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En una cruel acción para aplastar al sindicato democrático más antiguo de México, el SME, el presidente anterior Felipe Calderón se sirvió de una orden ejecutiva para cerrar la compañía pública Luz y Fuerza del Centro (LyFC) en la noche del 10 de octubre de 2009, despidiendo a los 44.000 trabajadores. El Sindicato Mexicano de Electricistas viene luchando desde entonces por la recuperación de los empleos de esos trabajadores. Aún hay 16.599 trabajadores miembros del SME que resisten y se niegan a renunciar a su lucha por la readmisión. Su integridad y dignidad les han ganado el amplio apoyo público en México e internacionalmente.
El Gobierno de Calderón trasladó las operaciones diarias de la LyFC a la CFE, la mayor empresa pública del país, subcontratando el trabajo a trabajadores no calificados, poniendo así en peligro la vida de muchos trabajadores. Desde entonces se han registrado niveles de accidentes sin precedentes.
El 30 de enero, en México DF, la segunda sala del Tribunal Supremo invalidó la decisión del tribunal de apelación declarando que la responsabilidad del empleador respecto a los trabajadores de la LyFC no recaía en el presidente mexicano, pues la empresa se había “descentralizado”. Esa injusta interpretación significa a su vez que no hay obligación de volver a emplear a los trabajadores despedidos en la CFE.
El secretario general de la IndustriALL Global Union, Jyrki Raina, se ha unido a quienes transmiten una opinión jurídica de tercera parte, “amicus curiae", a los miembros del tribunal en apoyo de los trabajadores del SME.
El secretario general del SME, Martín Esparza, declaró que el sindicato está firmemente convencido de continuar la campaña para una solución justa y pedir a los Tribunales Internacionales (incluida la Corte Interamericana de Derechos Humanos en Washington) que demanden una solución para los miembros sindicales. Los electricistas marchan el 31 de enero desde el monumento el Ángel de la Independencia hasta la gran plaza pública el Zócalo en la capital México DF.
Los sindicatos, tanto en México como internacionalmente, habían esperado que con el cambio de presidente del país el 1 de diciembre de 2012 se pudiera detener la represión sindical del grupo dominante neoliberal de México. Se desvanece rápidamente la esperanza de la voluntad del presidente Enrique Peña Nieto de frenar la injusticia u oponerse a los intereses empresariales y a los mercados sin barreras.
El SME seguirá luchando por una solución a pesar de este decepcionante revés, y sus demandas serán recogidas por los afiliados a la IndustriALL en los próximos Días de Acción, del 18 al 24 de febrero.
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