Miércoles 03 de noviembre de 2010
EL UNIVERSAL
Felipe Calderón le dijo a la BBC de Londres que el principal error de su antecesor Vicente Fox fue no haber combatido a los cárteles de la droga. Fox le respondió en tres momentos: 1. Con una invitación a debatir privadamente sobre el tema; 2. Con una carta al periódico Milenio en la que pregunta por qué —si su política contra el narcotráfico fue un fracaso— Calderón echó mano de los mismos funcionarios que la operaron, a saber, Genaro García Luna y Eduardo Medina Mora; y 3. Con una declaración a un diario ecuatoriano en la que sugiere a “los gobiernos” (me imagino que el de Calderón incluido) “no sentirse la mamá de Tarzán”.
Me detendré un momento en el contexto del señalamiento ya que el lunes, cuando se reprodujeron en México las declaraciones de Fox a El Comercio de Quito, la Segob —me dicen— circuló una carta que atribuye al ex presidente y en la que argumenta que sus declaraciones fueron tergiversadas.
Hablaba Fox con el periodista Javier Basantes de la guerra emprendida por Calderón contra las drogas por lo que, inevitablemente, salió a relucir la propuesta del ex presidente de despenalizar el consumo de mariguana. Al argumentar los beneficios de una medida de esa naturaleza, Fox dijo que “ocupamos demasiado tiempo y energía en el tema de la seguridad y las drogas, y se nos olvida que la solución de fondo está en el desarrollo”. En ese sentido sentenció: “No descuidemos lo más por lo menos”.
Entonces Basantes preguntó, con absoluta lógica periodística, si Calderón estaba descuidando una cosa por la otra. Fox respondió que deberían implementarse mecanismos para cerrar, o por lo menos atenuar, el tema de las drogas y la inseguridad para dar paso al del desarrollo, y sugirió que el gobierno debería ser más sensible a esa clase de proposiciones. Entonces dijo: “Los gobiernos deben ser humildes, que no se sienta la mamá de Tarzán, que sean verdaderamente servidores de la sociedad y la ciudadanía”.
Es decir, al más puro y ramplón estilo Fox, el ex presidente le dijo a Calderón que no se sienta la mamá de Tarzán, intercambio verbal éste que tiene al menos dos razones de fondo: 1. El fracaso de las políticas de los gobiernos panistas contra el narcotráfico, expresado ahora en la intención de sus protagonistas de repartir culpas; y 2. La disputa por el control del PAN y por la candidatura presidencial de ese partido.
Es cierto que Fox y Calderón jamás han tenido una buena relación, pero también lo es que Fox —cuando no pudo imponer un candidato a sucederlo— hizo todo lo que estuvo a su alcance para llevar a Los Pinos a Calderón. Son cómplices y responsables ambos del fracaso de las estrategias de combate al narcotráfico.
Instantáneas
1. MARIGUANA. Hasta el momento de escribir esta columna no se sabía aún si los votantes de California decidieron despenalizar el consumo personal de la mariguana. La diferencia entre el “sí” y el “no” estaba muy cerrada. Tampoco se conocía si los electores de Arizona, Oregon y Dakota del Sur decidieron sumarse a los 14 estados (de los 50 que conforman la Unión Americana) que desde 1996 permiten el uso medicinal de la mariguana. La tendencia parece inclinarse hacia la despenalización. Ya veremos los números y comentaremos sobre la conveniencia de esa medida que desactivaría la violencia de los cárteles y no necesariamente dispararía el consumo como quedó demostrado en Holanda, país donde su uso personal no es castigado.
2. MIEDO. Por primera vez en años Acapulco estuvo semivacío durante un largo “puente”. La presencia de narcotraficantes, los ajustes de cuentas entre ellos, los enfrentamientos contra policías y soldados, y las “equivocaciones” frecuentes de estos últimos al cobrar la vida de inocentes, de plano ahuyentaron a los paseantes. Los comerciantes organizados de Acapulco dijeron que este ha sido el peor “puente” de muertos en años. Sus ventas cayeron 50% en relación con el de 2009.
3. CONFLICTO. ¿Puede ser árbitro electoral quien está casada(o) con un(a) dirigente partidista de peso? No hay impedimento legal aunque sí conflicto de intereses. Por eso resultó muy cuestionada la conducta de la consejera presidenta del Instituto Electoral del Distrito Federal, Carla Astrid Humphrey, cuando el domingo antepasado acudió al PAN a aplaudir el registro de su esposo, el diputado federal blanquiazul Roberto Gil Zuarth, como candidato a la presidencia nacional el PAN.
