domingo, 13 de enero de 2013
J. Jesús Esquivel
WASHINGTON, DC (Apro).- En la dependencia federal que está siendo convertida en una supersecretaría –Gobernación–, dotada por consiguiente de un presupuesto descomunal, el gobierno de Enrique Peña Nieto pretende crear el Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Su objetivo: recopilar la información que generen todas las instancias de seguridad y procuración de justicia de México, en el afán del mandatario priísta de combatir con eficiencia al crimen organizado.
Funcionarios extranjeros que participan en el proyecto, ideado desde los tiempos de la campaña electoral del mexiquense, confían lo anterior a Proceso. Pero advierten: el problema es que no hay personal con los conocimientos necesarios para afrontar una tarea de esa magnitud, labor que varias agencias estadounidenses habían realizado con el aval del anterior gobierno federal.
Uno de los consultores estadounidenses contratados por el gobierno de Peña Nieto para la creación del CNI adelanta a Proceso: "Se trata de un plan innovador cuyo objetivo será la recolección de información de inteligencia entre todas las agencias de seguridad del Estado mexicano para realizar operativos más eficaces, menos vistosos y mejor coordinados contra el narcotráfico".
Según el proyecto, el CNI estará bajo el mando directo de la Secretaría de Gobernación (Segob) y tendrá como "operador inmediato" al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen). El propósito de Peña Nieto, dice el entrevistado, es emular las operaciones de inteligencia que realiza el gobierno de Estados Unidos con las tácticas y actividades de espionaje de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Peña Nieto y su equipo "quieren concentrar en una sola entidad, como se hace en los centros u oficinas de fusión que tenemos en Estados Unidos, toda la información de inteligencia que recopilan el Ejército, la Marina, el Cisen, la PGR y todas las demás dependencias federales y hasta estatales implicadas en la lucha contra el narcotráfico", enfatiza el consultor, quien acepta hablar a condición de que se mantenga su anonimato.
Especialista en operaciones internacionales de inteligencia, el entrevistado comenta que con la creación del CNI Peña Nieto intenta cumplir con su promesa electoral de desmilitarizar de manera paulatina la lucha contra el narcotráfico emprendida por Felipe Calderón.
LAS PROPUESTAS DE CAMPAÑA
Al asumir la Presidencia, Peña Nieto decidió prescindir de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, la dependencia favorita de Calderón, y adscribir a su personal a la Segob, lo que se concretó a principios de este mes.
Convertida en una supersecretaría, Gobernación concentra a partir del jueves 3 todas las acciones de seguridad y prevención del delito que antes ejecutaba la SSP. Y lo más importante: Absorbió también los 41 mil 217 millones de pesos asignados a la extinta secretaría para este 2013. Con ello su presupuesto se elevó a 62 mil millones 258 mil pesos, por encima incluso del que maneja la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que es de 60 mil 812 millones.
Poco después de ser declarado presidente electo, Peña Nieto pidió a Miguel Ángel Osorio Chong, quien hoy está al frente de esa superdependencia, contratar a consultoras estadounidenses especializadas en seguridad e inteligencia con un propósito definido: Que participen con los colaboradores del mexiquense en la elaboración y definición de la nueva estrategia de combate al narcotráfico y al crimen organizado.
De acuerdo con otro consultor entrevistado por el corresponsal, "se canalizaron varias propuestas y al final se contrató a expertos estadounidenses altamente calificados en este campo, quienes trabajan con los colaboradores de Peña Nieto desde el 1 de diciembre".
Dice, a condición de que se omita su nombre, que él y sus compañeros han viajado en varias ocasiones a la Ciudad de México para "agilizar el plan del establecimiento del CNI", pues Peña Nieto quiere echarlo a andar poco después del primer trimestre de este año.
Según el entrevistado, Osorio Chong se coordina con su subalterno Eugenio Ímaz Gispert, director general del Cisen; él y los otros asesores estadounidenses trabajan a su vez con un grupo de funcionarios "jóvenes" de Gobernación.
