No importa que el Presidente esté de viaje en Gran Bretaña; lo esperaremos, expresan
Fabiola Martínez
Periódico La Jornada
Madres de jóvenes desaparecidas en Ciudad Juárez, Chihuahua, continúan en la ciudad de México en busca de un encuentro con el presidente Enrique Peña Nieto. Este sábado “clausuraron” Palacio Nacional, en repudio por “la ineficiencia del Estado” para hallar a sus hijas.
Mientras las mujeres se manifestaban en el Zócalo capitalino, el Presidente iba llegando a Londres, donde estará hasta la semana entrante; las madres, en tanto, corrían a guarecerse del aguacero vespertino y, cuando se plantaban otra vez en la puerta principal de Palacio, advirtieron: “No importa que esté de viaje, aquí lo esperamos”.
Afirman que por su alta responsabilidad, el mandatario debe hacer una gestión expedita y eficiente con la fiscalía de Chihuahua para que se procese el banco de datos genéticos y se haga el cotejo correspondiente para identificar los cadáveres que se hallan en la morgue.
Por supuesto, su deseo más grande es encontrar vivas a sus hijas, pero también reconocen que con una identificación plena –con el apoyo de un grupo de antropólogas forenses argentinas– muchas familias podrían descansar por lo menos del dolor que ocasiona no saber qué pasó a sus seres queridos.
La fiscalía chihuahuense recibe los cadáveres y los entrega a los supuestos familiares uno o dos años después. Así ocurrió en el caso de la señora Bertha Alicia García, cuya hija, Brenda Berenice Castillo García, de 17 años, desapareció el 6 de enero de 2009, cuando acudió al centro de Ciudad Juárez a buscar empleo. Ella dejó en casa a un recién nacido, quien ahora, a su corta edad, dice que su mamá, su “reina”, como le llama, pronto volverá a casa.
La semana pasada, Bertha Alicia recibió dos trozos de cráneo; la fiscalía le dijo que pertenecían a su hija; ella los aceptó para sepultarlos, pero no está de acuerdo con la indagatoria. Afirma que la Procuraduría General de la República le ratificó que no había suficientes elementos para confirmar la identidad del cráneo.
Una de las pruebas que derribarían la investigación de la fiscalía de Chihuahua es que su hija fue captada hace dos años, entre el público, en un show de televisión en Los Ángeles, California.
“Si hace dos años se miró (a Brenda) en Los Ángeles, se le dio la prueba a la autoridad, se le hizo el estudio de su cara y se dijo que era mi hija, y la PGR me confirma que es mi hija; entonces, ¿cómo es que la encontraron acá tirada en Juárez? No me voy a quedar quieta; no he llorado porque no me cae el veinte de que sea mi hija lo que enterré; quiero una segunda prueba”, dijo.
Malú García, de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa, señala que en aquella ciudad fronteriza hay alrededor de 50 madres que, de manera activa, buscan a sus hijas, mientras que en la fiscalía hay 60 cadáveres sin identificar.
Es por ello que algunas de las madres siguen en la capital del país; no están conformes porque si bien reconocen que han sido escuchadas (en la semana que concluye se entrevistaron con el procurador general de la República, entre otros funcionarios federales), las promesas no les son suficientes.
Luego de cuatro días de permanecer afuera de la Secretaría de Gobernación, la PGR y la comisión nacional para erradicar la violencia contra las mujeres les entregó un escrito en el que puntualiza los compromisos emitidos el martes pasado.
Sin embargo, para ellas el texto es sólo un avance en cuanto a que ahora los funcionarios estatales y federales conocen las demandas de las madres, “pero ello no significa que las van a cumplir”.
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