17 de enero de 2011
Tulancingo, Hidalgo.- Solo cenizas quedaron de lo que fue una de las fábricas más representativas en la región.
Ubicada en la colonia Habitacional del Bosque, de Santiago Tulantepec, y que diera trabajo a más de un centenar de personas, hoy únicamente luce en escombros.
Huele aún a quemado y a humedad.
Ubicada en la colonia Habitacional del Bosque, de Santiago Tulantepec, y que diera trabajo a más de un centenar de personas, hoy únicamente luce en escombros.
Huele aún a quemado y a humedad.
Falso contacto por cortocircuito pudo haber sido la causa del voraz incendio que consumió por completo una fábrica textil, la noche del viernes. Foto: El Sol de Tulancingo.
El propietario, Luis García Ortiz, observó cómo apagaban el fuego los bomberos, la tarde-noche del viernes anterior.
Al día siguiente y todavía ayer no daba crédito de lo sucedido.
"¡Qué voy a hacer! ¡Estoy en la ruina!", advierte.
"Exijo a los que causaron mi ruina que paguen".
Estima que pudieran ser más de 15 millones de pesos los perdidos, no solamente en maquinaria e infraestructura, sino también en los pendientes de trabajo a entregar en Tlaxcala, como lo hacía cada semana, durante aproximadamente 5 años que operó esta empresa.
En una década, han sido tres siniestros los suscitados en empresas de esta región: dos de ellos en Cuautepec y este último, en Santiago.La conflagración, como se informó en este mismo medio, en la edición de ayer, aconteció el fin de semana.
Eran aproximadamente las 18 horas del viernes cuando voraces llamas acabaron con todo a su paso.
Un falso contacto por cortocircuito pudo haber sido la causa, a decir del empresario.
Pero esperan los resultados del peritaje que emita la Procuraduría de Justicia en el área de incendios y explosivos.
Luis García señaló: "Nosotros cumplíamos con todos los requisitos en cuanto a prevención de siniestros. Nunca antes habíamos vivido una situación de esta naturaleza".
Narró que se quedó sin servicio eléctrico desde el pasado miércoles y el viernes acudió personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a efectuar faenas de compostura.
Al parecer, instalaron unas cuchillas en líneas de alta tensión.
"Tal vez no lo hicieron bien y cometieron el error que acabó en mi tragedia económica, pues a los 5 minutos inició el fuego en mi empresa", mencionó Luis García.
Las llamas consumieron todo lo existente. Apenas quedaron los muros de la fábrica, cuya extensión comprende mil 200 metros cuadrados.
"Producíamos aproximadamente 20 toneladas de material reciclado de fibras sintéticas a la semana".
En este lugar se acopiaban desechos de hilo y trapo de los empresarios de la región y se reutilizaban, es decir, se convertían en cobijas.
"Ayudábamos en gran medida a que no fueran desechos o contaminantes. Aquí los procesábamos tras el proceso de reciclaje".
SEIS HORAS DE COMBATIR LAS VORACES LLAMAS
De su negocio no queda nada, dice Luis García, con 40 años dentro del ramo textil.
"Gracias a Dios, no había trabajadores en el lugar, si no quién sabe que hubiera pasado", precisó el entrevistado, acompañado de sus hijos.
Más de 6 horas laboraron los bomberos de Tulancingo, así como voluntarios y rescatistas, para sofocar las impresionantes llamas que alcanzaron más de 10 metros de altura.
La factoría, situada a unos pasos de la Subestación Eléctrica, se quemó totalmente.
Las voraces llamas acabaron con todo a su paso.
La empresa, por cierto, no estaba asegurada.
El riesgo latente, además, fue para habitantes de la colonia Habitacional del Bosque, pues acontecieron un par de explosiones de tanques de gas y diesel que, venturosamente, fueron controlados por los vulcanos.
PIDE AYUDA
El industrial precisa que no descansará hasta que se haga justicia.
"Quiero ayuda. No sé qué hacer.
"Pido a la Procuraduría agilice las investigaciones y se determine la culpabilidad. Si fue la CFE que pague los daños, aunque sé que será difícil".
Visiblemente consternado por la pérdida de su único patrimonio, puntualiza: "Cuento con la ayuda de mis amigos los textileros.
"Pero de repente siento que el cielo se me cae encima; me costará mucho trabajo salir de la ruina".
Preocupado, manifiesta: "Qué van a hacer aquellas personas a las que les daba trabajo, eran como 100 que laboraban en sus casas por destajo, y aquí, en la fábrica, aproximadamente 15.