Pero el consultor se alarma porque la mayoría de los funcionarios que trabajan en el proyecto del CNI –con edades que van de 28 a 35 años– "no tienen ni la menor idea" de lo que significan las labores de inteligencia y mucho menos de la elaboración y definición de operativos contra el crimen organizado o los narcotraficantes.
Otro consultor extranjero confía al corresponsal: "Ese es el gran problema que tenemos. Esperamos que poco a poco Osorio Chong o el director del Cisen encuentren gente con más experiencia para la elaboración de un proyecto de gran envergadura como el que quieren desarrollar".
Los expertos estadounidenses coinciden: La falta de gente con experiencia en la Secretaría de Gobernación y en el círculo cercano a Ímaz es el principal obstáculo para la creación del CNI.
LO QUE PERMITIÓ CALDERÓN
Con el CNI el gobierno de Peña Nieto le apuesta a reemplazar a las dos Oficinas Binacionales de Inteligencia (OBI) creadas en el sexenio de Calderón en la Ciudad de México y en Escobedo, Nuevo León.
La empresa de Peña Nieto se ve difícil, sobre todo porque con esas "oficinas de fusión" Estados Unidos materializó uno de los sueños más ambiciosos de su historia: Conseguir el aval del gobierno mexicano para que agentes de la CIA y de otras agencias de inteligencia tuvieran en México un centro oficial para recolectar información de todo lo que ocurre ahí y en los países vecinos.
Fue Calderón quien autorizó la instalación de esas "oficinas de fusión". Cuando llegó a Los Pinos, el 1 de diciembre de 2006, "instrumentó una estrategia militarizada contra el narcotráfico que en los meses posteriores comenzó a recibir apoyo económico y militar estadounidense.
"Entre enero y julio de 2007 él y su par estadounidense George W. Bush se reunieron en Washington siete veces para delinear un acuerdo de cooperación bilateral antidrogas al que bautizaron Iniciativa Mérida".
Con el pretexto de los objetivos de la lucha bilateral contra el narcotráfico demarcados por dicha iniciativa, el gobierno de Estados Unidos convenció a Calderón de establecer la primera OBI en la Ciudad de México, donde supuestamente las agencias de inteligencia comandadas por la CIA trabajarían codo a codo con sus contrapartes mexicanas para ubicar y recolectar información sobre el movimiento de narcotraficantes y de drogas.
Según los estatutos de la Iniciativa Mérida, por medio de las OBI Estados Unidos compartiría con el gobierno mexicano información de inteligencia para que pudiera asestar golpes al crimen organizado e incluso decapitar sus redes de mando.
En las oficinas de la Ciudad de México trabaja personal de inteligencia del Pentágono: Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA), Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO) y Agencia Nacional de Seguridad (NSA); del Departamento de Justicia: Buró Federal de Investigación (FBI); de la Administración Antidrogas (DEA) y del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).
En esas "oficinas de fusión" laboran también efectivos del Departamento de Seguridad Interior pertenecientes a la Agencia de Inteligencia de la Guardia Costera (CGI) y a la Oficina de Cumplimiento Aduanal y Migratorio (ICE), y del Departamento del Tesoro, que tiene en ellas a agentes de la Oficina sobre Terrorismo y Asuntos Financieros (TFI). En ambas la voz de mando es de la CIA.
Aun con lo que Calderón le concedió, Washington presionó hasta obtener el permiso para la instalación de dos oficinas satélite de las OBI: una en Ciudad Juárez y otra en Tijuana, para que, en ambas, los agentes estadounidenses comandaran las "fuerzas de tarea" respaldadas por personal mexicano contra el narcotráfico.
"En la Secretaría de Gobernación nos dicen que todo esto no funcionó", subraya el consultor que asesora a Osorio Chong.
