El motivo fue un accidente vial leve y sin mayores consecuencias
La discusión derivo en balaceraHerido de muerte murió más tarde en el hospital, los presuntos culpables fueron capturados.
HUAUCHINANGO, Pue.-14 de septiembre de 2010.-NSN- Un agente de la Policía Federal fue asesinado de tres balazos por un motivo baladí cuando discutía con verdaderos delincuentes ampliamente conocidos recién salidos del Cereso, lo que motivó posteriormente una feroz cacería humana que abarcó diversas colonias de la ciudad cuyos resultados, hasta el momento, son un sicario muerto y otras tres personas.
Los hechos lograron trascender pese al hermetismo de la policía en donde se integró la averiguación previa 628/2010/Huauchinango y se conoció que todo sucedió en la calle de Los Técnicos, al noroeste de la ciudad, luego de que un grupo de cuatro sujetos discutía con una señora debido a que en un accidente vial, aparentemente sucedido días antes y habrían salido golpeados en el frente de su auto, un Chrysler tipo Phantom convertible de modelo atrasado color rojo con toldo negro, al que la parrilla habría resultado afectada y algunos otros daños más, pero sin mayores consecuencias.
Fue en ese momento cuando llegó el esposo, Micki Rodríguez, oficial de la Policía Federal oriundo de esta ciudad, vestido de civil, quien comenzó a dialogar con los facinerosos a los que dijo no había problema, llamaría a la compañía aseguradora para que se hiciera cargo del daño, lo que no fue del agrado del propietario del vehículo quien exigía el pago en efectivo, motivo por el que comenzaron a hacerse de palabras.Sin saber con quien discutía el oficial, unos verdaderos asesinos con un largo historial de sangre, el intercambio de palabras subió cada vez de tono, hasta que uno de los que viajaban en el auto sacó de entre sus ropas una pistola calibre .38 súper y disparó hasta en tres ocasiones en contra del oficial policíaco quien cayó agonizante.
La esposa del oficial, aterrada por los hechos trató de atender a su esposo, y pese a los llamados telefónicos a los encargados de las emergencias tardaron en acudir y cuando llegaron fue trasladado, de manera urgente, a la clínica ISSSTE que se encuentra a unos 300 metros de distancia en donde, pese a la atención rápida que le prodigaron los doctores falleció a los pocos minutos debido a la gravedad de las lesiones.
Al trascender la noticia del fallecimiento de este oficial, acudieron al lugar de los hechos agentes ministeriales del Grupo Huauchinango quienes tomaron conocimiento de los hechos, levantaron tres cascajos de bala calibre .38 súper y en donde sólo quedó un lago hemático como mudo testigo de lo sucedido, mientras en el hospital el policía franco se debatía entre la vida y la muerte.Los malhechores, al ver que el hombre caía gravemente herido, abordaron el auto en el que iban y salieron a toda máquina con rumbo a la estación de bombas “3N”, y a poco de circular por allí lo dejaron abandonado en una calle cerrada logrando huir a pie.
LA CACERÍA
Desde el primer momento en que se conoció el ataque al policía federal, sus compañeros destacamentados en esta región iniciaron un operativo con decenas de patrullas al que se unieron dos patrullas de la Policía Municipal y otras dos de la Policía Estatal que comenzaron a recorrer, a alta velocidad y sirenas abiertas, las calles por diversas colonias en un contingente que alarmó a la población dado que la larga columna de vehículos se desplazaba tan rápido que hacía temer un accidente en cualquier momento.Así recorrieron el paraje “El Rincón Brujo”, cerca de la estación de bombas de Pemex “3N” en donde, según algunos asustados vecinos, se suscitó una balacera con cuando menos una persona detenida de nombre Neftalí Velázquez Garrido quien posteriormente habría muerto en la Hospital General. Igualmente prosiguió la búsqueda, ahora tras el hermano del detenido, de nombre Bertín de los mismos apellidos quienes, según se conoce, estaban recién egresados del Cereso local luego de haber sido encarcelados por un zipizape a balazos con la policía municipal, según la averiguación previa 965/2005/Huauchinango.
Cabe recordar que aquella vez (2005) el hoy occiso, Neftalí Velázquez Garrido acababa de salir de la cárcel –al igual que hoy- por el delito de homicidio donde cumplió una condena de ocho años y se encontraba en el Bar “El Gato Negro” hasta donde llegó la policía municipal y como lo iban a revisar por si iba armado, no esperó más, sacó una pavorosa 9mm de 15 tiros y comenzó a disparar un cargador tras otro en contra de los uniformados quienes, según la crónica de aquellos tiempos, lo lesionaron con 15 disparos de arma de fuego por lo que fue trasladado a un Hospital en la ciudad de Pachuca en el estado de Hidalgo donde le salvaron la vida y hoy, recién salido -de nueva cuenta- del Cereso le quitó la vida a una persona, por un asunto baladí y perdió, según sabe, porque no hay información oficial al respecto, la suya propia.Cabe mencionar que en aquella ocasión (2005) el hermano de nombre Bertín y quien hoy anda huyendo, se ganó dos lesiones por arma de fuego disparadas por la policía, una en el brazo derecho y otro en la cadera por lo que luego de ser curado fue encarcelado y ahora podría ser un prófugo de la justicia a menos que se encuentre dentro de las cinco personas que trascendió fueron detenidas en este megaoperativo policíaco relámpago y del que nadie da informes y que, por lo visto sigue, aunque con menor intensidad con igual esmero de parte de la policía federal.
