Por : Mónica Camacho
2012-12-07
El Congreso del estado aprobó la reforma al artículo 24 constitucional en medio de enérgicos reclamos de los representantes de la sociedad civil que tuvieron acceso a la sesión, quienes acusaron a los diputados de “vendidos” y les arrojaron monedas como muestra de repudio, al tiempo de advertir que la modificación representa el primer paso de los grupos conservadores del país en su camino hacia el desmantelamiento del Estado laico.
Las fracciones del PRD, Panal, PT y el Partido Movimiento Ciudadano (PMC) formaron un bloque contra la enmienda junto con los legisladores Gerardo Mejía Ramírez, del PRI; Jesús Morales Manzo, del PVEM, y el representante popular independiente Alejandro Oaxaca Carreón, quienes coincidieron en que los cambios propuestos son innecesarios, porque reabren una discusión que fue superada desde el siglo pasado.
El apoyo del Partido Revolucionario Institucional a la reforma fue gestionado por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido, el cual giró instrucciones al coordinador de la fracción en Puebla, Édgar Salomón Escorza, de garantizar que todo el grupo parlamentario votara a favor de la minuta turnada por el Senado.
El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, agradeció a los diputados priistas el respaldo a la reforma pocas horas después de que la avalaron en el pleno. El reconocimiento lo realizó en un encuentro que se llevó a cabo la noche de ayer en la Casa Arzobispal, el cual fue gestionado por el legislador del PVEM José Venancio Ojeda Hoyos, quien llegó al Congreso por recomendación de la Arquidiócesis de Puebla, según fuentes del Poder Legislativo.
Durante la discusión de la minuta Ojeda Hoyos tuvo un papel muy activo, pero éste no se reflejó en intervenciones en tribuna, sino en las constantes llamadas que realizó a través de su celular, la última de las cuales la efectuó inmediatamente después de que quedó aprobada la reforma con 25 votos a favor y 10 en contra.
Puebla se convirtió en el estado número 14 que avala las modificaciones al artículo 24 constitucional, junto con Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Durango, Querétaro, estado de México, Hidalgo, Nayarit, Nuevo León, Tlaxcala y Sonora.
Sólo hace falta la aprobación de tres poderes legislativos más para que la enmienda regrese al Congreso de la Unión y se ordene su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Los acuerdos de Peña
Mientras los diputados del PRI y el PAN fueron los principales defensores de la minuta, los representantes populares del PMC y el PT afirmaron que la postura del tricolor demostró que la reforma formó parte de los pactos que realizó Enrique Peña Nieto con el clero católico para llegar a la presidencia del país.
Desde la máxima tribuna del estado, el presidente de la Comisión de Gobernación, el panista Juan Carlos Espina von Roehrich, aseguró que la sustitución del concepto de “libertad de creencias” por el de “religión, conciencia y convicciones éticas” en el artículo 24 constitucional representa “una ampliación de derechos”.
Para el diputado albiazul, las voces en contra de la reforma surgen por una mala interpretación de su contenido, pues el objetivo real de la misma es defender el derecho de toda persona a tener “su propia cosmovisión”.
Para soportar su postura aseguró que las libertades de religión, conciencia y convicciones éticas se encuentran enarboladas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de los Derechos Políticos y Civiles, la Convención Americana de los Derechos Humanos, así como en la Declaración sobre la Eliminación de Todas las Formas de Intolerancia y Discriminación.
Los argumentos de Espina von Roehrich no convencieron a los representantes de Foro Cívico México Laico ni de Puebla Laica que estuvieron presentes en las galerías que rodean al pleno del Congreso, desde las cuales tacharon al legislador de “yunquista”, mientras un grupo más vociferaba la consigna “libertades sí, privilegios no”.
El posicionamiento de Espina fue debatido por los diputados Héctor Alonso Granados (Panal), Guillermo Aréchiga Santamaría (Panal), José Juan Espinosa, Gerardo Mejía y Alejandro Oaxaca, a quienes se sumó el perredista Eric Cotoñeto Carmona, quien tuvo que enfrentar el reproche que le realizaron las organizaciones sociales por ausentarse de última hora de la Comisión de Gobernación en la que se analizó la minuta el miércoles pasado, ya que su falta permitió que la reforma se dictaminara en sentido positivo y llegara al pleno.
–Mejor vete al baño, no te vaya a ganar –le gritaron jóvenes universitarios adheridos a Puebla Laica, ya que ese fue el argumento que dio el legislador de izquierda un día atrás para no estar presente en la votación del proyecto.
¿Cuánto vale tú voto?
José Juan Espinosa Torres llevó al pleno cinco cajas que contenían cerca de 60 mil firmas de ciudadanos poblanos que solicitaron al Congreso su rechazo a la minuta. “Se han acercado a esta Legislatura a pedirnos que los escuchemos, que atendamos sus demandas, que revisemos el impacto que tendrá en la vida pública nacional esta reforma que aprobaron el Senado de la República y la Cámara de Diputados, a quienes podemos corregir la plana”, manifestó ante al pleno.
En tanto, Guillermo Aréchiga expresó: “se dice insistentemente que se buscan ampliar las libertades, pero me pregunto si nos han faltado libertades para que cada uno de nosotros entienda el mundo de acuerdo con su propia visión. ¿Acaso no hemos tenido la posibilidad de escoger nuestros propios códigos en absoluta libertad, acaso nos ha faltado libertad de conciencia para elegir nuestro proyecto del país? Yo no encuentro nada que nos haya coaccionado ni limitado”.
Tras una hora y media de debate la reforma fue aprobada en medio de los abucheos y gritos de desaprobación de los ciudadanos inconformes, los cuales contrarrestaban los aplausos de los diputados del PRI y el PAN, algunos de los cuales se abrazaron en el pleno para felicitarse por el trabajo realizado.
Al percatarse de la congratulación de los legisladores, un grupo de activistas sacó de sus bolsillos monedas de 1 y 2 pesos para arrojarlas a los diputados, mientras otros inconformes les aventaron las pancartas que llevaron a la protesta, una de las cuales cuestionaba a los representantes populares “¿Cuánto vale tú voto? Yo te lo compro”.
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