"Descubrieron que por lo menos en el caso de la OBI en Escobedo la Sedena nunca participó en las tareas que pretendía encabezar la CIA ni (sus tropas) colaboraron con ella ni le pasaron información; los agentes estadounidenses tampoco lo hicieron con los militares mexicanos", abunda el especialista en temas de seguridad nacional e inteligencia, quien ha trabajado en Medio Oriente, Europa y América Latina en proyectos similares al que propone Peña Nieto.
El gobierno de Peña Nieto detectó que, con excepción de la OBI de la Ciudad de México, la Sedena se negó a colaborar con la CIA y las demás agencias de espionaje de Estados Unidos.
TODO PARA GOBERNACIÓN
La dependencia que encabeza Osorio Chong cuenta con el apoyo incondicional de Peña Nieto para la creación del CNI y se apresta a comprar equipo y tecnología de espionaje ultramodernos.
El proyecto de seguridad nacional también incluye más cursos de especialización en el extranjero para el personal de las agencias implicadas, que desde hace años han impartido el Pentágono, la DEA, el ICE y la CIA.
Sin excepción", todos los agentes, militares y policías serán sometidos a un riguroso escrutinio para garantizar que no estén coludidos con alguna organización criminal o del narcotráfico.
Creemos que el escrutinio y el adiestramiento serán proporcionados por personal de Estados Unidos, por lo menos esos son los planes. Aunque también nos han hablado de la posibilidad de que haya colaboración de alguna agencia de otro país europeo o de Israel", añade el especialista.
La estrategia a cargo de Osorio Chong plantea también la reorganización de las dos oficinas satélites de las OBI en Ciudad Juárez y en Tijuana para "mexicanizar" sus actividades.
Según la información obtenida por Proceso, se crearán otras cuatro sucursales: tres en el norte y una en el sur, cerca de la frontera con Guatemala y Belice.
Respecto a las OBI, la Presidencia todavía no toma una decisión definitiva. Sólo se habla de que Gobernación intenta reducir la presencia de las agencias estadounidenses a sólo la de la Ciudad de México. Y en la de Escobedo, el propósito es desmantelarla o por lo menos sacar al personal fijo de la CIA, el Pentágono, el Departamento de Justicia, del Tesoro y Seguridad Interior.
DIVISIÓN REGIONAL
El jueves 10 la Segob publicó en el Diario Oficial de la Federación los acuerdos aprobados en la II Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Pública realizada el 17 de diciembre último. Según el Acuerdo 11, "el Consejo Nacional de Seguridad Pública se pronuncia a favor de dirigir todos los esfuerzos de las instancias de seguridad pública de los tres órdenes de gobierno hacia la consolidación nacional y actualización de las bases de datos criminalísticas y de personal".
En los 12 acuerdos los gobernadores asumieron sin cuestionamientos, el pasado 17 de diciembre, la estrategia de seguridad para dividir al país en cinco zonas llamadas Instancias Regionales de Coordinación, cuyo objetivo será establecer una cooperación que genere orden, confianza, jerarquías, mandos claros y corresponsabilidad de los tres órdenes de gobierno. En ellas participarán representantes de las secretarías de Gobernación, Defensa Nacional y Marina, así como agentes de la PGR.
La Zona Noroeste comprende Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa y Sonora; la Noreste, Coahuila, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas; la Occidente, Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Querétaro y Zacatecas; la Centro, el Distrito Federal, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala, y la Sureste, Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
Los gobernadores también aprobaron la incorporación de representantes de la sociedad civil al Consejo Nacional de Seguridad Pública, así como un programa de prevención del delito y revisar la normatividad para otorgar licencias y permisos para uso de armas de fuego a escalas municipal, estatal y federal.
Con el desmantelamiento de la SSP y la reestructuración de la Segob, Peña Nieto realizó ya los primeros movimientos para dejar atrás la fallida estrategia de su antecesor panista –que sólo resultó en muertes, violencia e inestabilidad– y para "mexicanizar" las actividades de inteligencia.
