de diciembre de 2011

México: En la recta final del Sexenio


Eduardo Ibarra Aguirre | ARGENPRESS - (FORUM EN LINEA) | Viernes 2 Diciembre 2011
Con claroscuros, más oscuros que claros, llega Felipe Calderón para hacer el recorrido final, definitivo, de los últimos 363 días de su gobierno bautizado por él mismo como “del estado de derecho” y “del empleo”, grandes propósitos que cada vez enuncia menos.

Divulga sí con estridencia mediática a cargo de los causantes, anuncios y declaraciones sobre lo realizado por su administración en infraestructura carretera, turismo, educación y particularmente en salud. “Quiere decir que en 10 años en todo México se ha hecho más que todo lo que se hizo en todo el siglo XX en materia de salud en el país”, comparó.
Acaso no mienta, por lo menos no deliberadamente, pero usted sabe bien que cada señor que despachó en Los Pinos o en Palacio Nacional, para el caso da lo mismo, presumieron que en una u otra materias hicieron más que todos sus antecesores.

Apenas el 1 de septiembre pasado, Calderón Hinojosa reportó a los gobernados –de los cuales menos de la mitad sostiene que no es producto de la voluntad popular–, “La salud de más de 100 millones de mexicanos ya está protegida gracias al Seguro Popular y al Sistema Nacional de Salud”. La cobertura universal de salud está a punto de lograrse, anuncia una y otra vez, aunque los especialistas lo desmienten.

También que “Con el programa de infraestructura carretera más grande de la historia, se han construido o modernizado más de 16 mil 500 kilómetros de carreteras”. Poco le importa al señor de las marcas inéditas divulgar cuántos corresponden a nuevos tramos y cuántos a modernización.

Carlos Salinas y Emilio Gamboa, el ahora líder cenopista solícito para armarle la cargada a Enrique Peña Nieto al peor estilo del sexenio de la “mucha, mucha política”, incurrieron en la misma presunción pero con otras cifras, después vino el “rescate carretero” para beneficiar a las elites empresariales.

Para impulsar el turismo hasta el punto de convertir a México en una de las cinco potencias globales, el abogado, economista y administrador público demostró en Estados Unidos que está dispuesto a todo, incluso a travestirse en guía de turistas y exhibir el hilarante y egocéntrico documental en la residencia oficial.

Y en materia educativa la alianza de cinco años con la todopoderosa Elba Esther Gordillo, sellada con el pago de las direcciones generales del ISSSTE, la Lotería Nacional, el Consejo Nacional de Seguridad Pública y una subsecretaría de Educación, concesiones reconocidas por el general de cinco estrellas, no fueron suficientes para evitar que México permanezca aún en la retaguardia en educación entre todos los países de la OCDE.

Por todo ello, no les falta razón a los periodistas que auguran al comandante supremo, en las múltiples entrevistas que a modo le realizan, que será recordado –dicho en mis palabras– por el terrible baño de sangre, dolor y muerte que hereda a México, mientras el número de adictos se duplica, los decomisos de drogas son inferiores que los realizados en los gobiernos de Ernesto Zedillo y de Vicente Fox, mientras los circuitos financieros y bursátiles del crimen organizado permanecen intocados.

La confrontación con el enriquecido señor de las botas y otras franjas de Acción Nacional debido a la obsesión de imponer a Ernesto Cordero, hacen más que comprensible su ánimo beligerante multiplicado con el aún cogobernante Revolucionario Institucional, los jueces, el Congreso, el entonces embajador Carlos Pascual, no pocos gobernadores…

Para Francisco Fernando Solís Peón, “amigo de Calderón” pero sobre todo conocedor de algunos de los resortes personales, la polémica y la comida con Joaquín Sabina fue “ciertamente uno de los grandes éxitos políticos de Calderón en lo que va de su sexenio”.

No hay comentarios :

Publicar un comentario