"Estoy en la total ruina. No sé ni para dónde caminar", señala.
De hecho, durante la entrevista, René Domínguez Rivero, quien igualmente lo acompaña, precisa que hay solidaridad del gremio.
"No está solo, pero sí queremos hacer el llamado a los gobierno Federal y Estatal para ver de qué forma reactivamos esta empresa. Y, no solo eso, que responda quien resulte responsable".
El propietario, Luis García Ortiz, observó cómo apagaban el fuego los bomberos, la tarde-noche del viernes anterior.
Al día siguiente y todavía ayer no daba crédito de lo sucedido.
"¡Qué voy a hacer! ¡Estoy en la ruina!", advierte.
"Exijo a los que causaron mi ruina que paguen".
Estima que pudieran ser más de 15 millones de pesos los perdidos, no solamente en maquinaria e infraestructura, sino también en los pendientes de trabajo a entregar en Tlaxcala, como lo hacía cada semana, durante aproximadamente 5 años que operó esta empresa.
En una década, han sido tres siniestros los suscitados en empresas de esta región: dos de ellos en Cuautepec y este último, en Santiago.La conflagración, como se informó en este mismo medio, en la edición de ayer, aconteció el fin de semana.
Eran aproximadamente las 18 horas del viernes cuando voraces llamas acabaron con todo a su paso.
Un falso contacto por cortocircuito pudo haber sido la causa, a decir del empresario.
Pero esperan los resultados del peritaje que emita la Procuraduría de Justicia en el área de incendios y explosivos.
Luis García señaló: "Nosotros cumplíamos con todos los requisitos en cuanto a prevención de siniestros. Nunca antes habíamos vivido una situación de esta naturaleza".
Narró que se quedó sin servicio eléctrico desde el pasado miércoles y el viernes acudió personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a efectuar faenas de compostura.
Al parecer, instalaron unas cuchillas en líneas de alta tensión.
"Tal vez no lo hicieron bien y cometieron el error que acabó en mi tragedia económica, pues a los 5 minutos inició el fuego en mi empresa", mencionó Luis García.
Las llamas consumieron todo lo existente. Apenas quedaron los muros de la fábrica, cuya extensión comprende mil 200 metros cuadrados.
"Producíamos aproximadamente 20 toneladas de material reciclado de fibras sintéticas a la semana".
En este lugar se acopiaban desechos de hilo y trapo de los empresarios de la región y se reutilizaban, es decir, se convertían en cobijas.
"Ayudábamos en gran medida a que no fueran desechos o contaminantes. Aquí los procesábamos tras el proceso de reciclaje".
SEIS HORAS DE COMBATIR LAS VORACES LLAMAS
De su negocio no queda nada, dice Luis García, con 40 años dentro del ramo textil.
"Gracias a Dios, no había trabajadores en el lugar, si no quién sabe que hubiera pasado", precisó el entrevistado, acompañado de sus hijos.
Más de 6 horas laboraron los bomberos de Tulancingo, así como voluntarios y rescatistas, para sofocar las impresionantes llamas que alcanzaron más de 10 metros de altura.
La factoría, situada a unos pasos de la Subestación Eléctrica, se quemó totalmente.
Las voraces llamas acabaron con todo a su paso.
La empresa, por cierto, no estaba asegurada.
El riesgo latente, además, fue para habitantes de la colonia Habitacional del Bosque, pues acontecieron un par de explosiones de tanques de gas y diesel que, venturosamente, fueron controlados por los vulcanos.
PIDE AYUDA
El industrial precisa que no descansará hasta que se haga justicia.
"Quiero ayuda. No sé qué hacer.
"Pido a la Procuraduría agilice las investigaciones y se determine la culpabilidad. Si fue la CFE que pague los daños, aunque sé que será difícil".
Visiblemente consternado por la pérdida de su único patrimonio, puntualiza: "Cuento con la ayuda de mis amigos los textileros.
"Pero de repente siento que el cielo se me cae encima; me costará mucho trabajo salir de la ruina".
Preocupado, manifiesta: "Qué van a hacer aquellas personas a las que les daba trabajo, eran como 100 que laboraban en sus casas por destajo, y aquí, en la fábrica, aproximadamente 15.
"Estoy en la total ruina. No sé ni para dónde caminar", señala.
De hecho, durante la entrevista, René Domínguez Rivero, quien igualmente lo acompaña, precisa que hay solidaridad del gremio.
"No está solo, pero sí queremos hacer el llamado a los gobierno Federal y Estatal para ver de qué forma reactivamos esta empresa. Y, no solo eso, que responda quien resulte responsable".
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