Y aunque el titular de la Secretaría de Gobernación, Osorio Chong, promueve los cambios, el problema es, según los consultores estadounidenses que lo asesoran, que carece de personal especializado.
Funcionarios extranjeros que participan en el proyecto, ideado desde los tiempos de la campaña electoral del mexiquense, confían lo anterior a Proceso. Pero advierten: el problema es que no hay personal con los conocimientos necesarios para afrontar una tarea de esa magnitud, labor que varias agencias estadounidenses habían realizado con el aval del anterior gobierno federal.
Uno de los consultores estadounidenses contratados por el gobierno de Peña Nieto para la creación del CNI adelanta a Proceso: "Se trata de un plan innovador cuyo objetivo será la recolección de información de inteligencia entre todas las agencias de seguridad del Estado mexicano para realizar operativos más eficaces, menos vistosos y mejor coordinados contra el narcotráfico".
Según el proyecto, el CNI estará bajo el mando directo de la Secretaría de Gobernación (Segob) y tendrá como "operador inmediato" al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen). El propósito de Peña Nieto, dice el entrevistado, es emular las operaciones de inteligencia que realiza el gobierno de Estados Unidos con las tácticas y actividades de espionaje de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Peña Nieto y su equipo "quieren concentrar en una sola entidad, como se hace en los centros u oficinas de fusión que tenemos en Estados Unidos, toda la información de inteligencia que recopilan el Ejército, la Marina, el Cisen, la PGR y todas las demás dependencias federales y hasta estatales implicadas en la lucha contra el narcotráfico", enfatiza el consultor, quien acepta hablar a condición de que se mantenga su anonimato.
Especialista en operaciones internacionales de inteligencia, el entrevistado comenta que con la creación del CNI Peña Nieto intenta cumplir con su promesa electoral de desmilitarizar de manera paulatina la lucha contra el narcotráfico emprendida por Felipe Calderón.
LAS PROPUESTAS DE CAMPAÑA
Al asumir la Presidencia, Peña Nieto decidió prescindir de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, la dependencia favorita de Calderón, y adscribir a su personal a la Segob, lo que se concretó a principios de este mes.
Convertida en una supersecretaría, Gobernación concentra a partir del jueves 3 todas las acciones de seguridad y prevención del delito que antes ejecutaba la SSP. Y lo más importante: Absorbió también los 41 mil 217 millones de pesos asignados a la extinta secretaría para este 2013. Con ello su presupuesto se elevó a 62 mil millones 258 mil pesos, por encima incluso del que maneja la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que es de 60 mil 812 millones.
Poco después de ser declarado presidente electo, Peña Nieto pidió a Miguel Ángel Osorio Chong, quien hoy está al frente de esa superdependencia, contratar a consultoras estadounidenses especializadas en seguridad e inteligencia con un propósito definido: Que participen con los colaboradores del mexiquense en la elaboración y definición de la nueva estrategia de combate al narcotráfico y al crimen organizado.
De acuerdo con otro consultor entrevistado por el corresponsal, "se canalizaron varias propuestas y al final se contrató a expertos estadounidenses altamente calificados en este campo, quienes trabajan con los colaboradores de Peña Nieto desde el 1 de diciembre".
Dice, a condición de que se omita su nombre, que él y sus compañeros han viajado en varias ocasiones a la Ciudad de México para "agilizar el plan del establecimiento del CNI", pues Peña Nieto quiere echarlo a andar poco después del primer trimestre de este año.
Según el entrevistado, Osorio Chong se coordina con su subalterno Eugenio Ímaz Gispert, director general del Cisen; él y los otros asesores estadounidenses trabajan a su vez con un grupo de funcionarios "jóvenes" de Gobernación.
Pero el consultor se alarma porque la mayoría de los funcionarios que trabajan en el proyecto del CNI –con edades que van de 28 a 35 años– "no tienen ni la menor idea" de lo que significan las labores de inteligencia y mucho menos de la elaboración y definición de operativos contra el crimen organizado o los narcotraficantes.
