domingo, 16 de junio de 2013

Sistema de pensiones individuales, éxito para bancos y fracaso para trabajadores

Tras la reforma laboral “se hará eterno” el plazo para el retiro.
Las administradoras nunca pierden, pese a mermas en las cuentas de ahorros: especialista.
El modelo se ha tratado de erradicar en otros países, como en Chile, de donde fue tomado.
Susana González G. 
Periódico La Jornada 
 Domingo 16 de junio de 2013, p. 29
El sistema de pensiones individuales en México ha demostrado ser un modelo de negocios exitoso en cuanto a los altos rendimientos que obtienen las administradoras de fondos para el retiro (Afores), ya que nunca pierden, pese a las mermas que registren las cuentas de los trabajadores, pero es un fracaso en cuanto a su cobertura, tasas de retorno para éstos y en la seguridad social, aseveró Berenice Ramírez López, especialista en el tema del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la UNAM.

Lo más sorprendente, dijo, es que el modelo se ha sostenido aquí pese a que en otros países se ha tratado de erradicar por los problemas que originó, como es el caso de Chile, de donde fue tomado como ejemplo, y cuyas autoridades han tenido que hacer “reformas y remiendos para poder otorgar una mínima prestación a gente que no logró tener ningún derecho, aún cuando a sus trabajadores sólo se les solicita 20 años de aportaciones”.

La investigadora alertó que con la reforma laboral aprobada el año pasado y con la que se permite el trabajo por horas, se hará eterno el plazo para que una persona pueda juntar las semanas de cotización que requiere para su retiro, algo que las autoridades del IMSS o el Issste deben aclarar cómo se resolverá porque hasta ahora no se han establecido decretos específicos para traducir esas horas en semanas de cotización.

Capitalismo de compadrazgo

“Para el IMSS se requieren mil 250 semanas de cotización, una meta difícil de cumplir porque observamos muchas cuentas que no tienen ahorro porque la gente se incorpora al sector informal o es contratada bajo las nuevas modalidades, como honorarios u obra o proyecto determinado. Si se tiene un trabajo de todos los días, esas semanas se alcanzan en 25 años, con tanta movilidad en 35 o 40 años, pero ahora con trabajos por horas se hará eterno”, explicó Berenice Ramírez, entrevistada por La Jornada a propósito del libro Encrucijadas, prospectivas y propuestas sobre seguridad social en México que coordinó junto con Roberto Ham Chande, investigador del Colegio de la Frontera Norte, y que presentarán el martes 18 de junio en la Casa Colef (Francisco Sosa 254 en el Barrio de Santa Catarina, Coyoacán).

Frente a otros sistemas que han dado mejores resultados, como en Brasil y Argentina, cuya cobertura en seguridad social alcanza al 80 y 85 por ciento de su población de más de 65 años y llega hasta sus habitantes rurales, “México ha sido muy necio en insistir tener como único sistema la capitalización privada y evidentemente es por el interés del sector financiero”, sostuvo.

Un sector financiero que, acusó, nace del “capitalismo de compadrazgo” que caracteriza a México ya que lo conforman ex funcionarios públicos que impulsaron las reformas a la seguridad social y que al paso de los años han ocupado las direcciones de instituciones financieras, bancarias y afore que se han beneficiado de los rendimientos que obtienen de los ahorros de los asalariados, mismos que equivalen a 13 por ciento del producto interno bruto (PIB).

El modelo de capitalización individual, abundó, puede costar lo mismo que uno de capitalización solidaria, como el que antes regía en México, pero el problema es que el primero conlleva un costo de administración privada y eso implica rentabilidad para quienes lo manejan.

“Se vuelve muy contrastante el porcentaje acumulado del ahorro de los trabajadores en las afore frente a lo que van a recibir en términos de pensiones y que están más orientadas a capitalizar un sector financiero que requiere recursos y créditos baratos para las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), pero que se alejan de las necesidades de la seguridad social”, indicó.

La investigadora insistió que “las encrucijadas del sistema se agudizan más” porque las reformas que se hicieron al IMSS e Issste no resolvieron los problemas de viabilidad financiera, cobertura y calidad en sus servicios por las que se promovieron. En cambio aumentaron las deficiencias del sistema de seguridad social y se multiplicaron programas de carácter no contributivo, como las pensiones para adultos mayores a nivel federal y en casos como el Distrito Federal, y la creación del Seguro Popular, como paliativos.

La solución del problema, sentenció, va ligada a la creación de empleos con calidad y seguridad social, así como una revisión a los resultados de las reformas mencionadas para no poner más parches.

En el libro, que se presentará el martes, colaboran diversos investigadores, tanto de México como de otras naciones, así como funcionarios del gobierno federal, dirigentes sindicales y especialistas del sector privado, como Pedro Ordorica, ex presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar); Francisco Hernández Juárez, dirigente del Sindicato de Telefonistas; Luis Miguel Gutiérrez, director del Instituto Nacional de Geriatría, y Asa Cristina Laurell, ex secretaria de Salud en el Distrito Federal.

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