domingo, 2 de junio de 2013

CFE. En Huexca, obras a marchas forzadas pese al repudio popular

Actividad del Popo no detiene el gasoducto.
Inconformidad en Morelos.
Policías resguardan obras de la española Abengoa y CFE.
Gran parte de la tubería pasa por zonas de riesgo del volcán.
En caso de erupción estarían bloqueadas las rutas de evacuación, se quejan en Huexca.
Peligro significativo, advierte el Cenapred
Rosa Rojas 
Enviada 
Periódico La Jornada 
Domingo 2 de junio de 2013, p. 2
Huexca, municipio de Yecapixtla, Mor.- En este poblado de un millar de habitantes se trabaja a marchas forzadas en el Proyecto Integral Morelos (PIM), que incluye una hidroeléctrica, un acueducto y un gasoducto de 159.8 kilómetros, que serpentea en su recorrido desde Tlaxcala hasta esta localidad, por las zonas de peligro “moderado” y “menor” del volcán Popocatépetl; incluso, cerca de A-tlixco, Puebla, pasa por la zona de peligro eruptivo “mayor” .

Los tremores y exhalaciones de ceniza, los brillantes fulgores de la lava que bulle en las entrañas de Don Goyo, como dicen los pobladores de sus faldas a uno de los volcanes más peligrosos del país, no amilanan a los contratistas de la trasnacional española Abengoa, que a cuenta de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) han logrado levantar tres enormes torres de la primera de dos termoeléctricas que incluye el PIM, con la celosa vigilancia policiaca para evitar que otra vez el pueblo detenga las obras.


Paralelamente, por la campiña que rodea Huexca, en un enigmático tejido zigzagueante, las palas mecánicas van abriendo grandes zanjas para colocar la tubería de 30 pulgadas del gasoducto que alimentará la termoeléctrica y, a la par, otras en las que se van colocando los tubos de 26 pulgadas para traer desde el río Cuautla los 280 litros por segundo que requerirá la primera planta, más otra tubería, de 12 pulgadas, para devolver el agua de descarga de la termo, que saldrá a 40 grados centígrados, ya cargada de residuos de gas, cloro, grasas y aceites, nitrógeno, fósforo, arsénico, cadmio, cianuro, cobre, mercurio, níquel...

Según la síntesis ejecutiva de la CFE, el gasoducto Morelos transportará hasta una cantidad máxima de 320 millones de pies cúbicos de gas natural por día a las dos centrales de generación eléctrica que se ubicarán en Huexca, por un periodo de 25 años.

En enero de 2011, la junta de gobierno de la paraestatal aprobó recursos por 11 mil 891 millones 895 mil 699 pesos con 54 centavos al proyecto Servicios de Transporte de Gas Natural desde el punto de entrega de Pemex hasta las centrales termoeléctricas Centro I y Centro II de Huexca, mismo que fue adjudicado a la empresa Elencor, SA, que ofertó el precio más bajo, de 175 millones 11 mil 462.21 dólares para su ejecución.

En su síntesis ejecutiva, la CFE consigna que el 6 de septiembre de 2011, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred, dependiente de la Secretaría de Gobernación) “emite nota técnica sobre la posible influencia de la zona de impacto del volcán Popocatépetl con el trazo del ducto de transporte de gas natural Morelos, recomendando elaborar estudio de impacto ambiental”.

Dicho estudio fue autorizado el 26 de septiembre de 2011 por la Dirección General de Impacto Ambiental, por una vigencia de 24 meses para la etapa de construcción y 25 años para la operación y mantenimiento.

La nota técnica del Cenapred que tan escuetamente despacha la síntesis de la CFE, anota que este organismo “se deslinda de cualquier uso indebido o interpretación que se haga con la información contenida en este documento. Además, no asume responsabilidad alguna por la falta de seguimiento o ejecución de las recomendaciones expresadas”.