Otro consultor extranjero confía al corresponsal: "Ese es el gran problema que tenemos. Esperamos que poco a poco Osorio Chong o el director del Cisen encuentren gente con más experiencia para la elaboración de un proyecto de gran envergadura como el que quieren desarrollar".
Los expertos estadounidenses coinciden: La falta de gente con experiencia en la Secretaría de Gobernación y en el círculo cercano a Ímaz es el principal obstáculo para la creación del CNI.
LO QUE PERMITIÓ CALDERÓN
Con el CNI el gobierno de Peña Nieto le apuesta a reemplazar a las dos Oficinas Binacionales de Inteligencia (OBI) creadas en el sexenio de Calderón en la Ciudad de México y en Escobedo, Nuevo León.
La empresa de Peña Nieto se ve difícil, sobre todo porque con esas "oficinas de fusión" Estados Unidos materializó uno de los sueños más ambiciosos de su historia: Conseguir el aval del gobierno mexicano para que agentes de la CIA y de otras agencias de inteligencia tuvieran en México un centro oficial para recolectar información de todo lo que ocurre ahí y en los países vecinos.
Fue Calderón quien autorizó la instalación de esas "oficinas de fusión". Cuando llegó a Los Pinos, el 1 de diciembre de 2006, "instrumentó una estrategia militarizada contra el narcotráfico que en los meses posteriores comenzó a recibir apoyo económico y militar estadounidense.
"Entre enero y julio de 2007 él y su par estadounidense George W. Bush se reunieron en Washington siete veces para delinear un acuerdo de cooperación bilateral antidrogas al que bautizaron Iniciativa Mérida".
Con el pretexto de los objetivos de la lucha bilateral contra el narcotráfico demarcados por dicha iniciativa, el gobierno de Estados Unidos convenció a Calderón de establecer la primera OBI en la Ciudad de México, donde supuestamente las agencias de inteligencia comandadas por la CIA trabajarían codo a codo con sus contrapartes mexicanas para ubicar y recolectar información sobre el movimiento de narcotraficantes y de drogas.
Según los estatutos de la Iniciativa Mérida, por medio de las OBI Estados Unidos compartiría con el gobierno mexicano información de inteligencia para que pudiera asestar golpes al crimen organizado e incluso decapitar sus redes de mando.
En las oficinas de la Ciudad de México trabaja personal de inteligencia del Pentágono: Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA), Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO) y Agencia Nacional de Seguridad (NSA); del Departamento de Justicia: Buró Federal de Investigación (FBI); de la Administración Antidrogas (DEA) y del Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).
En esas "oficinas de fusión" laboran también efectivos del Departamento de Seguridad Interior pertenecientes a la Agencia de Inteligencia de la Guardia Costera (CGI) y a la Oficina de Cumplimiento Aduanal y Migratorio (ICE), y del Departamento del Tesoro, que tiene en ellas a agentes de la Oficina sobre Terrorismo y Asuntos Financieros (TFI). En ambas la voz de mando es de la CIA.
Aun con lo que Calderón le concedió, Washington presionó hasta obtener el permiso para la instalación de dos oficinas satélite de las OBI: una en Ciudad Juárez y otra en Tijuana, para que, en ambas, los agentes estadounidenses comandaran las "fuerzas de tarea" respaldadas por personal mexicano contra el narcotráfico.
"En la Secretaría de Gobernación nos dicen que todo esto no funcionó", subraya el consultor que asesora a Osorio Chong.
"Descubrieron que por lo menos en el caso de la OBI en Escobedo la Sedena nunca participó en las tareas que pretendía encabezar la CIA ni (sus tropas) colaboraron con ella ni le pasaron información; los agentes estadounidenses tampoco lo hicieron con los militares mexicanos", abunda el especialista en temas de seguridad nacional e inteligencia, quien ha trabajado en Medio Oriente, Europa y América Latina en proyectos similares al que propone Peña Nieto.
