lunes, 28 de enero de 2013

IFAI: relevo obligado

Alberto Begné Guerra
28/01/2013
EXCELSIOR

Los procesos de construcción de las instituciones democráticas implican principios, ideas, acuerdos, trabajo y recursos públicos. Todo esto cuesta mucho. Pero su consolidación requiere algo más difícil de lograr y, al mismo tiempo, muy fácil de destruir: la confianza de la ciudadanía. El IFAI había superado los principales retos para erigirse como una institución bien cimentada. La semana pasada, sin embargo, cuando las reformas aprobadas recientemente en el Senado apuntaban a su consolidación, con más autonomía y mayores facultades, un opaco procesamiento del relevo en la presidencia del organismo sacó a la luz pública una grave crisis interna y echó por la borda la confianza generada en diez años.
Las revelaciones y denuncias hechas por el comisionado Ángel Trinidad dieron cuenta de una serie de vicios, omisiones y distorsiones que, en suma, muestran un grave deterioro institucional. El origen del problema se encuentra en las designaciones de dos comisionados muy confiables para Felipe Calderón, pero, por lo visto, nada confiables para el desempeño de funciones que, por definición, exigen independencia y conocimientos especializados. No hay forma de sostener la idoneidad de los perfiles de Sigrid Arzt y Gerardo Laveaga.
 Y por ello es inadmisible que, habiendo funcionarios con capacidad y autonomía probadas, tanto en el IFAI como en algunos órganos locales encargados de la transparencia y el acceso a la información gubernamental, así como académicos reconocidos por su alto grado de especialización en la materia y por su compromiso con los principios que la animan, Calderón haya optado por una subordinada y un amigo. Si su desconocimiento de la materia es importante, su falta de convicción en torno al criterio aperturista de la ley es muy grave.
El caso de Ángel Trinidad es muy distinto. Si algo ha caracterizado su desempeño, primero como secretario ejecutivo y luego como comisionado, es su abierta defensa de los principios rectores de la transparencia y el acceso a la información gubernamental. Puede discreparse de la forma de sus revelaciones o incluso pretender descalificarlas por haber aspirado a la presidencia del IFAI, pero su trayectoria y actuación acreditan su vocación y compromiso a favor de los fines institucionales. Y esto es lo relevante en la discusión. Basta revisar los votos de los comisionados en asuntos clave para constatar en dónde está situado cada uno.
La frivolidad, la simulación y la irresponsabilidad reveladas y, en el extremo, el posible conflicto de intereses de la comisionada Arzt, impiden dejar en estas manos el IFAI delineado por la reforma en curso, cuyas amplias facultades exigirán plena independencia política, alta competencia profesional y mucho trabajo. El relevo es obligado para recuperar credibilidad y confianza.
                *Socio consultor de Consultiva
                abegne.guerra@gmail.com

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