Los resolutivos de hoy de la Suprema Corte de Justicia –al servicio del gobierno en turno, en este caso de Enrique Peña Nieto- demuestran que “tuvo la razón” el hoy senador Javier “perro” Lozano –secretario del Trabajo del gabinete del presidente Felipe Calderón- al gritarle varias veces a los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que “hagan lo que hagan ya están en la calle y no volverán a su trabajo” y que también “tuvo razón” Calderón al cesar a 44 mil electricistas, conminarlos a cobrar su liquidación porque la empresa Luz y Fuerza del Centro estaba quebrada, sin dejar de culpar por ello a los mismos trabajadores. Desde el 11 de octubre de 2009 el gobierno asaltó la empresa, expulsó a los trabajadores que laboraban y los sindicalistas no han dejado de luchar: 26 mil aceparon la liquidación y 18 mil siguieron en la batalla que hoy fue congelada.
¿Por qué fueron echados a la calle los 44 mil trabajadores sin darles la posibilidad de regresar al trabajo en el que tenían unos 20 años de antigüedad en promedio? Porque desde 1997 los electricistas del SME fueron indudablemente la vanguardia de las luchas contra la privatización de la electricidad y de oposición a las llamadas reformas estructurales. En estos años fueron los que aportaron los contingentes más numerosos de las manifestaciones de carácter nacional y en el auditorio del sindicato del SME se analizaron y discutieron muchas estrategias de lucha en defensa del pueblo. Calderón pudo comprar al sindicato del IMSS que -junto al SME, los Telefonistas, el STUNAM, la CNTE- les daban mucha presencia a las manifestaciones que salían del Monumento a la Independencia al Zócalo o iban a Los Pinos a exigir que sean recibidos por el presidente.
Durante unos mil 200 días, desde que los expulsaron del trabajo por la policía y el ejército al mando de Calderón, han estado los electricistas realizando marchas, plantones, brindando solidaridad, ocupando el Zócalo de la ciudad de México, asistiendo a cientos de reuniones con funcionarios, recolectando ayudas solidarias; pero el día de hoy han sufrido un nuevo golpe con los resolutivos de los jueces; sin embargo, sin desanimarse, han dicho que continuarán batallando a pesar de que la Suprema Corte ha dicho la última palabra; pero sin duda tendrán que emplearse después de estar 40 meses sin ingresos. ¿Cómo es posible que estos señoritos del PAN durante dos años y medio, y ahora del PRI, con la mano en la cintura echen a la calle a obreros calificados con el argumento de quiebra de la empresa cuando ese mismo gobierno debió vigilar a tiempo la finanzas?
La realidad es que no fue bronca causada por Peña Nieto, pero con la resolución de hoy de los jueces, se demuestra que PAN y PRI son lo mismo: igual de derechistas y anti obreros. ¿Pero es que acaso, después de la contrarreforma a la ley laboral, se podría esperar otra cosa? Peña aunque se vista de seda igual que Calderón se queda. Es el momento que los partidos que se dicen de izquierda y progresistas, junto con otros sindicatos de trabajadores, salgan a la calle a demostrar su apoyo a los electricistas; es tiempo también que todos ellos se quiten de los ojos el manto que les impide ver que la clase económica y política dominante son sus enemigos naturales. Calderón y su “perro” Lozano deben estar gozando de alegría porque los jueces les dieron la razón. Pero obviamente hay que preguntar: ¿Quiénes son los jueces de la Suprema Corte y quién los colocó allí?
Pensando en la situación del empleo en el país -casualmente en el momento histórico de más grande desempleo- los 18 mil electricistas podrían aprovechar su liquidación para poner una empresa: ¿De venta de productos eléctricos, de ropa, de alimentación? ¿Qué empresa que no sea bloqueada? De lo contrario tendrán que engrosar el trabajo informal en el ambulantaje; (lo que yo no sé es que a quién van a venderle si el poder de compra ha bajado mucho en los últimos años) También podrán irse a los EEUU como “braceros” ilegales, con todo el peligro que representa dada la enorme discriminación. O quizá podrá contratarlos el ejército y la policía que ha contado con deserciones y bajas por peligroso; o de plano –como ha sucedido con otros cientos de miles de desempleados- quedar a merced del narcotráfico que tiene gran capacidad para reclutar.
¿Quiénes entonces crean en México el desempleo, la desestabilidad, la inseguridad, sino son el gobierno, los empresarios y los medios de información que desinforman? Los trabajadores en la calle lo único que hacen es defender sus derechos ante la agresión de sus enemigos de clase. Por eso los trabajadores, mientras consiguen hoy algún ingreso, no pueden dejar de protestar de diversas maneras ante otros tribunales, incluso internacionales; pero esta experiencia debe llevar a los trabajadores a replantearse una nueva estrategia que ayude a una mayor radicalización de sus luchas. ¿Cómo seguir confiando -como si fuéramos tontos y ciegos en gobiernos del PRI, PAN, PRD, que han demostrado durante muchos años estar contra las luchas de trabajadores?
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