El gobierno de Peña Nieto detectó que, con excepción de la OBI de la Ciudad de México, la Sedena se negó a colaborar con la CIA y las demás agencias de espionaje de Estados Unidos.
TODO PARA GOBERNACIÓN
La dependencia que encabeza Osorio Chong cuenta con el apoyo incondicional de Peña Nieto para la creación del CNI y se apresta a comprar equipo y tecnología de espionaje ultramodernos.
El proyecto de seguridad nacional también incluye más cursos de especialización en el extranjero para el personal de las agencias implicadas, que desde hace años han impartido el Pentágono, la DEA, el ICE y la CIA.
Sin excepción", todos los agentes, militares y policías serán sometidos a un riguroso escrutinio para garantizar que no estén coludidos con alguna organización criminal o del narcotráfico.
Creemos que el escrutinio y el adiestramiento serán proporcionados por personal de Estados Unidos, por lo menos esos son los planes. Aunque también nos han hablado de la posibilidad de que haya colaboración de alguna agencia de otro país europeo o de Israel", añade el especialista.
La estrategia a cargo de Osorio Chong plantea también la reorganización de las dos oficinas satélites de las OBI en Ciudad Juárez y en Tijuana para "mexicanizar" sus actividades.
Según la información obtenida por Proceso, se crearán otras cuatro sucursales: tres en el norte y una en el sur, cerca de la frontera con Guatemala y Belice.
Respecto a las OBI, la Presidencia todavía no toma una decisión definitiva. Sólo se habla de que Gobernación intenta reducir la presencia de las agencias estadounidenses a sólo la de la Ciudad de México. Y en la de Escobedo, el propósito es desmantelarla o por lo menos sacar al personal fijo de la CIA, el Pentágono, el Departamento de Justicia, del Tesoro y Seguridad Interior.
DIVISIÓN REGIONAL
El jueves 10 la Segob publicó en el Diario Oficial de la Federación los acuerdos aprobados en la II Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Pública realizada el 17 de diciembre último. Según el Acuerdo 11, "el Consejo Nacional de Seguridad Pública se pronuncia a favor de dirigir todos los esfuerzos de las instancias de seguridad pública de los tres órdenes de gobierno hacia la consolidación nacional y actualización de las bases de datos criminalísticas y de personal".
En los 12 acuerdos los gobernadores asumieron sin cuestionamientos, el pasado 17 de diciembre, la estrategia de seguridad para dividir al país en cinco zonas llamadas Instancias Regionales de Coordinación, cuyo objetivo será establecer una cooperación que genere orden, confianza, jerarquías, mandos claros y corresponsabilidad de los tres órdenes de gobierno. En ellas participarán representantes de las secretarías de Gobernación, Defensa Nacional y Marina, así como agentes de la PGR.
La Zona Noroeste comprende Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa y Sonora; la Noreste, Coahuila, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas; la Occidente, Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Querétaro y Zacatecas; la Centro, el Distrito Federal, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala, y la Sureste, Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
Los gobernadores también aprobaron la incorporación de representantes de la sociedad civil al Consejo Nacional de Seguridad Pública, así como un programa de prevención del delito y revisar la normatividad para otorgar licencias y permisos para uso de armas de fuego a escalas municipal, estatal y federal.
Con el desmantelamiento de la SSP y la reestructuración de la Segob, Peña Nieto realizó ya los primeros movimientos para dejar atrás la fallida estrategia de su antecesor panista –que sólo resultó en muertes, violencia e inestabilidad– y para "mexicanizar" las actividades de inteligencia.
Y aunque el titular de la Secretaría de Gobernación, Osorio Chong, promueve los cambios, el problema es, según los consultores estadounidenses que lo asesoran, que carece de personal especializado.
Fuente: Proceso
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