El documento describe los peligros volcánicos como flujos piroclásticos –mezclas de fragmentos de lava, ceniza volcánica y gases muy calientes que se deslizan cuesta abajo por los flancos del volcán a grandes velocidades y pueden llegar a ser muy destructivas y peligrosas–, flujos de lava, caída de fragmentos, derrumbes y deslizamientos.

Menciona también los flujos de lodo o lahares. Estos últimos son mezclas de bloques y ceniza con agua que pueden producir avenidas muy potentes con poder destructivo similar al de los flujos piroclásticos y, por lo general, “mayor alcance”. Estas avenidas se mueven con rapidez, siguiendo el cauce de las barrancas que forman el drenaje del volcán y pueden ocurrir durante o después de una erupción.

Con base en el análisis realizado en función del trazo del gasoducto Morelos propuesto por CFE y el Mapa de Peligros del Volcán Popocatépetl (1995), el Cenapred concluyó que para el caso de flujos piroclásticos y flujos de lava, aproximadamente 23 kilómetros del ducto quedan dentro de la zona de peligro moderado y 78 en la de riesgo menor, “por lo que el peligro es significativo”.

Respecto a la caída de materiales volcánicos, aproximadamente 107 kilómetros del ducto quedan dentro de la zona de peligro moderado y 53 en la de peligro menor, lo que implica que estaría expuesto a la caída de estos materiales con espesores de decenas de centímetros y hasta un metro en erupciones muy grandes. “Esto implica que el gasoducto pudiera quedar parcialmente cubierto”.

La trayectoria propuesta, agrega, pasa en aproximadamente 57 kilómetros por la zona de peligro por derrumbes gigantes ubicada en el flanco sur del coloso. “Aunque este fenómeno es de los menos probables en este volcán, en caso de ocurrir implicaría la destrucción total del ducto en ese sector”.

En el caso de los flujos de lodo, la trayectoria propuesta pasa por el área de peligro mayor cerca de la localidad de Atlixco, en Puebla, y por la zona de peligro moderado en varias zonas ubicadas al sur del volcán, que totalizan una longitud aproximada de 34 kilómetros. En este caso, dado que las cañadas son potencialmente conductos para el desplazamiento de grandes volúmenes de lodo volcánico, recomienda tomar medidas especiales para el diseño y construcción del ducto.

Otras recomendaciones del Cenapred a la CFE fueron: revisar el trazo del ducto, específicamente en las zonas de peligro ya señaladas; realizar estudios más amplios y a detalle en áreas críticas por parte de otras instituciones especializadas, como institutos de investigación de la UNAM o del IPN; tomar en cuenta, además de la actividad volcánica, la sismicidad regional y la inestabilidad de los suelos que atravesará; modificar el espesor de la tubería en cada segmento de la trayectoria con base en las condiciones de sismicidad y la geología del terreno en las cercanías del volcán.

Curiosamente, fue hasta el 30 de octubre de 2012, después de que la población de Huexca había frenado las obras de la termoeléctrica por considerar que su construcción en una zona de peligro eruptivo del Popo representa un peligro muy alto para ellos, que el Instituto Estatal de Protección Civil de la Secretaría de Gobierno de Morelos solicitó al Cenapred que le proporcionara toda la información respecto al PIM.

En el oficio SG/IEPC/XX/10183/2012 apunta que es “con el único objetivo de tener elementos válidos suficientes para atender de la mejor manera este asunto”. En noviembre de ese año el Cenapred le hizo llegar el análisis arriba referido.

Durante un recorrido por Huexca y poblados aledaños, opositores al proyecto comentaron que la CFE iba “por el trazo número 33” del gasoducto, ante la negativa en varias poblaciones a permitir el paso del mismo, pero la CFE se negaba a dar información del trayecto del tubo, “lo que nos deja en indefensión ante el peligro de una erupción del volcán, porque el gasoducto bloquea las rutas de evacuación”.

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